Fotografías de una pequeña criatura

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(Conway)
Llegamos y repetí el mismo procedimiento que siempre, acostándome en la camilla mientras respondía las preguntas del médico.
-Tiene muchas naúseas?
-Al despertar tengo algunas, pero no siempre, lo estoy llevando muy bien todo por ahora.-miré a Armando, que estaba desabrochando mi camisa para destapar mi abdomen.
-Mareos?
-También al despertar.
-Dolores?
-De cabeza y a veces de todo.
-Cansancio?
-Demasiado, estoy durmiendo más en un día de lo que dormía antes en un puto mes.
-Está reposando y descansando correctamente?
-Creáme usted que mucho.
-Trabajando?
-Solo voy una vez a la semana para ver que tal va comisaría, no me fío un pelo.
-Recuerde que no debe estresarse, seguro que sus comisarios llevan la comisaría perfectamente.
-Lo intentaré.
Agarré la mano de Armando con fuerza mientras miraba sus ojos.
Acercó mi mano a sus labios para dejar un beso en mis dedos.
-Vamos a empezar con la ecografía, le reitero que el gel está bastante frío.
Asentí para mirar hacia la pantalla.
El ems me colocó gel en el abdomen, provocando en mi un escalofrío por la helada sensación.
Armando acarició mi frente al notarlo, apartando mi pelo de ella y hechándomelo hacia atrás.
El médico colocó la máquina en mi abdomen, sobre mi útero para mirar a la pantalla.
Señaló un pequeño ser en mi vientre.
-Vuestro bebé.
-El tema es que es tan chiquitín, tan indefenso...-Armando miró a la pantalla con un brillo en los ojos.
-Lo es, por eso hay que cuidarle.-le miré.
-Claro, yo os cuido a los dos que estáis diminutos.
-Yo no.
-Tú sí.-sonrió dejando un beso en mi frente.
-Joder, puto Grúas.-mire hacia la pantalla al oír al ems hablar.
-Está todo muy bien, el bebé sigue sano, saludable y perfecto. Está en su lugar, tiene un tamaño ideal para su tiempo, un buen desarrollo y un perfecto agarre-el ems nos sonrió mirando a la pantalla.
Casi parecía que él era el que iba a ser padre, estaba casi tan ilusionado como nosotros.
-Joder, me alegro de que todo esté yendo tan bien.
-Y yo, Jack. Gracias por reposar y cuidarte. Así me gusta, hay que hacer caso al médico, como debe ser.
-De nada, Grúas, aunque tú también me cuidas mucho.
-Que monos, coño.-el médico nos observó enternecido con una pequeña sonrisa.-Seguro que vais a ser una familia preciosa, con mucho amor y un bebé guapísimo.
-Como el papá.
-No, eh, no. Como tú, Conway.
-El bebé va a ser precioso porque es hijo de mi Dios Armando Grúas.
-Dios? Pero no eras tú Dios?
-Claro, yo soy God.
-Entonces?
-Soy God, pero acaso God no tiene derecho a tener otro God?
-Bueno, no veo fallas en tu lógica, pero entonces soy God de mi God?
-Exacto.
El ems se alejó para imprimir las ecografías mientras escuchaba atento y pensando en lo adorables que éramos y en lo mucho que nos queríamos.
Se notaba a kilómetros.
Armando cogió un poco de papel para limpiar mi abdomen con una sonrisa, ya se veía más redondeado.
-Se me va a ir a la mierda la tableta al final.
-Lo dudo, eh. Tú eres un Dios, eres perfecto, una obra de arte estés como estés.
-Claro, sin tableta.-dije irónicamente.
-¿Qué te apuestas a que después del embarazo vuelves a estar tan bueno como siempre?
-Emm...qué quieres apostar?
-Bueno, tenemos tiempo para pensarlo, pero podría ser el quién va a calmar al bebé si llora, es muy pesado eso, sobre todo por la noche.
-Me parece bien, aunque si no llora mejor.
-Vale, trato hecho.-nos dimos la mano mirándonos desafiantes.
-Vas a estar buenísimo, Conway. Aunque ya lo estás, estás suculento.-me susurró en el oído.
-Pues anda que tú, Grúas.-le susurré con una sonrisa ladina.
-Bueno, si estoy suculento y buenísimo cómeme, no?
-Cuando quieras.
-Lo mismo digo.
-Tú dime hora, fecha, lugar y ahí estaré.
-Luego te las digo, Conway.
-Perfecto Grúas.-sonreí mirando al ems, que se acercaba hacia nosotros.
-Aquí tenéis las ecografías de vuestra hermosa criatura del segundo mes.
Armando y yo agarramos el sobre a la vez, para luego agarrar nuestras manos y mirarnos.
-Míralo tú primero, Conway. Al fin y al cabo está en tu interior.
-Míralo tú, eres el padre.
-Tú también lo eres.
-Tú.
-Tú.
-Ya lo abro yo.-río bajo el ems, agarrando el sobre.
Abrió el sobre extendiéndonos una foto a cada uno.
La agarramos para mirarla felices.
Ese ser crecía en mí cada día, cada vez era más grande al igual que nuestras ansias por conocerlo.
Era nuestro pequeño o pequeña, nuestra debilidad.
Ese regalo que nunca pedimos, pero que nos hacía mucha ilusión.
Una bendición sorpresa.
Puede que fuera un accidente, pero era nuestro accidente, nuestro chiquito.
Le íbamos a cuidar con nuestra vida si era necesario, pues aún no le habíamos siquiera visto en persona, pero ya lo amábamos con todo nuestro corazón, con nuestra alma entera.
Igual era por el instinto paternal o por lo que fuera, pero ya no podíamos vivir sin él o ella.
Le amábamos.

Le amábamos

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Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora