Capítulo de regalo pa ustedes, que son la polla😭🅰️

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Jack se encontraba dormido tras dar a luz, Armando, portaba en sus brazos a un Horacio recién nacido, lo acunaba feliz con un cálido sentimiento, acababa de ser papá y era la persona más feliz y radiante de los Santos en ese momento.

Tomó la mano de Jack, acariciándola con cariño y gratitud. Le arropó bien mirabdo los pequeños orbes bicolores del pequeño de sus brazos, que le miraba de una manera tierna y llena de curiosidad.

Volkov tocó la puerta, de inmediato le dieron paso, por lo que no dudó dos veces en entrar al cuarto, observando los alrededores algo cortado por la situación, estaba a punto de conocer al hijo de la persona a la que amaba, pero con otra persona a la que su amor platónico amaba y adoraba.

-Priviet.-miró hacia Jack.

-Está dormido, aunque no me extraña, lo hahecho muy bien.-sonrió Grúas, quitando los mechones del dormido de su frente para ponerlos tras su oreja.

-Seguro que sí, Conway tiene mucha fuerza de vountad.-sonrió levemente viendo a Jack.

-Lo ha pasado muy mal, ha sentido mucho dolor.-exclamó preocupado, llevando la mano ajena a sus labios para besarla.

-Pero valió la pena para él. Para vosotros.-se acercó al bebé.-Me permites verlo?

Asintió acercando al bebé a Volkov, que lo examinó con su mirada fría de tímpano de hielo.

-Si que lo ha hecho bien Jack, ha quedado precioso.-vio sus ojos.-Uno como Jack y otro verde...como tú.

-Quieres cargarlo?-miró a Volkov y le sonrió algo triste.

-Cargarlo? No sé cargar un bebé...

-Tienes que aferrarlo a tu pecho, pones la palma de tu mano en su cabecita y la otra en su espalda, así.- habló con tranquilidad, mostrándole cómo debía de hacerlo, le acercó a su hijo al ver que Volkov ponía sus brazos en posición.

Volkov cargó al bebé con cuidado, que se movió un poco acomodándose a los nuevos brazos que le cargaban y se agarró a su camisa gris.

-Así es, muy bien...-Asintió Armado dando su aprobación.-Serías un buen padre...

-Pero no lo soy ni lo seré.-observó de reojo al padre de Horacio, que guardaba silencio.-Orasio...-le llamó el ruso, a lo que el bebé rió.

El duro corazón de ese ruso se emterneció, haciendo que abrazara al hijo de su jefe, jurando protegerlo como si fuera su propio niño por el resto de su vida internamente.

-Confirmamos, serías un padre ejemplar.

-No tengo pareja ni la busco, tampoco quiero hijos.

-Las cosas no se buscan, se encuentran. Míranos a nosotros.- se volvió a ver a Jack.

-Si fuera algo como ustedes si me gustaría tenerlo, pero va a ser imposible.

- Y por qué no? Claro que puedes encontrar algo así.

-Estoy interesado en alguien, pero esa persona nunca se fijaría en mí.

-Jack, verdad?

El soviético asintió levemente, fijando su mirada en el recién nacido.

Armando se paralizó por unos instantes, ya se lo olía, pero esa confirmación fue una gran sorpresa.

Pudo solo limitarse a rodear a Volkov con sus brazos algo incómodo.

-Yo no lo merezco, tú lo cuidarías más...-murmuró.

-Él te ama a ti, tenéis un hijo.

-Y yo lo amo a él, como a nada, y a nuestro hijo.

-Sed muy felices, cuídalos por mí...-le devolvió al niño, dispuesto a marcharse.

-Sabes que sí lo haré.-sonrió y agarró al bebé.-No quieres quedarte? Seguro que a Jack le alegra verte al despertar.

-Bueno...se alegrará más al verte a ti, pero me quedaré.-tomó adiento en una de las sillas de la sala, en el lado contrario de la camilla.

El silencio inundó la sala, y Armando se sentó en la silla opuesta comenzando a esperar.

El ruso estaba con sus brazos cruzados, sumido en sus pensamientos.

Conway despertó muy aturdido tiempi después y miro a los hombres de su lado, luego pasó sus manos por su vientre, al ya no notar un bulto en él murmuró.

-Y el bebé?-intercaló miradas entre los dos sentados, fijándola en el pequeño que portaba Grúas.

-Jack!-habló el padre y tomó la mano de su pareja.

-Conway!-habló Volkov, y acercó su mano a la otra de Conway, sin atreverse a tener contacto con ella.

El bebé comenzó a llorar por el ruido por lo que Armando comenzó a acunarlo.

Jack trató de levantarse para verlo y cargarlo, pero Volkov le paró.

Jack y Víktor se miraron a los ojos, las manos del mád alto agarraban las muñecas del contrario.

-Quiero cargarlo.-exclamó Jack.

Armando sonrió, y se interpuso entre los dos policías, pasándole al Superintendente a su hijo.

Conway lo tomó con cuidado en su pecho, murmuró su nombre y el bebé se calmó de inmediato a escucharle.

Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora