El cuarto del héroe

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(Conway)

Estaba preparando el cuarto de Horacio, en el momento tenía la ayuda de Armando, aunque Volkov también me estaba ayudando, pues lo hacía desde comisaría, ya que estaba con su celo.

Además, quería estar a solas con Grúas para plantearle el nombre que le pondría al bebé, y no era una opción, sería el definitivo. Sabía que quería que mi hijo tuviera ese nombre, y de hecho, mientras leía una lista con varios, él empezó a patearme con ilusión al escuchar ese nombre tan peculiar y bonito, por supuesto, ese es el que llevaría.

Yo pensaba en cómo podríamos distribuir el espacio y decorar el cuarto, mientras que mi pareja hacía las tareas pesadas, cómo vaciar los viejos trastos.

Había pensado en un suave tono azul en las paredes, y podríamos estamparlas con pequeñas mariposas a juego con su peluche.

En una esquina pondríamos la cuna, para reemplazarla más adelante por una cama.

Algunos armarios para guardar todo irían al lado de la ventana, y justo frente a la ventana, una adorable alfombra y la cesta de los juguetes.

En la ventana, pondria unas cortinas para mayor intimidad, unas de super héroes estarían bien.

Podríamos poner también una mecedora, una mesa para que que pueda hacer algunos dibujos y al crecer, usarla como mesa de estudio.

Y también, alguno que otro juguete grande que encontrara y me gustara.

Ya había mirado muebles por internet, y tenía una idea clara de lo que quería.

-Armando.-le llamé.

Volteó a mirarme, pues estaba sonriendo y pensando en como su bebé corretearía por ese cuarto.

-Me gustaría que se llamara Horacio.

-Horacio?-se acercó a mí mientras miraba mis ojos, posó sus manos en mi abdomen, en el que se notaban unos movimientos alegres.

-Sí, Horacio, lo elegimos juntos.-miré mi vientre.-Según escuchó ese nombre empezó a moverse como ahora. Prueba, llámale por su nombre.

El padre se arrodilló frente a mi abdomen, y acercó sus labios a él, dejando pequeños besos y murmurando el nombre, sonrió al ver las reacciones del bebé.

-Me gustaz y se ve que a él también, así que ya tenemos nombre, Horacio.

-Sí, ya podemos dejar de llamarlo bebé o criatura.

-Horacio.-llamó, riendo suave y tiernamente, posó su mano sobre donde suponía que estaría la del bebé.-Estamos preparando tu habitación, para que sí cuando vengas a este mundo esté todo ya listo. Te esperamos con muchas ansias, y yo sé que a Jack le encantará verte con la ropita de compró, como es la que más le gustó...-reprochó, ganándose una mirada asesina de mi parte, somtó una carcajada.-Anda, Jack, no me lo niegues, pero sé que podré ponerle un sombrero al bebé.

-No te digo que no, pero yo quiero que pueda ponerse lo que le guste, no hay que fijarse en un solo tipo de ropa, Grúas. Tengo una conexión muy grande con él, y elegí todo por instinto, los trajes no, no lo voy a negar, pero son preciosos 😭😭😭😭✨.

-Eso no lo niego.-habló, levantándose y dejando un beso en mis labios, que fue correspondido.

-Mira.-le sonreí.-quiero enseñarte la idea que tengo del cuarto.-tomé su mano y le guié hacia el salón, en donde abrí mi portátil y busqué mi sección de favoritos, disponiéndome a enseñarle lo que encontré.

Luego, le hice un croquis de la distribución, y estuvimos de acuerdo en todo.

-Jack, y aunque sea en el último mes...podría venir a cuidaros por si pasa cualquier cosa? Puede venir en cualquier momento, y no quiero que estés solo, además...te extraño.-se abrazó a mí, suplicante.

-Ya veremos, Grúas. Pero yo también te extraño, y alguien me debe acompañar por si rompo aguas.-abracé su cuello.

Era un momento bastante sentimental, pues ya dentro de poco llegaría Horacio, y estos meses serían ajetreados.

Nos mirábamos a los ojos con amor, yo le amaba y él a mí.

Esos días yo estaba muy sensible, pues entre la revisión, que ya tenía ropita y algunos otros elementos y el cuarto, mi ilusión y mis ganas crecían cada día.

Me aferré al pecho del alfa, mientras este pasaba su mano por mi marca, que ya se notaba que ansiaba retocar.

-Viste como Volkov no es como pensabas? El me ayuda como nadie.

-Ya, ya, pero aún me dan ganas de demostrarle que eres mío.-empezó a besar mi marca.

-En otro momento mejor.-me separé, caminé hacia el cuarto dándole la espalda.

Me senté en el suelo, mirando con un sentimiento cálido en mi pecho el lugar, que en poco, estaría preparado para Horacio.

Él se acercó a mí y se sentó detrás mío, ayudándome a apoyarme en él, y cargando mi vientre para que descansara un rato.

Cerré mis ojos, y me fui quedando dormido en su pecho ante la comodidad.



Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora