Recuerdos traviesos

214 22 14
                                    

(Conway)

Corté el beso, mordiendo sus labios de una manera un tanto violenta.

-Me vas a dar ahora de tu amor o te vas?

-Voy a darte cariños, sí.-me cargó con cuidado en sus brazos.

-Así me gusta.-abracé su cuello, sonriendo al ver que caminaba hacia el cuarto con la comida.

Mi cabeza apoyada en su pecho, podía escuchar cada uno de sus latidos, que pareciera que estaban al mismo tiempo que los propios.

Aspiré su aroma, topándome con un suave olor bastante agradable a perfume.

-Extraño el olor a aceite de motor.

-Yo también.

-Siempre que nos besábamos o teníamos algún tipo de interacción en tu taller olías de esa forma, me trae muy buenos recuerdos, sinceramente prefiero ese olor a que huelas así, eso significa que no has estado en el taller, y yo sé que es lo que te gusta.

-Supongo que ahora tengo otras prioridades, lo primero es que tú estés bien, y me encantaría permanecer con vida para conocer a mi hijo.

-Deja de decir gilipolleces.-le di un suave golpe en su hombro.-Claro que vas a estar vivo, coño, no tienes permiso para palmarla todavía.

-Vale, vale, perdón.-rió, y agarró mi mano, entrelazó nuestros dedos.

Posó mi cuerpo con delicadeza sobre la cama, sentándose a un lado mío sin soltar mi mano.

-Grúas, cómo es que cuando te dije que esperaba un hijo no dudaste que fuera tuyo?

-Yo intuía que te ocurría algo conmigo, estabas distante y algo decaído, no me hacías los mismos comentarios de siempre sobre que mis arreglos son una mierda, y eso es muy extraño en ti. Además, claramente tenía muy presente que no nos protegimos y estando en celo.

-Si es que son una mierda.

-Oye, eh, pero vamos a ver, con mis habilidades de automoción no te metas.

-Está bien.-Reí levemente.-Pero yo nunca imaginé que algo así ocurriera, de hecho, cuando me dieron la noticia, yo no lo creía, pues yo no tenía pareja ni una vida sexual especialmente activa, solo esos encuentros esporádicos contigo.

-Yo le agradezco al destino, ya que si no esperaras ese hijo mío aún seguiríamos con eso de mantener relaciones y luego a seguir con nuestras vidas, no puedo negar que no me disgustaba del todo, pero siempre que quedaba con ganas de alguna palabra, de algo más que una mirada, vestirnos rápido y separarnos.

-Así que agradeces eso?

-A ver, de ninguna otra manera podría haber ocurrido algo así. En primer lugar, yo me renegaría a tener un hijo con cualquier omega que no fueras tú, pues por mucho que fuera un sueño mío, la única persona que me interesaba eras tú, y por razones evidentes, no habríamos tenido un hijo juntos de manera voluntaria. O sí?

-Mucho hubieras pedido, eh. Que yo solo sentía atracción hacia ti, y esa relación que teníamos de ayudarnos mutuamente en nuestros celos era más que suficiente, yo no hubiera querido tenerte de pareja y además, no tedría ningún hijo de manera voluntaria, no me pensaba listo. Pero las circunstancias te hacen madurar, no? Y creo que Horacio es lo mejor que ha podido pasarme, me hizo madurar y superar el pasado de golpe.

-Sin duda pienso igual, gracias por darme a Horacio.

-No es nada. Se me están viniendo de repente a la cabeza esas veces en las que tú estabas en celo y me buscabas, y claro, al estar en celo tenías una actitud completamente contraria a la normal, y no parabas de hacerme marcas de territorio a pesar de no ser nada, además de que tras esos encuentros me dolía sentarme dos días, eh.

-Yo lo siento por ser tan brusco, pero tú tampoco te quedabas atrás. Anda que me llenabas de arañazos y mordidas. Por poco y no se rompía la protección con lo fuerte que lo hacías.

-Coño, porque así son los celos, pero lo peor eran esas contadas ocasiones en las que nuestros celos coincidieron, se armó el caos.

-También una vez lo hicimos sin estar ninguno en celo, no sé como ocurrió, pero yo intenté ser lo más gentil posible, tú me insultabas, pero a mi parecer fue una de las veces en las que más me gustó, ya que ambos estábamos conscientes de lo que hacíamos, y podía hacerlo de la manera que prefiriera en lugar de con tanta fuerza. Además fue en mi casa y no en cualquier lugar, yo quería que fuera especial, aunque justo luego al terminar te marchaste.

-Mmm si recuerdo esa vez, peleando nos besamos y al final llegamos a algo más, pero me invitaste a tu casa y a mí me pareció muy extraño, realmente pensaba que solo querías un culo para tus celos, pero esa vez estuviste muy bien. Claro que me marché, qué esperabas? Ya había sido lo suficientemente extraño como para quedarme y tener que entablar una conversación.

-Pues ya ves que no, a mí siempre me gustaste.

-Ya lo veo, ya.-exclamé, abriendo un chocolate para darle algunos mordiscos, gustoso por el sabor dulce tan perfecto.

-Y tú? Tú realmente qué querías de mí?

-Yo solo quería tu polla.-Solté una risa, muy divertido.

-Bueno, al menos eres sincero.-rió conmigo.




Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora