Celos

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(Narra autora)

El azabache se encontraba aún en la cama, más el moreno estaba en la cocina haciendo algo para desayunar.

-Joder, que puta pereza.-bostezo mientras estiraba sus extremidades, quisiera o no él era una persona muy cumplida, y mucho más con su trabajo, poe lo que no podía andar faltando al trabajo aunque estuviera en estado, no era muy God de su parte.

Se levantó, sonriendo al notar el olor de la comida acceder a sus fosas nasales, Armando si que sabía cocinar.

Caminó hacia su armario, buscando algo para ponerse, le apetecía estar cómodo, elegante también, pero ambas cosas eran difíciles de tener a la vez.

Rebuscó un poco, tomando una sudadera que estaba en el fondo.
Se trataba de una prenda que le quedaba bastante ancha, pues no era de su propiedad.

Una sudadera de tonos amarillos, negros y blancos en la que se podían distinguir una letras japonesas, "Banana fish", decía, junto con unos dibujos de los monos chinos que casualmente le gustaban a Volkov.

Pues era de ese ruso la prenda, no lo recordaba bien, pero en alguna ocasión, hace ya mucho tiempo, en días de esos en los que Jack se la pasaba enyre llantos y alcohol por la pérdida de su ex-esposa, el otaku había ido en su búsqueda por la noche, ya que el azabache le había llamado borracho y necesitando un hombro para reposar sus lágrimas, y el otro, le había puesto su sudadera por el chaparrón que comenzó a caer del cielo.

Se puso unos pantalones, aferrándose unos momentos a la sudadera ya que se sentía muy protegido en esa tela, más que nada porque aquel hombre de dos metros le había ayudado mucho cuando lo perdió todo.

Bajó a desayunar y se sentó, recibiendo unas miradas a su paso.

-Buenos días.

-Y eso?-alzó una ceja Armando.

-Del ruso otaku de mierda, lo tenía en el fondo del armario.

-En tu armario...? Ah, bueno, ya veo, no te queda muy grande?

-Es que el capullo ese mide dos metros.

-Pero a ti no te gustan esos dibujos, no?

-Bueno, pero la sudadera sí, y es cómoda y ancha.

El mecánico asintió levemente forzando una sonrisa y colocando en la mesa el desayuno, que constaba de unas crepes y para Jack, un zumito, que la cafeína en su estado no era muy recomendable.

-Gracias, Grúas.-le dedicó una sonrisa, besando sus labios de manera corta.

Grúas correspondió al pico y bebió el café de su taza de golpe.

Pasó la palma de su mano por el pelo del contrario dejando unas caricias y le volvió a fingir una sonrisa, pues estaba muerto de celos.

Por qué tenía ropa del otro hombre en el armario? Todos pensaban que el pequeño era del ruso, habrían tenido algo Superintendente y comisario? Cientas de incógnitas se le venían a la cabeza.

-Voy arriba un momento, Jack.-besó su frente, caminando al cuarto.

-Adiós.-escuchó al policía hablar de una manera muy tierna, con la boca llena.

Rió lleno de ternura y abrió su armario, sacando algunas de sus sudaderas, todas con su aroma, por supuesto.

Empezó a colocarlas por la casa, en el cuarto, en el salón, en la entrada...todo para que Jack las viera y capte la indirecta de que estaba celoso y se pusiera alguna, desechando la del ruso.

Al acabar, se despidió con un fuerte abrazo y algunos besos del más bajo y salió del apartamento para ir a hacer su turno de mecánico, satisfecho, ya que pensaba que Jack se pondría alguna de sus prendas.

Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora