(Conway)
Ya estaba en mi casa, pues me apetecía descansar un poco allí, alejado de la tecnología del cni, el ambiente tenso que siempre hay en el lugar, y de las caras conocidas.
Me encontraba más cómodo sentado en el cuarto de Horacio, pensando en mis asuntos, en vez de en los de Superintendente y miembro del cni, y acariciando mi vientre con suma delicadeza.
A decir verdad, en esos momentos tampoco tenía muchos asuntos propios, por mi cabeza solo pasaban pensamientos sobre el papá de Horacio, aunque eso tuviera al cni de por medio.
Él me había querido llevar a casa, no pude aceptar, pues sería muy riesgoso que nos vieran juntos y, me estaba quedando en el cni, así que debía volver allí.
Había decidido no contarle a nadie de mi propuesta de nuestra relación, me limitaría a contarles a todos el plan que teníamos.
De todos modos, para mí, lo más importante en esos momentos era salvar a mi equipo y a mi bebé, y con ese plan que teníamos, así sería, mantendríamos a todos a salvo.
El sonido de mi teléfono móvil me sacó de mis pensamientos, concretamente era el tono que tenía puesto para predeterminado para Grúas, por lo que rápidamente tomé el móvil para leer y responder.
-<<Jack, por el momento nos han dejado un rato libre, y los demás han ido a hacer el tonto por ahí, no quise ir, puedo ir a verte un rato?>>
-<<Si puedes, Grúas, ven si te apetece, estoy en casa, así te enseño el cuarto, que hemos avanzado bastante.>>
-<<Estoy allí en unos minutos, darling. Te quiero>>
-<<Está bien, nos vemos. Yo igual.>>
Dejé mi móvil a un lado, observando mis extremidades, llevaba puesta una sudadera suya, bastante caliente y cómoda, perfecta para el clima frío del invierno y para tener su aroma presente.
Al escuchar el timbre, luego de un buen rato, me levanté con ayuda de mis antebrazos, aunque con algo de dificultad, claramente.
Caminé, con una mano en mi costado para apoyarme un poco sobre ella y no cargar con todo el peso de mi abdomen por mí solo hacia la puerta, para abrirla.
Efectivamente, allí se hallaba un hombre ojiverde que medía algo más que yo, vestido con ropas negras, esas que solía usar cuando hacía trabajos como Nadando, y en la mano, traía su mítico sombrero de pescador.
Lo escaneé con la mirada de arriba a abajo, fijándome en los detalles de su vestimenta.
-Puedo pasar?
-Ah, sí, pasa, pasa.-pestañeé varias veces para volver a la realidad, apartándome hacia un lado para permitirle el acceso a mi alfa.
El más alto, accedió a la vivienda y se acercó a mí, pasando sus brazos alrededor de mis caderas con confianza y aferrando mi cuerpo al suyo de manera posesiva.
-Te extrañé.-me murmuró, dejando uns lamida en la marca que estaba por mi cuello.
Un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo, además de algún sonido gustoso, que salió involuntariamente de mis labios.
Por inercia, me agarré a su cuello, permitiéndole guiarme hacia el cuarto, ya que me alzó, cargando todo mi peso y provocando que me agarrara en su cintura con mis piernas, como podía, debido al obstáculo en mi vientre.
-Me gusta mucho el cuarto, estoy deseando verlo correr por aquí.
-A ver, en correr tardará aún un tiempo, en nacer, el mes que viene lo tendremos en esa cuna, si todo va bien, claro.
-Claro que irá todo bien. Ese bebé tiene la protección del cni, de la mayoría de The Union, a los demás se lo contaré, y te aseguro que también lo cuidarán. Y también, el tema es que tiene tu protección, y tú eres muy cuidadoso, Jack, y claramente tiene también la mía.
-Ya soy consciente de todo esto, pero Roy sigue ahí, y él sabe muy bien lo que hace, podría traer más aliados, o...simplemente él, acabar con nuestro bebé.
-No seas negativo, Conway, que no puede llevarse ni raptar al bebé sin llevarle contigo, y tú estás bien cuidado. Además, si te hacen algo moriré también, el hilo, recuerdas?
-Qué tipo de pregunta es esa? Claro que recuerdo, joder, cómo no voy a hacerlo, no ves esto?-señalé mi marca.-Pero debemos tener cuidado.
-Es bebé consentido de los dos bandos.-sonrió, Grúas, pasando sus manos por mi vientre, y recibiendo algunos movimientos del interior de este como respuesta.
-Del tuyo completamente no.
-Pero lo será.
-Y Roy?
-Roy no es de mi familia.
-De la mía era, y ahora mírale...es un hijo de puta.
-No lo será por mucho tiempo, debemos actuar cuánto antes, tras descansar un rato, se lo debemos de decir ya.
-Ya lo sé, hostia, ya le escribí a Michelle para decirle que tengo una idea. Tú hiciste algo, mandón?
-Muy bien. Cómo que mandón? Pero no, no hice nada.
-Capullo de mierda.
-El que te hizo un bebé.
-Anda, y yo te dejé hacérmelo.-le di un pequeño golpe en su hombro, me levanté, caminando hacia la cuna.
-Lo sé, Jack, lo tengo en cuenta y te lo agradezco mucho.
-Nosotros, a llevarnos como la puta mierda pero tener de vez en cuando nuestros pequeños roces, a estar esperando un bebé juntos, esto es la polla.
-Inesperado pero estoy muy bien contigo.
-Siempre decían que haríamos una buena pareja tras nuestros rocecillos, no recuerdas? Pues siempre acabábamos con alguna marca, y alguna vez nos demostramos algún tipo de afecto en público, tú me mirabas como si fuera un puto plato de comida en los celos, eh, capullo, que yo pensaba que solo querías mi culo.
-A mí me interesabas como persona, realmente esa vibra que das, tan misteriosa y oscura me generaba curiosidad, pero me interesabas, tenía algunos sentimientos por ti, y cómo no tenerlos si somos almas gemelas?
-No somos almas gemelas, somos polos opuestos, a mi parecer. Por ejemplo, tú eres el puto capullo y yo soy el campechano aquí.
-Anda, eh, Conway.
Reí, caminando hacia él, que me abrazó, haciéndome sentir bastante querido.
Solté un bostezo, acomodándome en sus brazos.
-Llévame a la cama.-ordené, bastante cansado a pesar de ser media tarde.
De inmediato me quedé dormido, en sus brazos.
A juzgar por lo que vi la mañana siguiente, me había dejado en la cama bien arropado, pues ahí desperté.
Según una nota que me había dejado, se había quedado hasta el amanecer, y luego, había partido de regreso a la sede.
No parecía muy de novela de enamorados de bandos opuestos?
Ya que nuestra relación en esos momentos era clandestina, al alba, debíamos separar nuestros caminos para no ser descubiertos.
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Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)
RandomArmando Grúas y Jack Conway eran un alfa y un omega que iban por este camino de la vida solos, cada uno dirigía su manada. Armando el taller y Conway la comisaría. Ambos pensaban que siempre sería así. Solo tenían su trabajo. ¿Una vez que llegaban d...