Tras la tragedia

181 21 13
                                    

(Armando)

Me habían hecho miles de preguntas, pero no había dado miles de respuestas.

Solo Jack podría decidir mi futuro, si él decidía mandarme a pudrirme en una celda lo aceptaría.

Aunque la verdad, yo deseaba estar a su lado y ser padres juntos, una familia, como aquella que perdió, podría no reemplazarlos, claro, el daño causado es irreparable, pero tal vez podría hacerle sentir amado y acompañado de nuevo.

Tener a alguien al lado, abrazándole al despertar, alguien que le espere tras acabar sus largos turnos...ese podría ser yo.

Esperaba pacientemente a que por fin él despertara, agarrando firmemente su mano y negándome a moverme de esa silla incómoda, me negaba a dejarlo despertar solo.

Llevaba varias horas ya allí plantado, tan solo observándole y limitádome a pensar y meditar, me preparaba anímicamente para todo lo que se vendría tras su despertar.

Ya bien podría ser tener una bonita familia o no volver a ver la luz del sol.

Sentí entonces cierto movimiento en la mano ajena, y unos ojos oscuros se clavaron en mí, llevándose una mirada propia de vuelta.

-Arm...

-Shhhhh no te fuerces.-coloqué mi dedo índice en sus labios.-Aún estás débil.

-Y el bebé?-aclaró su garganta.

-Está bien, aún no ha nacido, por suerte tampoco sufrió daño alguno, pero te tuvieron que sedar, estabas muy alterado. Lo mejor es que te quedes ingresado hasta el nacimiento.

-Joder, qué cojones ha pasado?.-estiró su cuerpo, tratando de sentarse en la camilla, le ayudé.

-Lo conseguiste, Roy está muerto, te vengaste, Jack.

-Cómo?-frotó sus ojos.

-Eso, Jack, por fin pudiste acabar con él.-pasé mis manos por su rostro, quitándole los mechones de pelo de la cara.

-Y vosotros?

-Bueno, yo salí ileso, los demás tienen algunas heridas, pero están todos vivos, y libres, solo tú puedes decidir si dejarnos así o mandarnos a la cárcel.

-A la trena? Joder, ni puta idea, ahora no estoy para tomar decisiones, Grúas. Tú solo quédate allí, calladito, no te muevas, que me duele la cabeza.

Asentí levemente con una pequeña sonrisa, ya extrañaba escuchar su voz.

-Puedo?-acerqué mi mano a su abdomen, quería sentir la vida que creamos.

-Si puedes.-asintió en señal de aprobación.

Acaricié lentamente la superficie por encima de la tela de su ropa, disfrutando del tacto cálido y de los movimientos que se podían notar.

-Joder, estoy cansadísimo, y encima Horacio no para de moverse.

-Eso es porque ya quiere salir.

-Probablemente.-cruzó sus brazos.-Con que no le hagan nada a TU hijo ni a TU omega, eh?-rió bajo, llevando su mano posteriormente a su cabeza.

-Efectivamente, eh.-reí bajo.

-Puto Grúas.

-Oye, no insultes, respeto.

-Claro, como el que tuviste tú con mi útero, no?

-Bien que estás feliz por Horacio.

-Bastante.-sonrió levemente, y acarició también su vientre.

Yo posé mi mano sobre la suya, acariciando sus dedos suavemente.

Entrelazó nuestros dedos, brindándome esperanzas en nuestra relación y en poder por fin vivir tranquilos nuestra vida de pareja, realmente lo deseaba.

-Tal vez os deje fuera de la trena, pero con ciertas condiciones, eh.

-Condiciones?-solté una risa ronca viéndole.

-Exacto, las tuyas son que le vas a tener que cambiar el pañal a la criatura incontables veces para compensármelo, eh. Y nunca más dejarme solo o hacer mierdas como esas.

-Eso está hecho, Jack.-sonreí ampliamente y besé su mejilla.

-Y para tus amigos...algún trabajito en beneficio de el cnp deberán de hacer, bueno, deberéis de hacer, todos, si no cooperais os vais a la puta trena, entendido? Hay que comprobar que sois de fiar y que ya no vais a vender droguita y mierdas. Esa es otra condición, si me entero de que te metes en otros chanchullos de esos te vas a tomar por culo, entendido?

-Entendido, entendido.

-No quiero más famitas en el taller de que tus mecánicos venden gilipolleces de esas, más os vale estar limpios y a ti, tener cuidado de a quién coños contratas y cómo se comporta en tu taller. No quiero ni un puto chivatazo de ningún puto problema en el taller. De acuerdo?

-Haré todo lo posible para no decepcionarte.

-Así me gusta.-me revolvió el pelo.-Armando problemas.

-Oye, oye, que aunque me llame Armando no armo problemas.

-Armas muchas cosas, esperemos que mafias ya no.

-Tú armas problemas en mis pantalones y quedas impune de tus pecados.

-Eres un gilipollas.

-El tuyo.

-Pero un gilipollas.

Se acercó a mi cara, yo pensaba que a besarme, pero recibí una bofetada de su parte.

Ese era el Jack con carácter que tanto me gustaba.

Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora