(Conway)
Hacía ya un rato que habíamos llegado a casa de Armando.
Me había invitado a pasar y estábamos en su salón riendo mientras escuchábamos canciones y cantábamos a todo volumen.
-Yo no quería amarte, tú me enseñaste a odiarte. Todos los besos que me imaginé vuelven al lugar dóndr los vi creceerrr-cantó Armando mirándome a los ojos fijamente y acariciando mi mentón.
-En Saturnooo, viven los hijos que nunca tuvimos, en Plutónn aún se oyen gritos de amorr y en la Lunaa gritan a solas tu voz y mi voz pidiendo perdón, cosa que nunca pudimos hacer peorr.-canté yo.
-Esa canción es...nosotros...pero nosotros si tendremos hijos.-llevó sus manos a mi abdomen con una sonrisa.
-Exactamente.-le abracé por el cuello mirando sus ojos para dejar un pico en sus labios.
-Y los besos no son imaginarios.-sonrió y me dió otro pico.
-No lo son, no. Ni los perdones.
-Espera, Conway, me perdonas por nuestras peleas de antes, cuanso nos llevábamos mal?
-Te perdono, me perdonas a mí? Oye pero no te disculpas por atropellarme?
-Por supuesto que te perdono, amor.-miró mis ojos.-Pero lo otro fue que te tiraste contra el capó, eh. Yo no te atropellé.-rió bajo y besó mi mejilla.
-Ah, no? Aún me debes 1 millón de indemnización, Grúas.-le miré riendo bajo.
-Te puedo pagar a besos?-miró mis ojos y puso sus manos en mis mejillas.
-Messirve.-le miré
Sonrió y me tumbó con cuidado para subirse encima mío con mucha precaución con mi abdomen, claramente y comenzó a dejar besos por toda mi cara mientras acariciaba mi espalda.
Reí por las cosquillas de su barba en mi cara y le abracé por el cuello de nuevo aferrándome a él.
Le miré curioso entre risas al ver que bajaba por mi batbilla hasta mi cuello para dejar besos en él también.
Enrollé mis piernas en su cintura acariciando su pelo mordiendo mis labios al notar sus manos bajar por mi abdomen desabrochando botón tras botón mi camisa.
Sonreí al notarle dejando pequeños besos en mis pectorales para observar mis ojos y darme un pico.
Llevó sus frías manos a mi abdomen, para acariciarlo con cuidado y mirarlo con una cálida sonrisa.
Se acercó para dejar besos en él mientras no dejábamos de tener contacto visual, dedicándonos miradas enamoradas.
-Es nuestra criatura.-sonreí lanzándole un beso a Armando.
-Sí, nuestro bebé. Que ganas de tenerlo en mis brazos.-sonrió y puso su oído en mi abdomen para escuchar mis latidos unos instantes.
-Bueno, aún nos quedan varios meses y cosas que pasar, pero ya verás como todo saldrá bien y podremos tenerlo con nosotros como una familia que seremos.
-No dudo eso en lo absoluto. Y no seremos una familia, ya lo somos, Jack. Para mí ya eres mi pareja.
-Y para mí también, no solo eres el padre de mi hijo. Eres el amor de mi vida.
-Lo mismo digo, el bebé ha sido el hilo que nos ha unido. Gracias a él y a ti estoy al lado de mi alma gemela y voy a poder cumplir mi sueño, no puedo ser más feliz...
-Seremos papás.-sonreí abrazando fuerte a Armando y cerrando los ojos al notar un beso en mi frente.
Agarré fuerte sus manos entrelazando nuestros dedos.
-Seremos papás...-sonrió ilusionado dejando besos en mi abdomen.
Asentí mirándole.
Se acomodó en mi abdomen sin dejar de darme besos en él.
-Qué tal llevas el embarazo poe ahora?-dejó un beso en mi abdomen bajo.
-Bien, la verdad. A veces duele un poco o me siento cansado o con algo de naúsead o antojos, generalmente ácidos, pero por ahora lo llevo bien. También es que estoy simplemente a principios del proceso, en el primer trimestre, el bebé es pequeñito, se lleva bien, no pesa.
-Ya sabes que cuando te sientas mal sea cuando sea puedes llamarte para que pueda cuidarte. Y me alegro de que lo lleves bien, es una etapa difícil, pero espero que al menos el saber que voy a estar contigo te ayude. No vas a pasar por nada solo. Consultas, revisiones, ecografías, dolores, antojos, mareos, fatiga, el parto...estaré contigo siempre, pase lo que pase. Me encantaría ser la mano que agarres para sentirte apoyado, aunque tú eres muy fuerte ya de por sí, yo no lo llevaría tan bien, la verdad, y además en tu situación con tu trabajo y tu oersonalidad es más complicado para ti. Ser el hombro en el que puedas apoyarte para cualquier cosa. Ser tus piernas si te duelen por el cansancio. Te cuidaré siempre, Jack. Por mí, poe ti, por nuestro bebé, poeque te amo, porque eres lo más importante en mi vida, lo que más quiero, lo que más necesito...
Dejé un pequeño pico en sus labios para acariciar sus mejillas.
-Te amo mucho, Armando.
-Y yo, Jack.
-Entonces quieres que vivamos juntos? Digo...para el bebé puede ser más fácil...
-Me encantaría, cariño.-besó mi mejilla abrazándome fuerte.
-Vente a vivir a mi casa entonces, a nuestra casa, porque somos una familia.
-Cuando quieras.-me miró.
-Pues ahora mismo, joder.-sobreí y me levanté de golpe del sillón emocionado.
Armando se levantó agarrandome fuerte por la cintura.
-Jack, procura no exaltarte. A mí también me hace mucha ilusión.-sonrió y besó mi coronilla para cargarme en brazos.
-Ha sido un impulso.-reí bajo y me abracé a su cuello.
-Si quieres espérame unos momentos, cojo algunas cosas importantes y ya nos podemos ir.
-Tómate tu tiempo, precioso.-sonreí para mirarle y asentir.
Caminó hacia su habitación para entrar y dejarme en la cama.
Observé como abría sus armarios, cogiendo ropa y otros objetos importantes para meterlos en una maleta rápidamente.
Cerré mis ojos unos instantes apoyando mis brazos tras mi cabeza mientras escuchaba a Armando tarareando una melodía.
Sonreí al verle a mi lado, acostado abrazándome.
-Mejor ya vamos mañana, no? Que pereza, con lo bien que se está aquí, acostadito al lado del amor de mi vida...-sonrió y besó mi mano.
-También es verdad.-me volteé para quedar frente a frente con él y dejar un pico en sus labios con cariño.
-Te amo.
-Y yo te amo.
Besó mi frente para atraerme hacia él por mi cintura.
Me acomodé en su pecho para cerrar los ojos y aspirar su aroma con una sonrisa.
Hundí mi cara en su pecho, escuchando sus latidos con su olor inundando mis fosas nasales.
Escuché sus latidos levantando mi cabeza de golpe de su pecho.
Armando también se sobresaltó y me miró fijamente a los ojos.
-Jack...tú has encontrado ya a tu mate...?
-No...si que estuve casado y tuve una familia en un pasado, pero...esa persona no era mi mate...
Aspiré su aroma de nuevo, ahora lo sentía como más fuerte, era un olor que simplemente me hacía sentir único, me hacía sentir...su compañero, su...necesidad, su...
Escuché sus latidos agitados, mi corazón iba al mismo ritmo.
-Armando...
-Jack...hueles...diferente...hueles...-cerró los ojos aspirando mi aroma.-hueles...exquisito...
-Tú también...y...tus latidos...
-Nuestros latidos...
Nos acercamos hasta que no hubo distancia entre nosotros y nos abalanzamos a los labios del contrario, besándonos apasionadamente y con asias, con necesidad.
Llevé mis manos a su cuello y él las llevó a mi cintura, para acercarnos mutuamente y estar lo más cerca posible.
Ambos corazones palpitaron más rápido mientras nos mirábamos a los ojos fijamente.
Mordí sus labios, metiendo así mi lengua en su cavidad bucal al notar que los había separado y profundizar el beso todo lo posible.
Exploré toda su cavidad bucal con mi lengua y él hizo lo mismo.
Pues siempre había habido esta relación entre nosotros, pero nunca le habíamos hecho demasiado caso. Tanto, que incluso lo olvidamos, pero era imposible que ese hilo rojo del que la diosa luna nos había atado una punta a cada uno fuera invisible para siempre.
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Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)
RandomArmando Grúas y Jack Conway eran un alfa y un omega que iban por este camino de la vida solos, cada uno dirigía su manada. Armando el taller y Conway la comisaría. Ambos pensaban que siempre sería así. Solo tenían su trabajo. ¿Una vez que llegaban d...