El barbas ya lo sabe todo

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(Conway)
Vi entrar a los dos capullos que tengo de comisarios por la puerta de mi despacho, por lo que retiré mis manos rápidamente de mi abdomen y las crucé sobre mi pecho.
-Buenos días, anormales de mierda.-les miré y me acomodé las gafas.
-Buenos días, Conway.-hablaron al unísono mirándome curiosos.
Podía notar la mirada disimulada de Volkov por debajo del escritorio, aunque no le culpaba. Para mí también era algo raro y curioso el estado en el que me encontraba.
-Greco.
-Dígame, Conway, pero primero que nada, qué hace Grúas aquí?-me miró curioso.
Volkov se quedó paralizado mirándome, claro, como él ya lo sabía todo...
-Ese es otro tema, capullo. A lo que iba, como bien sabes llevo una buena temporadita sin venir a trabajar.
Asintió a mis palabras mirándome curioso.
-Estaba enfermo, verdad? Está mejor?
-Estoy de puta madre.
-Me alegro, entonces.
-El caso es que no estaba enfermo.
-No? Qué le ocurrió? Estuvo bien usted?
-Que sí, que estuve de puta madre, solo que en mi estado no puedo trabajar, es riesgoso.-miré a Armando de reojo.
-No está enfermo?-me miró curioso, desvió su mirada hacia dónde miraba yo, Armando.
Agarré la mano de mi novio por debajo de la mesa mientras soltaba un largo y profundo suspiro.
-No, no he estado enfermo, ya se lo he dicho. Ahí es dónde entra Grúas.
-Grúas? Qué cojones ha pasado con él?
-Estoy en una relación sentimental con Grúas, Greco.
La cara de mi comisario barbudo se tornó a sorprendida para luego volver a su expresión confundida y pensativa.
-Yo ya lo sabía todo.-soltó Volkov por la cara.
-Exacto, él ya sabe la situación.-Asentí.
-Y no me cuentas? Joder, eh. Puto ruso.
-Para eso estamos aquí, coño. Voy a contarte la situación.
-Le escucho, aunque no entiendo que tiene que ver que esté saliendo con Grúas con que no venga a trabajar, la verdad. Se ha tomado unas vacaciones para estar con él?
-Estoy de baja.
-De baja? Usted? No ha faltado al trabajo desde que trabajo aquí, no me lo creo.
-Pues sí estoy de baja, anormal de carrito, y escucha, coño.
-Escucho.
-Resulta que este capullo y yo.-miré a Armando.-tuvimos un despiste.
-Qué tipo de despiste?-me miró curioso.
-Un despiste.
Asintió.
-Estoy en estado.
-En qué estado?
-En estado, coño. No lo entiendes, pedazo de gilipollas?
-No te alteres.-Armando me susurró al oído acariciando mi mano suavemente.
-Si es que este anormal no entiende nada.
Me levanté de mi asiento y rodeé la mesa hasta colocarme al lado de mi pareja de pie y con los brazos cruzados.
Greco bajó su mirada a mi vientre, notando que estaba algo abultado, me miró sin entender nada.
-Lo entiendes ya, pedazo de mierda?
-Creo que ya entiendo algo.-miró a Volkov, que asintió mirando mi tripa.
Armando llevó su mano a mi abdomen y lo acarició lentamente mirándome y asintiendo.
-No me jodas, Conway.
-Si te jodo, no lo ves, capullo?
-Si lo veo, sí...
-Pues ya lo sabes. Más te vale no abrir la puta boca, gilipollas.
-Vale, vale, Conway. Felicidades, pero espera-
-Espera qué?
-Eres el pasivo?-Volkov y él soltaron una pequeña risa.
-Callad ya la puta boca, no estoy para vuestras mierdas. Anda y que os follen, a trabajar los dos, no me seáis como los ems que solo saben hacerse pajas.
-Nosotros trabajamos, y el que se hace pajas y al que se lo follan es a usted, eh.
-Yo he trabajado más en mi puta vida que vosotros dos juntos, pedazos de mierda, así que no me toquéis la polla, ahora no puedo ni debo cabrearme.
-Lo sé, Conway, era coña. Me alegro mucho por vosotros, espero que todo salga bien y que seáis muy felices con vuestro pequeño.-me dedicó una pequeña sonrisa, al igual que a Armando, él se la devolvió.
-Gracias, supongo. Ahora a tomar por culo los dos de aquí.
-Vale, vale. Nos vemos, adiós y suerte.-Greco se encaminó hacia la puerta y salió.
-Adiós.-Volkov me dedicó una mirada, después bajó su mirada a mi barriga, para por último fijarla en mis ojos. Se volteó y caminó hacia la puerta, salió tras Greco.
-Pues adiós.-miré a Armando.-pues ya está, joder.
-Genial.-me sonrió para dejar un pequeño beso en mis labios.-Estoy orgulloso de ti, lo has hecho genial.
-Tenía que hacerlo tarde o temprano.-me encojí de hombros.
-Y lo has hecho muy bien.-besó mi mejilla levantándose de la silla.
-Vamos a casa ya, hostia.-le miré y comencé a caminar hacia afuera del despacho con él a mis espaldas, salí y bajé las escaleras encaminándome hacia la salida de mi comisaría.

Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora