En compañía de dos alfas

283 30 78
                                    

(Conway)

Ese día me había despertado bastante feliz, pues el día anterior no había estado nada mal.

Tenía revisión médica, y Volkov me preguntó si quería que me acompañara, acepté.

No me vendría mal tener a dos alfas conmigo, no? Mi mejor amigo y el padre del bebé que esperaba.

Me encontraba yo solo, caminando por la fría y oscura ciudad, pues era muy tenprano.

Había salido antes que Volkov, pues este no estaba levantado aún, y tenía prisa.

Me apetecía estar solo y meditar sobre todo, le mandé un mensaje a Armando para alertarle de que Volkov también nos acompañaría, pero no contestó, seguiría durmiendo.

Ese día me había abrigado, se ve que ayer aprendí la lección. La cosa es por cuánto tiempo.

Llevaba puesta una sudadera sobre mi traje, ancha y calentita, perfecta para calentar mis manos en sus bolsillos y mantener una buena temperatura corporal.

Dentro de poco sería Navidad, la verdad nunca me había gustado, pero ese año me hacía más ilusión, pues no la pasaría solo.

A pesar de las insistencias constantes de Volkov de acompañarme, siempre terminaba bebiendo, para despertar al día siguiente frente a mi querido árbol, con los ojos llorosos y un dolor y vacío interno inmenso.

Entonces, mi móvil sonó, dos veces, de hecho.

La primera notificación era de un ruso que extrañaba mi presencia, y la segunda de un mecánico, que me tranquilizaba y decía que no le importaba la presencia del primero en el médico.

Contesté a ambos, y los dos querían saber mi paradero para venir y pasar el rato hasta la consulta.

Decidí así, traer a ambos, podíamos tener una conversación de adultos y aclarar muestras diferencias antes de la cita.

Esperé sentado en un banco, iluminado solo con las suaves luces de las farolas, mientras observaba como gotas de rocío caían de las hojas de los árboles.

El aire que exhalaba salía como vapor de agua, señal del frío del ambiente.

Pensé en algunas cosas, levantando mi cabeza al escuchar voces llamándome.

Les observé, los dos me miraban y me tendían su mano para ayudarme a levantarme.

Me levanté por mi propia cuenta, posicionándome entre ambos.

Armando:-Cómo te encuentras, Jack?-habló, Armando, posando su mano en mi vientre.

Conway:-Bien, bien, cansado, pero bien, es muy temprano.

Volkov:-Lo es, la verdad, por qué te fuiste sin avisar, Conway?

Conway:-Para dar un paseo, coño.

Armando:-Cómo que sin avisar, estábais juntos?

Asentí, miré sus ojos.

Asintió también, tomando mi mano.

Volkov nos miró, por lo que solté mi mano para que hubiera igualdad.

Eran ambos personas muy importantes para mí, y los apreciaba mucho, pero prefería no tentar cuando estaban frente a frente, sería mejor hacer todo por mi cuenta.

Conway:-Vamos? Si nos quedamos parados nos va a dar frío.

Comenzaron a caminar cada uno a un lado mío, no dejaban de observarme de reojo, yo, permanecía con mi mirada en mi vientre, que se amoldaba al sentir pequeñas patadas o movimientos del bebé.

Volkov:-Parece que quiere salir ya.

Armando:-El tema es que le esperamos con ansias.

Conway:-que se tome su tiempo, tampoco le presionéis, hostia. Y daros prisa, no queda mucho para la cita, y esta es importante, sabremos su sexo.

Armando:-Joder, qué ganas. Hay que empezar a preparar su llegada. Pero cómo es que aún no lo sabes si se puede a los cinco meses?

Volkov:-Conway en la última revisión decidió esperar a que estuvieras tú para  saberlo.

Conway:asentí.-Quiero que estéis ambos conmigo en este momento.

Armando:-Ha sido un gran detalle, Jack, lo agradezco.-sonrió.-Es un momento muy importante.

Conway:No es nada, me hacía ilusión tenerte también a mi lado, y sí es verdad, ya hay que prepararlo todo, no queda mucho.

Volkov:Puedo ayudarte, a mí no me importa hacerlo.

Armando:Yo ya he mirado algunas cosas.

Volkov:Yo también lo he hecho.

Conway:Gracias pero tampoco es que necesite ayuda, yo puedo montarlo todo, eh.

-Te ayudaremos de igual modo: hablaron al unísono.

Reí divertido, afirmando con sarcasmo y al ver el hospital tomé las manos de ambos para que aceleraran el paso, guiándoles al interior del lugar.

Caminé hacia la consulta, me senté a esperar mi turno mientras daba algunas caricias en las zonas en las que sentía golpes.

Los otros dos no paraban de mirarse de manera algo desafiante, lo que me parecía gracioso.

Cuando dijeron mi nombre me levanté, caminando con calma hacia la puerta.

Los alfas se empujaban para pasar detrás mío, hasta que terminaron pasando ambos por la puerta a la vez, aplastándose el uno con el otro, terrible, todas mueren por mí.

Una vez allí, hablé animadamente con el médico, con el que ya tenía una buena relación debido a lo atento que era.

Apuntaba algunos datos que yo le proporcionaba, mientras mis acompañantes se limitaban a escuchar y a añadir algunas cosas.

Pasamos a la exploración, y me quité algunas prendas para facilitar el trabajo.

Sentía miradas de los más altos, y que hablaban entre sí.

Después, me mandaron acostarme en la camilla, lo hice por mí solo, sonrojándome a más no poder al escuchar al ems, que me mandaba quitarme la ropa interior para hacerme una exploración allí abajo.

Armando y Volkov le miraban juzgadores, murmurando maldiciones cuando les saqué de la sala.

Hice lo que me pidió, y la exploración salió bien, el alfa que me revisaba no lo hizo para nada incómodo, me trato muy bien, con respeto y delicadeza.

Cuando ya pude vestirme de nuevo, me harían la ecografía y así, podríamos determinar lo que sería nuestro bebé.

Dejé pasar de nuevo a Grúas y a mi comisario, que entraron bastante molestos con el médico, mirándole bastante mal.

Les llamé la atención, era algo necessario para el bienestar de mí y del bebé.

Les mandé acercarse para mirar mejor.

Observé a la pantalla de siempre mientras colocaban ese frío instrumento en mi abdomen, esperando los resultados.

Se veía ya un ser de bastante tamaño, moviéndose levemente y pateando.

Podíamos escuchar su corazón, e incluso tuvimos el privilegio de ver su rostro de cerca.

Sonreía mirando a los hombre que me rodeaban, que miraban emocionados al bebé.

En el momento de la verdad estaba muy nervioso, tomé ambas manos, mientras esperaba a que el doctor buscara el sexo del bebé.

Nos dió la noticia, sería un niño.

La noticia fue muy feliz para mí, aunque con ambos hubiera estado bien.

Como se solía decir, yo simplemente quería que saliese sano.

Salí de allí con las fotos en la mano, observando al nuevo ser que crecía cada día en mi interior y listo para preparar todo para su llegada.

Los anormales que vinieron conmigo se ganaron una buena regañina, pero de cierta forma agradecía su presencia allí.








Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora