Final alternativo Volkway

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(Conway)

Me encontraba en recepción, sentado en la silla mientras movía mis pies agitadamente debido al nerviosismo.

Frente a mí, un hombre bajito con acento asiático me revelaba horribles verdades de aquel alfa del que esperaba un hijo.

Un mafioso? Cómo podría si quiera mirarle a los ojos ahora?

Él acabó con mis agentes, él me hizo estos últimos meses de mi vida la puta vida imposible mientras por otro lado, se hacía el que me amaba y el que quería formar una familia conmigo.

Detestaba a Grúas, en ese momento me di cuenta, odio convertido en falso amor debido al bien de mi hijo me había confundido todo estos meses, yo siempre le había odiado, y eso no cambiaría.

Por mucha tensión que hubiera entre nosotros no me dejaría engatusar por sus palabras y acciones.

Ya no le quería ni tan siquiera de padre para mi hijo, acabaría con él con mis putas propias manos.

Recibí unas pequeñas palmaditas de Yun en mi hombro, que después se alejó de mi lado, siendo arrestado por un agente, y llevado a la trena, no sin antes especificarle que le reducirían su condena por su información.

Mi moraba estaba perdida en algún lugar de esa sosa pared de la comisaría.

Todo quedó en silencio, solo el tik tak del reloj podía oírse, tik tak, tik tak.

Cada segundo era uno más arrepintiéndome de haber llamado amor en algún momento a ese sucio mecánico.

-Conway!-la voz de un comisario agitado resonó en mis oídos, haciéndome desvíar mi mirada hacia su ubicación.

-Volkov.-le miré a los ojos con mi mirada vacía.

Él se lanzó a abrazarme con fuerza, me cubrió con el manto cálido de sus brazos, aquel que siempre en los momentos duros me protegía y arrullaba.

-Se encuentra bien...?-comenzó a dejar algunas caricias en mi espalda.

-Volkov...yo...fui un gilipollas...yo no debí acostarme con él..

-Shhhhh, no se martirice. Voy a llevarle a casa, de acuerdo? Y reuerda al pequeño, no puede estar tan agitado.-murmuró cerca de mi oído, pareciera que se le partiera el alma al verme así, parecía preocupado. Le hizo unas señas a la pelirroja que entraba a la sala en esos momentos, indicándole que él se encargaría de mí.

Al no recibir respuesta alguna por mi parte comenzó a caminar tirando de mi muñeca, ignorando todas las miradas de agentes y civiles que se posaban en nosotros.

Para no hacerme daño, terminó por tomarme en sus brazos con cuidado, caminando sosteniéndome con fuerza y aferrándome a su pecho.

No pude evitar pasar mis brazos por su cuello, para no caer y para poder hundirme en su pecho, sintiendo un gran apoyo por su parte y aspirando su embriagador aroma.

Me llevó a su coche, acomodándome en sus piernas al no quererse separar de mí.

Me abracé cual koala a su cuerpo, en un intento de que no me separe de él, tampoco es que eso estuviera en sus planes.

-Iré despacio y con cuidado. Esa posición no favorece mucho a su hijo si tenemos un accidente.-Arrancó, tratándome con sumo cuidado y delicadeza, parecía no importarle que aquel bebé era del asesino de su amigo Ivanov.

Llegamos a su casa, y él volvió a cargarme y a acceder al piso conmigo, y él me acostó en su cama y me arropó bien, para luego separarse.

-Ruso, no te vayas, coño. Te necesito, no lo ves?.-mordí mis labios con impotencia, no me permitiría el llanto.

-Tranquilo, sabe que no me iré. Solo pretendía hacerle una infusión o algo para calmarle.

-No necesito esa puta mierda, solo te necesito a ti.-agarré su brazo, tirando de él y obligándole así a acostarse a un lado mío.

Volkov se metió bajo las sábanas conmigo, y me abrazó, pasando sus grandes manos por mis cabellos con suavidad para así tranquilizarme.

-Volkov...

-Dime, Conway.-habló el ruso  dejando pequeños besos en mi frente de manera protectora.

-Realmente te aprecio.-abracé su cuello suavemente.

-Yo también lo hago, Conway.-sonrió levemente, atrayéndome hacia sí, se sentía como en uno de sus sueños, esos que en ocasiones, debido a borracheras, él me había narrado. Parecían demasiado perfectos como para ser reales, pero en estos momentos lo estaban siendo, y no me desagradaba nada.

Yo ya estaba claramente al tanto de los sentimientos de Volkov por mí desde hacía tiempo, pero estaba demasiado ciego como para ser consciente de lo mucho que lo quería.

Besé la mejilla del ruso, que, en un impulso, bajó a mis labios, uniéndolos con los suyos en un beso suave y algo inexperto por su parte.

Al principio me mostré sorprendido, pero terminé correspondiendo, y tratando de guiarle y enseñarle a besar, pasé mis manos por su pecho.

Las mejillas del más alto se tornaron a un tono rosado, bien visible por su piel pálida.

Lamí sus labios, pidiéndole permiso para acceder al interior de su boca, fue concedido.

Ambas lenguas se acariciaban en en vaivén simplemente perfecto.

Tras un rato, corté el beso.

-Al menos podemos sacar algo bueno de toda la mierda?

-Sí.-sonrió ladinamente Volkov, besándome de nuevo, esta vez con más fluidez, y acariciando mis caderas, trató de subir mi sudadera.

Mordí su labio, alejándole.

-No puedo, Volkov. No tan rápido.

-Está bien, pero ten claro que algún día te haré mío.-me guiñó un ojo y retomó las suaves caricias en mi espalda.






Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora