I'm nuclear

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(Conway)
Los coches negros llegaron, en ellos yacían los cuerpos de nuestros dos compañeros caídos.
En esas cajas de madera que tan conocidas eran para mí, sobre su parte superior reposaban dos bonitas coronas de flores.
La oscuridad de la noche cubría el cielo de Los Santos, al igual que el de ese recinto que no me hubiera gustado pisar nunca, era tan deprimente...me daba tantos malos recuerdos...
Volkov y yo nos paramos frente a los coches, junto con nuestros compañeros de la malla a presentar nuestros respetos.
-Descansen...-susurré por lo bajo mirando al horizonte, el sol comenzaba a asomarse por los confines de la tierra.
-Ya es de día...se merecen un entierro a la luz del sol.-recalqué mirando los coches.-Por favor, agentes, los féretros.
-Señores, esto no se hace solo, necesito ayuda.-exclamó Greco acercándose a los coches.
-En fila, por favor.-dije mientras observaba a Volkov.
Mis agentes presentes en el funeral cargaron con cuidado ambos ataúdes, hubiera ayudado, pero tenía que dirigirles y no me hubiera venido bien cargar tanto peso en mi estado...
Caminé tras ellos hasta las tumbas, observé como metían en el interior de los mausoleos esos recipientes de madera.
El cura Josecristo se apresuró a presentar su pésame para después decir unas palabras.
-Caballeros, estamos aquí reunidos hoy en el cementerio de la iglesia de Hill Valley, los familiares, los amigos, los conocidos, vecinos y compañeros de Ivanov y Jesús para ofrecerles una despedida cristiana con todos los honores que ellos se merecen. Y aunque toda despedida está teñida por las lágrimas y la tristeza de la separación, algo nos está diciendo que este adiós no es para siempre y que nos volveremos a encontrar de nuevo al final del camino. El creyente de verdad sabe que esa meta final está en la casa de Dios en quién creído y confiado y dónde espera descansar por toda la eternidad. Vamos todos juntos a intentar superar el dolor y la tristeza de la separación con la fe y la esperanza que nos dejó Jesús con su triunfo sobre la muerte. Recordad estas palabras: solo los muertos han visto el fin de la guerra y es insensato e incorrecto llorar a los hombres que murieron, más bien deberíamos agradecer a Dios que tales hombres vivieran. Como dice el maestro: yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque esté muerto vivirá y todo aquel que vive y cree en mí no morirá eternamente, yo sé que mi redentor vive y al fin se levantará sobre el polvo, y después de desecho este, mi cuerpo aún de ver a Dios, al cual yo tengo de por mí y mis ojos lo verán, y no otro. Nada hemos traído a este mundo y sin duda nada podremos sacar. El Señor dió y el Señor mantuvo, bendito sea el nombre del Señor. Acuérdate padre, de estos tus siervos, Jesús e Ivanov, oh, Señor, según el favor que muestras hacia tu pueblo y concede que creciendo en conocimiento para ti, pueda ir ascendiendo de fortaleza en fortaleza, en la vida de perfecto servicio, en tu reino celestial, mediante Jesucristo, nuestro Señor, que contigo y con el espíritu Santo es siempre un solo Dios y vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Y a la bondadosa misericordia y protección de Dios os encomendamos, hermanos. El Señor os bendiga y os guarde. El Señor os haga resplandecer su paz sobre vosotros y os sea propicio. El Señor dirija su rostro a vosotros y os de paz. Ahora y por siempre. Amén.
El cura comenzó a encender unas velas para rendir homenaje a nuestros compañeros y amigos, que siempre trabajaron con duro honor y fortaleza constante.
-Aquí, que nos hallamos junto a los cuerpos sin vida de Jesús e Ivanov, encendemos esta llama, símbolo de vida y resurrección. Que el resplandor de esta luz ilumine nuestras tinieblas y alumbre nuestro camino de esperanza, hasta que lleguemos al reino de la claridad sin noche y de la paz sin final. Amén. Y te pedimos Señor, por Jesús e Ivanov, que nos fueron tan cercanos y queridos y por eso nos hemos reunido junto a ellos, concédeles esa vida feliz y dichosa que tanto desearon y a nosotros concédenos fuerza para seguir unidos entre nosotros y junto a ti y así poder cumplir con nuestros deberes de cada día como personas y como cristianos. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Algunos compañeros repitieron la última palabra del cura.
-Y te pedimos, Señor, por estos tus siervos, Jesús e Ivanov, tus hijos y nuestros hermanos, y amigos, que han partido de este mundo, que vivan felices en tu reino de amor y de paz, te lo pedimos señor. Te pedimos señor, por sus familiares y amigos que se sienten tristes y solos, para que mantengan la esperanza de volverse a encontrar, te lo pedimos Señor. Y te pedimos, Señor, que nos libres de todas nuestras tristezas y nos hagas portadores de vida y esperanza, a todos los que sufren y lloran, padre, te lo pedimos. Y por último te pedimos, Señor, por todos nosotros, para que lo mismo que hoy estamos reunidos aquí, sepamos reunirnos en todas las situaciones de la vida, te lo pedimos, Señor. Finalmente, recordemos el salmo de David, dónde nos dice: Dios es mi pastor y nada me faltará, en lugares de delicados pastos me hará yacer, junto a aguas de reposo me pastoreará, confortará mi alma, guiará me por sendas de justicia por amor de su nombre, aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezarás mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores, ungiste mi cabeza con aceite, mi copa está rebosando. Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida y en la casa de Dios moraré por largos días.
Un gran silencio inundó ese lugar lleno de cruces y almas en pena.
-En el nombre del padre, del hijo, y del espíritu Santo, bendice, oh Señor, a este hermano, Ivanov.
-En el nombre del padre, del hijo y del espíritu Santo, bendice, oh Señor, a este hermano, Jesús.
En tu seno lo guardes y en la vida eterna juntos nos encontraremos.
Josecristo nos dió el paso para si alguno de nosotros queríamos decir unas palabras, Torrente dió un paso al frente.
(Leer con voz de anuncio)
-Hoy es un día de esos, en los que parece que mañana no saldrá el sol, hoy es un día en el que hemos perdido a dos compañeros, a dos amigos, a dos hermanos, hoy es un día triste y gris para la policía del mundo entero, y en especial, para la policía de esta ciudad. Un día que quedará marcado por el dolor en nuestros corazones y en nuestras almas, un día que quedará marcado con dos crespones negros en el calendario de nuestra vida. Hoy, en el día de su fallecimiento, venimos, unidos, como cuerpo de policía y como familia a despedir y a honrar al comisario Ivanov y al agente Gonetti que han fallecido de la mejor manera que puede fallecer un agente, de uniforme y sirviendo a la placa que llevamos todos en el corazón desde el día que nos graduamos, hoy significará un antes y un después en nuestras vidas, pero el amargo momento que supone la muerte de un compañero no puede durar para siempre. La muerte es parte de la vida, morir se acaba, señores. La vida sigue. Esa vida que disfrutaron nuestros hermanos y que ahora nos toca a nosotros seguir disfrutando. Ahora tenemos dos ángeles de la guarda más en el cielo, velando por nosotros cada minuto que llevamos puesto este uniforme. Honremos su memoria hoy, en silencio, en este momento de despedida terrenal. Pero sobre todo honremosles cogiendo a sus asesinos y siendo la mano que haga caer la espada de ka justicia sobre sus cabezas. Descansen en paz, hermanos. Tienen las puertas del cielo abiertas de par en par. Guíennos en nuestro patrullar y sequen nuestras lágrimas de dolor.
El himno sonó, nuestros brazos no dejaron de estar alzados hasta nuestra frente.
Josecristo comenzó a rezar un padre nuestro, los demás nos mantuvimos en un silencio sepulcral.
-Amén.
-Que el señor los tenga en su gloria, les acompaño a todos ustedes en el sentimiento y benditos sean. Recuerden siempre con amor a estos dos compañeros, recuerden siempre su trabajo constante, su obra magnífica, su dedicació al cuerpo de policía, a proteger a las personas, y honren su memoria constantemente, día tras día. Háganlo por ellos, estoy seguro de que podrán.
Los encargados del cementerio cerraron los sepulcros con las correspondientes lápidas.
Mis compañeros se colocaron en fila, como yo les había indicado, apuntando al cielo con sus armas esperando mi señal.
-Apunten. Fuego.
Todos comenzaron a disparar al cielo.
-Bala en bala, fuego.
Esperaban mi señal para disparar honrando a nuestros compañeros.
-Que descansen.
-Mirada al frente, saluden.
Todos saludamos a las tumbas de nuestros amigos.
-Rompan filas.
Poco a poco cada compañero se fue marchando, yo me quedé ahí.
-Os vengaré, tenéis mi puta palabra. Cada puto disparo va a ser el que les meta entre ceja y ceja.-comencé a disparar al cielo.-Uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis. Y los que sobren los ahorcaré, los asfixiaré, los reventaré, los torturaré. Llevan una puta bala en la frente.
Miré al cielo apuntando con mi arma.
-Estás contento? Estás contento, eh? Estás contento!?!? Estás contento, verdad? Te estás partiendo la puta caja ahí arriba, eh, hijo de puta. Cuando llegue mi puta hora tengo otra bala en la puta frente para ti, oíste? EN LA PUTA FRENTE, HIJO DE PUTA.-comencé a disparar hacia arriba.-ME LAS VAS A PAGAR, ME HAS QUITADO A MIS AMIGOS, A MI FAMILIA, A MIS CAMARADAS, A MIS HIJOS, A MI MUJER, HIJO DE PUTA, A MIS AGENTES, TE HAS LLEVADO A TODO LO QUE QUIERO EN ESTA PUTA VIDA, HIJO DE PUTA. ME LAS VAS A PAGAR, PEDAZO DE MIERDA, HIJO DE LA GRAN PUTA.
Miré las tumbas.
-Sois mi puta sangre, os llevo en mis putas venas, os llevo en mi piel, os llevo en mi cara, os llevo en mis putos ojos, vosotros sois yo y yo soy vosotros! Os lo juro, por la tumba de mis hijos, van a sufrir como perros, se acabaron las tonterías.
(Volkov)
Fui al cementerio unas horas después del entierro.
Me quedé mirando la tumba de Ivanov fijamente.
-Ivanov...persona como tú será difícil encontrar, sin embargo...creéme, haré que tu recuerdo perdure entre nosotros, que todos tus actos se sigan practicando y ten la certeza que solo tu cuerpo se fue pero tus enseñanzas quedarán siempre con nosotros, siempre estarás presente en todos nosotros. Ivanov, más que un amigo eres mi hermano, eres mi hermano, Ivanov, así que haré un último brindis por ti.
Caminé hacia la salida del cementerio, me paré frente al cielo para disparar a la luna, vacíe todo el cartucho, todo menos una bala.
-Esta última bala será para el hijo de puta que le dió un tiro a Ivanov.

Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora