13 semanas

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(Volkov)
Me quedé con Conway, juntos la pena era menor.
-Ivanov era una gran persona, puede que a veces me tocara los cojones, pero era importante para mí...y Gonetti...un simple alumno...-dijo Conway.
-Ivanov era como mi hermano...me recordaba a mi hermana fallecida, era un sol, siempre te hacía reír, veíamos anime juntos, bebíamos vodka hasta reventar...-sollocé un poco aferrándome a Conway.
-Uno de ellos, uno que llevaba un sombrero de pescador, iba todo de negro, ese me apuntó primero, fue el primero que entró al badulake...él...nunca olvidaré su mirada, parecía que le daba lástima pero no puede ser así, esos seres...además de que no em gusta dar pena, que gente así me tenga lástima. Para eso mejor que no maten a Ivanov y Gonetti, joder...Yo lo dije, mi vida poe la suya, les daría lo que quisieran...
-Conway, debe apreciar más su vida, piense que está esperando un bebé, que tiene un hombre que le quiere...-sentí un nudo en mi garganta al decir lo último, realmente no me agradaba Grúas.
-Pero Ivanov y Gonetti no están...-escondió su cara en mi pecho soltando algunas lágrimas.
Acaricié su espalda tratando de calmarle.
-Usted no debió haber pasado todo eso, y no le viene nada bien estar así, hablando de eso, se ha hecho usted una ecografía para saber si todo está correcto? Después de tanto...sería conveniente.
Negó con la cabeza mirándome con algunas lágrimas en los ojos.
-Pues levante, que yo le acompaño, tenemos que mirarlo, cuánto antes mejor.-puse mi mano en su hombro.
Conway asintió débilmente y se levantó del sofá.
-Aunque si quiere puede ir con...su p-pareja.
-No quiero preocuparle, además seguro que todo estará bien.-asintió caminando hacia la puerta, a lo que le seguí.
-Vamos en mi coche, que yo conduzco.-caminé hacia mi coche para, seguidamente, montarme.
Conway no puso resistencia y se montó, cosa muy rara en él, sabía que siempre le había gustado usar sus vehículos, diciendo que los míos eran una mierda.
Por eso, en este tiempo en el que él no estuvo en comisaría, llevaba a que limpiaran a God todas las mañanas, no fuera a ser que viniera de visita y estuviera sucio. No quería que viera eso, sabía que no sería agradable para él ver a su pequeño y adorado God comido por los desechos de las palomas.
Una vez abierto mi coche, me acerqué a la puerta de copiloto para darle paso a Conway, sabía que no le costaba nada abrirla, pero cuánto menos esfuerzo hiciera mejor.
Entré a mi coche de conductor, observando su expresión, estaba mirando a algún punto del cielo fijamente, sin importarle nada más y sin darse cuenta de su alrededor, ni siquiera me había reprochado el abrirle la puerta o que él no era un inválido.
Este no era mi Conway, y quería al mío de vuelta, pero en la situación en la que estábamos era muy complicado para ambos, tristemente.
Conducí hacia el hospital mirando a Conway de reojo, el día no estaba muy animado, claramente, como muy bien dijo Torrente los crespones nunca dejarían de estar ahí.
Conocía a Conway a la perfección y sabía lo que estaría pasando en ese momento pro su cabeza. Que si era todo su culpa, que si él debería de haber caído y nuestros compañeros no, que si se vengaría...
No me gustaba que se machacara de esa manera.
Llegamos en un rato, aparqué el coche avisando a Conway de la llegada.
Saltó un poco de su asiento quitándose el cinturón de seguridad.
-Joder, puto ruso, cualquier día me da un puto infarto.-abrió su puerta saliendo del coche para caminar hacia el hospital delante de mí, como siempre.
En verdad me encantaba caminar tras él y ver su postura recta e impoluta, esos pasos bien firmes que daba, de seguro aprendidos en el ejército, como siempre iba con la cabeza bien en alto pasara lo que pasara, radiante, siendo el God que él es aunque me costara admitirlo.
Pero en esa situación no era así, en ese soleado pero gris día Conway caminaba decaído, queriendo acabar con eso ya y sin ganas de seguir adelante.
Sus pasos eran cansados y desganados, su cabeza miraba las baldosas del suelo y su postura...encorvada.
Entramos al hospital buscando un ems.
Nos hicieron esperar un buen rato y extrañaba con todo mi ser escuchar las indagaciones de Conway de que los médicos se estaban haciendo pajas y que eso era lo único a lo que se dedicaban.
El día si que estaba gris, pero dudaba que tanto que la tormenta de mierda que se estaría formando en la cabeza de nuestro Superintendente en esos momentos.
Nos hicieron pasar a la sala, el médico según nos vio se alarmó bastante.
Al ver la sangre en la ropa de Conway y nuestras caras largas se acercó a nosotros preocupado.
Era muy amable, y parecía querer lo mejor para Conway, eso me agradaba.
Sabía que Conway no se preocupaba mucho por su salud y teniendo un médico así ya éramos dos que sí nos preocupábamos, aunque esperaba que Armando también.
Le explicamos la situación por encima, él nos escuchó con preocupación.
-Vamos a ver esa criatura tan fuerte, todo va a estar bien, su pequeño es el hijo de Dios, recuerde eso, todo va a salir bien.-el ems nos dedicó una sonrisa tranquilizadora encendiendo la máquina de ecografías.
-Si quiere le espero fuera.
-Negativo, no es necesario...
La verdad no quería dejarle solo por cualquier cosa que el médico pudiera decir, pero primero quería asegurarme de que mi presencia ahí fuera aceptada.
Observé atento como Conway se acostaba en la camilla y se desabrochaba algunos botones de su característica camisa blanca, esta vez manchada de sangre para destapar su abdomen bien marcado, pero algo redondeado ya a esas alturas, no me extrañaba, era lindo verle así, la verdad.
El ems llevó el aparato al abdomen bajo de mi jefe, moviéndolo por él con fluidez gracias al gel conductor.
Sonrió al ver una manchita antropomórfica en el monitor.
Conway miró la pantalla con una pequeña iluminación en su rostro.
-Está todo bien, tan saludable como siempre, buen agarre, buena forma, es perfecto.-sonrió a Conway.
Conway asintió mirando a su pequeño algo aliviado.
La escena me conmovió sin lugar a dudas, ver así a ese hombre tan...especial...
Después de algunos consejos y pruebas más salimos de ahí con un sobre con ecografías en la mano, todo estaba bien, por suerte.
El pequeño o la pequeña, de aproximadamente 13 semanas estaba sano y salvo.

El pequeño o la pequeña, de aproximadamente 13 semanas estaba sano y salvo

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Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora