Síntomas

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*Un mes después*
(Conway)
Estaba en una reunión del cnp, gritando a los capullos de siempre por hacer el gilipollas de servicio.
Que si uno no sabe conducir, que si el otro no se que...que putos pesados.
No me sentía nada bien ese día, no sé si era por las numerosas quejas que había recibido por parte de los mecánicos hacia mi malla o por lo gilipollas que eran todos.
-QUIERO UN CUERPO DE ÉLITE, LO HABÉIS ENTENDIDO, SUPERNENAS? UN PUTO CUERPO DE ÉLITE ASÍ QUE DEJAD DE HACER EL PUTO CAPULLO DE MIERDA Y A TRABAJAR. DEJAD DE HACEROS PUTAS PAJAS EN EL TRABAJO, QUE NO OS PAGO PARA ESO. YA OS DIJE QUE IBAIS A SUDAR SANGRE CADA PUTO DÍA. ANORMALES.
Suspiré pesadamente, las gotas de sudor corrían por mi frente, hacía demasiado calor.
Pasé mi antebrazo poe mi suerte soltando una tos inconscientemente.
-Está usted bien.-Volkov me miraba algo preocupado desde mi lado.-Nunca le he visto así, está muy raro.
-Estoy de puta madre.-acomodé mi corbata manteniendo mi compostura firme como podía.
Algunos cuchicheos se escucharon en la sala, por lo que dirigí mi mirada a los agentes severamente.
- Y a vosotros quién coños os ha dado puto permiso para hablar, nenas?
-Zupeeeh estás bien?
-Ya he dicho que estoy de puta madre, ahora tráeme un puto café, subnormal.
-Vale zupeh.-asintió y caminó hacia afuera de la sala para coger un café en la máquina.
Suspiré y me apoyé en la pared mientras miraba a mi cuerpo policial, que me observaba fijamente, todos estaban muy curiosos por mi estado.
-A qué cojones esperáis para iros, capullos? Andando todos de aquí.
-10-4, superintendente.-dijeron todos a la vez para salir de la sala.
Me prendí un cigarro mientras veía como todos despejaban la sala.
Volkov se posicionó delante mío y me miró de brazos cruzados.
-Seguro que es por fumar tanto, jubílese ya, que está mayor, cualquier día le peta el marcapasos.
-Anormal de mierda.-suspiré para salir de esa sala y caminar hacia mi despacho.
Una vez ahí, me senté en mi silla mirando a un punto perdido de la puerta. Nunca me había sentido así, menuda mierda.
-Seguro que es por esta ciudad de mierda, son todos unos capullos. Me estresan.-di una calada profunda y al escuchar la puerta tocarse levanté mi mirada hacia ella.
-Adelante.-dije volviendo a mi carácter serio y ocultando de nuevo mi malestar.
Pensé que era Leónidas con el café, por lo que me crucé de brazos y miré hacia ahí seriamente.
-Ya no quiero el puto café, mejor métetelo por el culo. Viniendo de ti seguro que sería una puta mierda igualmente. Vete.
Mi expresión se torno a una de sorpresa al ver al jefe de mecánicos entrar por la puerta y mirarme extrañado por mis palabras.
-Buenas, intendente.-me miró y se acercó a mi mesa.- Se encuentra bien? Le veo raro.-me miró de arriba a abajo con una ceja alzada.
-Joder con eso ya, estoy de putísima madre. Ahora dime que coños quieres.
Por alguna razón según vi a ese hombre me irrité demasiado, me ponía muy nervioso. Estaba sudando la gota gorda.
Armando se quedó callado mirándome.
-Siéntate, coño.-le mire mal.
Asintió y se acerco a la mesa, tomó asiento en una silla frente a mí.
-Vengo a disculparme por la protesta que hicieron mis mecánicos por la mañana aquí, yo no estaba enterado ni tampoco estuve presente. Ya he penalizado a los responsables, de hecho.
-Bien.-le miré a los ojos, se le veía algo preocupado.
-Seguro que estás bien?-acercó su mano a la mía y la tomó inconscientemente.
Noté una sensación rara en mi abdomen por su toque y retiré rápidamente mi mano, la lleve a mi abdomen bajo.
-Que sí, joder y deja de tocarme, me dan naúseas con tan solo tenerte cerca, vete ya
Miró mi mano y alzó de nuevo su ceja.
-No se te ve para nada bien, déjame ayudarte. Cuéntame que te pasa.
-Negativo. No me pasa una mierda, ahora déjame trabajar.-di una calada a mi cigarro y me recosté cansado en mi silla.
Se levantó de su qsiento para acercarse a mí y mirarme.
-Conway.-miró mis ojos.
-Grúas.-le miré igual.
Se agachó para quedar a mi altura, puso sus manos en mis hombros y giró mi silla para tenerme frente a él.
Según le sentí salté de mi silla para tirarle al suelo y acostarme sobre él aspirando su aroma.
Le abracé como si mi vida estuviera en ello y correspondió a mi abrazo algo extrañado.
Puse mi cara en su pecho para deleitarme con su aroma a lo que él acarició mi pelo con cariño.
Esto ya no era normal.

Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora