Un sueño hecho realidad

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(Conway)
Nos montamos en su coche, él de conductor y yo de copiloto.
Durante todo el camino apoyé mi mano en su muslo, sé que es muy típico de película, pero lo hice simplemente porque me salió de los huevos.
Al llegar, bajamos para caminar hacia la entrada.
Paramos en seco justo ahí, nos dedicamos unas miradas fijas a los ojos, para darnos la mano fuerte y entrar al hospital.
Al no haber ems disponibles, nos dispusimos a esperar.
Yo estaba apoyado de espaldas a una pared de brazos cruzados y Armando estaba frente a mí mirándome.
-Putos ems, siempre haciéndose pajas, es que no hacen una puta mierda, me cago en su puta estampa.
-El tema es que estarán ocupados, Jack. Pero no te alteres, supongo que no tardará en llegar alguno.-puso sus manos en mi abdomen con una pequeña sonrisa.
-Coño, pues haber si es verdad.-bajé mi mirada a sus manos.
Me miró a los ojos y subió una de sus manos a mi cara, puso su dedo índice en mis labios y los acarició.
-Jack, tú tranquilo, ahora vendrá alguno.-me sonrió acariciándome los labios.
Me sonrojé levemente y carraspeé, acomodando mis gafas.
-Eso espero.-miré sus ojos.unos instantes para desvíar la mirada.
Se acercó a mí y me dió un pico en los labios. Me sorprendió mucho, tanto que me quedé en modo tieso procesando la información.
Me sonrojé un poco más y carraspeé de nuevo intentando que no viera mi sonrojo.
Agarró mi mentón y dió una lamida a mis labios para luego voltear su cabeza y mirar hacia atrás, nos estaban llamando.
-Buenos días, caballeros. ¿En qué puedo ayudarles?
Miré al ems y acomodé mi corbata carraspeando.
-Venimos para un ultrasonidos.-miré fijamente al ems, que nos miraba con una sonrisa.
-Perfecto, sigánme.-comenzó a caminar hacia una sala
Caminamos tras él, yo drlante y Armando a mis espaldas.
Al llegar, entramos y nos sentamos en dónde nos indicó el médico, iba a hacernos unas preguntas.
-Esta es su primera ecografía?
Asentí mirando a Armando.
-De cuánto tiempo está?
-Un mes, más o menos.
-Se ha sometido a alguna situación de estrés, peligro o nerviosismo?
-Exactamente, por eso estamos aquí.
-Así que ese es el motivo de su visita.-asintió levemente.-Aunque no deberíais de venir solo si pasa algo, es importante monitorear al embrión desde lo más pronto posible para determinar que todo está bien y que el crecimiento es saludable y próspero.
-Y cada cuánto tendría que venir?
-Lo ideal es que vengan cuando se cumpla un mes nuevo de gestación, pero para cualquier problema no duden en venir.
Asentimos ambos pqra mirarnos.
-Bueno, pasemos a la ecografía. Túmbese en la camilla y destápese el abdomen. Su pareja puede ayudarle para que no haga esfuerzos.
-No es mi parej-
Armando me cortó para hablar él.
-Claro, yo le ayudo.-se levantó de la silla para agarrar mi mano, sonriendo y guiarme a la camilla con cuidado.
Una vez ahí, me cargo para posarme cuidadosamente en ella y comenzó a desabrochar con cuidado los botones de mi camisa hasta subirla.
Miró mi abdomen feliz y dejó un beso en él. Se le notaba ilusionado por ver a su hijo por primera vez.
Se posicionó anun lado mío, agarrando mi mano y mirando al médico emocionado.
El ems se acercó y miró mi abdomen.
-Muy bien, ahora le tengo que hechar un gel conductor. Es para facilitar el trabajo y está un poco frío, aviso.
Asentí arqueando ligeramente mi espalda al notar la fría sustancia en mi vientre.
El ems encendió la máquina y agarró la sonda de ultrasonidos para llevarla a mi abdomen y pasarla por él ejerciendo un poco de presión con cuidado de no hacerme daño.
Buscó mi útero y al encontrarlo, pasó por esa zona la sonda buscando al embrión, paró.
-Miren, ahí se puede ver el embrión, está saludable, tiene un buen agarre y la longitud y peso ideales.
Miré a Armando, que miraba la pantalla con una sonrisa embobada.
Me costaba mantener la compostura y no hacer el gilipollas con esto del bebé, pero luego veía esos detalles, como lo feliz que le hacía a Armando ser padres y me daban muchas más ganas y fuerzas de intentarlo.
Miré la pantalla yo también, apretando fuerte la mano de Grúas.
Nunca pensé emocionarme por esto, pero la idea de tener un hijo al lado de ese señor me llenaba.
En pocas ocasiones de mi vida fui feliz, pero esta misma era la que más feliz me había hecho en toda la vida.
Amaba a Armando, amaba a nuestro hijo.
Me acomodé las gafas suspirando, no quería llorar.
Armando acarició mi mejilla mientras miraba mis ojos, se acercó a mí y dejó un beso en mi frente.
-Vamos a ser papás.-susurró contra mis labios para darme un beso suave.
Correspondí, notando un par de lágrimas bajar por mis mejillas. No podía... Nunca había experimentado una felicidad así, tan inmensa... Joder...
Ahora si que me lo preguntaba. Dónde estaba mi yo del pasado? Ese que había tenido en sus manos la sangre de todo tipo de personas...hombres, mujeres, niños, niñas, viejos, viejas, embarazadas, bebés, fetos, minusválidos, inocentes, culpables...de todo...
Suspiré al ver a Armando limpiar mis lágrimas y dejar varios picos en mis labios.
-Sí, seremos papás.-sollocé agarrando fuerte sus manos.
Besó mi mejilla mirando de nuevo al monitor.
-Pues felicidades a ambos. Van a ser papás de un bebé muy saludable.-nos miró con una gran sonrisa.
Se notaba que a ese médico le hacía muy feliz su trabajo. Se notaba que le llenaba ver la ilusión de las personas al crear un nuevo ser. Aunque no le culpaba. Para mí también era lo más bonito que me había podido pasar.
-Gracias...-suspiré agarrando el trozo de papel que me extendía para limpiar mi abdomen del gel y abrochar mi camisa.
Me levanté de la camilla, abrazando fuerte a Armando entre lágrimas.
Armando puso mi cara en su pecho y acarició mi espalda con suavidad, mirando al médico.
El ems estaba sacando unas fotos del ultrasonidos para entregárnoslas.
Se acercó a nosotros y le dió a Armando las fotos.
Armando las miró y me abrazó fuerte, dejando besos en mi cabeza.
-Vamos a casa...
Asintió y tomó mi mano para salir del hospital, no sin antes darle las gracias al médico.
Caminamos en silencio, él mirando las fotos y nuestras manos y yo aún con algunas lágrimas cayendo por mis mejillas.
Al llegar al coche le miré, montándome de copiloto.
Él se montó de conductor y me miró.
-Gracias poe hacerme papá, Jack...-miró mis ojos con expresión agradecida.-Gracias, de verdad...Me estás haciendo el hombre más feliz del universo. Gracias por permitirme tenet un hijo a tu lado...-se acercó a mí.
Puse mis manos en sus hombros viendo atentamente como limpiaba mis lágrimas.
Me acerqué a él para darle un beso corto en los labios, a lo que me correspondió.
-Gracias por hacerme un hijo...-suspiré y susurré contra sus labios, aún muy emocionado.
-No tienes nada que agradecerme.-agarró mi mentón.-tú eres el que está sacrificando todo, tu trabajo, tu cuerpo, tu salud, tu vida entera, todo. Todo por nuestro hijo...
-Y tú estás a mi lado, apoyándome...sin ti yo no podríaz no tendría fuerza para tener a este bebé...
-Te amo, Jack.-me dió un pico.
-Yo también te amo.-besé su mejilla para mirar la ecografía de nuevo.
Di un beso a la foto para llevarla a mi pecho.
Amaba demasiado a ese bebé...el bebé que estaba en mis entrañas. El bebé de Grúas. Mi bebé...
Era diminuto, puede que para cualquiera no fuera nada, solo un trozo de carne que estaba en mi útero. Pero para mí...era mi todo...el pequeño ser que tenía todo el amor que mi pequeño corazón oscuro y casi inexistente podía generar. Él y su padre eran mis mayores tesoros. Cuánto les amaba...

 Cuánto les amaba

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Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora