Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)

Emocionalmente inestable

(Conway)
Solté algunas lágrimas sin razón, me sentía protegido en sus brazos, ya no estaba mareado, no me dolía nada. Ahora sí que estaba de puta madre.
(Armando)
Me senté en el suelo apoyando mi espalda en su escritorio y sentándole en mis piernas a lo que Conway rápidamente puso las suyas rodeando mi cintura para que no me alejara de él.
Agarré mi barbilla para mirarle a los ojos y al notar que estaba llorando, pasé mis dedos por debajo de sus gafas para limpiar sus ojos cristalizados.
-Ha pasado algo? Seguro que te encuentras bien?-dije ya bastante preocupado. Ver al Superintendente así ya era algo grave. Qué podría haber pasado? Ante todo mi interior me decía que necesitaba protegerle. No dejaría que nadie le tocara.
-Estoy bien, solo estoy algo sensible.-suspiró y se soltó de mi agarre para apoyar su barbilla en mi hombro.
-Déjame llevarte al médico, no estás bien.-acaricié su espalda con suavidad al notar su elevada temperatura corporal.
-Estoy de puta madre, solamente no te vallas...por favor.
Asentí para abrazarle más fuerte y dejar un pequeño beso en su coronilla.
-No te voy a dejar solo, no me iré.-comencé a susurrar en su oído cosas tranquilizadoras para que se sintiera mejor mientras acariciaba su espalda con una pequeña sonrisa al notarle relajado.
Poco a poco se fue durmiendo en mis brazos, se le veía muy cansado, la verdad. Le vendría muy bien a mi parecer.
Me levanté del suelo cargándole con mucho cuidado de no despertarle para acostarme en el sillón y ponerle en mi pecho, ahí estaría mucho más cómodo.
Tras un rato de caricias y besos en el pelo, miré a Conway que reposaba aún encima de mí. No se había movido, estaba demasiado tranquilo para ser él.
(Conway)
El aroma de Grúas había conseguido que ya nada me doliera, se estaba realmente bien así.
Me desperté lentamente y le miré a los ojos, topándome con una pequeña sonrisa en sus labios.
Se acercó a mí y besó mi frente para sentarse en el sofá y mirarme.
-Ya estoy mejor, si quieres puedes irte.-le miré.
-No me importa quedarme, podrías volver a sentirte mal.
-No te preocupes, seguro que tienes cosas que hacer.
Asintió aún mirándome poco convencido de dejarme solo y beso mi mejilla.
-Nos vemos, Conway.-sonrío para caminar hacia la puerta.
-Adiós.-le miré.
Se despidió con la mano para salir de mi despacho e irse.
Miré como salía para acostarme de nuevo en el sofá y mirar al techo.
Cerré mis ojos unos instantes al sentirme algo mareado y me levanté del sillón para caminar hacia afuera de comisaría y tomar un poco el aire.
Observé mis alrededores, Armando ya había desaparecido de la vista.
Tomé mi cajetilla de cigarros de mi bolsillo para atrapar uno entre mis labios y prender el otro extremo. Acto seguido, aspiré el humo y lo agarré entre mis dedos.
Tosí un poco al sentir unas naúseas tremendas y tiré el cigarro al suelo, lo pisé.
Calmé mis naúseas gracias a mi fuerza de voluntad y entré a comisaría para salir de servicio. Necesitaba saber qué coños me pasaba.
Una vez hecho eso, me monté en mi coche y conducí hacia el hospital, pediría un análisis de sangre, ahí se veía todo.
Al llegar al hospital, aparqué el coche y caminé hacia adentro de el edificio.
-Joder, porque cojones nunca hay nadie de servicio? Todo el puto día haciéndose pajas. Si es que aquí el único gilipollas que trabajo soy yo o qué cojones?-caminé por el hospital buscando un ems disponible hasta dar con uno.
-Coño, por fin. Necesito un puto análisis de sangre. Ahora. Tengo que ie a trabajar así que mueve el culo, muñeca.
-10-4, sígame.
El ems me llevó hasta una sala. Allí, me mandó remangarme y con ayuda de una jeringilla me sacó sangre para analizarla.
-La llevaremos al laboratorio, en cuánto tengamos los resultados le llamaremos para que venga.
-Vale, espero que sea pronto. Esto es más importante que vuestras pajas. Haber si la palmo ya de una puta vez, coño.
El ems asintió para guardar la jeringilla.
Me levanté de la silla y caminé hacia la salida, debía volver a trabajar.
-Buen servicio.
-Igualmente.
Salí del hospital y me monté de nuevo en mi coche para volver a comisaría.