Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)

Fin

(Conway)

-Y esa es tu historia, Horacio, ocurrieron muchas cosas antes de tu llegada, pero por suerte supimos mantenernos juntos y ahora somos muy felices contigo.-agarré la mano de mi esposo, apoyando mi cabeza en su hombro mientras observaba a mi hijo, que me miraba con una pequeña sonrisa traviesa.

-Así que vosotros de vez en cuándo os comíais un buen durum sin pan aún sin ser pareja? Ya sé por qué salí así.-rió.

-A ver, a ver, el tema es que siempre nos hemos gustado, y los celos sin pareja son jodidos, hijo. No tienes por qué seguir nuestros pasos. Tú, protégete.

-Yo lo hago. De todos modos me encanta vuestra historia, no me cansaré de escucharla. Quiero algo así, quiero ser un héroe como papu y tener un alfa que me quiera tanto como tú a él.

-Tú ya eres un héroe, eres el puto mejor, Horacio. Por algo eres inspector jefe en mi puta malla, tienes potencial. Y no lo digo por que seas mi hijo, sé que eres un buen agente que al igual que yo, quiere erradicar el crimen en la ciudad.

-Y el hijo del Superdetergente.

-Una polla. Superdetergente tu puta madre.

-Eres tú.-se empezó a reír a carcajadas frente a mí.

-Vete a la mierda.-les di la espalda, acomodándome en la cama con cuidado por mi ya bastante abultado abdomen.

-Que yo te quiero mucho, Supervergaardiente.-me abrazó por detrás.

-Sí, claro.

-Sí, Jack, yo y Horacio te amamos mucho.-colocó su mano sobre el hombro de nuestro hijo.-Horacio, dejémosle descansar, sabes que en cualquier momento puede venir tu hermanito.

-Eso, afuera los dos, que ya es tarde, coño.

-Los dos?-alzó una ceja Armando.

-Sí, los dos andando de aquí, la cama pa mí.

-Bueno.-rió Horacio.-Puedes venir a dormir conmigo si quieres, papá.

-Yo quiero cuidar a Jack.

-Ve con Horacio, anda. Cualquier cosa os aviso.-abracé la almohada.

Y así, 17 años después de la llegada de Horacio y 15 de nuestra boda, esperábamos otro bebé, y nos seguíamos amando tanto como el primer día, tanto, que no podíamos reservar ese amor solo para nuestros propios seres, tuvimos que crear con nuestros cuerpos dos bonitas criaturas para darles todo el amor que teníamos.

Puede que a mí me costara en ocasiones demostrar todo lo que sentía por cada miembro de mi familia, pero los amaba con todo mi alma.