Capítulo 14.

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Llevo ya un par de horas aquí y no sé si es por el alcohol o porque al final los amigos de mi primo me han caído bastante mejor de lo que me imaginaba. Antes he jugado con Martina a un juego típico que consiste en meter una pelota en un vaso y si aciertas bebes, lo más curioso es que Martina ha bebido hasta cuando fallaba.

Podría decir que al final me lo estoy pasando bastante mejor de lo que imaginaba, aunque si eso me lo llegan a decir justo cuando he llegado a la fiesta, me hubiera reído a carcajada limpia.

En algo que también me he fijado, es que Arnau no me quita los ojos de encima, me atrevería a decir que en  más de una ocasión literalmente me ha atravesado con la mirada de arriba abajo, y he de admitir que es bastante guapo, pero yo no estoy aquí para ligar y mucho menos con un amigo de mi primo. Tengo unos códigos y unos valores que no me lo permiten.

-Nena, eres genial, tienes que venir más y si el aburrido de tu primo no quiere venir, yo puedo recogerte en casa-me dice Martina.

-Claro, en la siguiente fiesta que haya pues lo hablamos y ya veríamos en todo caso-la digo yo.

El alcohol está empezando a afectarme y empiezo a ver un poco borroso, todo me está dando vueltas y me noto en la forma de hablar, que ya empiezo a no estar muy serena que se diga, pero no estoy mal y tampoco me encuentro horrible, simplemente es que me habré bebido ya por lo menos ocho chupitos.

No sé si es el alcohol que me está jugando una mala pasada o que de verdad estoy viendo lo que creo que estoy viendo. Reconocería ésos ojos negros en cualquier parte del mundo. Esa forma de andar y esos músculos tallados por un mismísimo ángel. No hay duda de quién es.

Caleb está aquí.

-¡Caleb!-chillan todos a la vez.

Genial. Acaba de llegar el que va amargar la fiesta. Pienso para mis adentros, intentando disimular la cara de asco que tengo en estos momentos.

-¿Qué pasa chicos?-dice Caleb.

Me atrevería decir que parece un tipo totalmente diferente al que he conocido, hasta parece que se está divirtiendo aquí. Claro que si son sus amigos, lógicamente será por algo, así que imagino que la faceta mala de este chico solo la he conocido yo. Supongo que con sus amigos será una persona encantadora y que si todos se han alegrado tanto por verle, será porque en el fondo tiene algo bueno. No me lo creo, es una mentira.

Caleb me mira, abre los ojos como platos y quiero pensar que es porque no le cuadro en este sitio. Se le cambia la cara totalmente, como si no me quisiera aquí.

Lo siento Caleb, me da igual, vas a tener que aguantarme. Sigo pensando en mi mente.

No me saluda y vuelve a quitar su mirada de mí.

A los pocos minutos, una chica morena, con el pelo recogido en una coleta alta y tirante, se acerca a nosotros. La miro fijamente analizándola. Otra que sin duda es mucho más atractiva que yo, claro que también me atrevería a decir que tiene operada cada centímetro de su cara. Ojos azules, un cuerpo de escándalo y una vestimenta un tanto arriesgada para mi gusto, ya que deja ver cada centímetro de su cuerpo.

-Caleb, hola-dice la chica mientras que le acaricia un brazo.

-¿Qué haces aquí Lara?-le pregunta Caleb.

-Me he enterado de que habías venido, ya sabes que los rumores aquí vuelan-dice ella.

Por primera vez en mi vida, no siento ser la única persona en el mundo que Caleb odia. Por la forma en la que mira a la tal Lara, me atrevería decir que su relación no es precisamente buena.

-Bueno, ya sabes que estoy aquí y ahora largo-le dice él.

-Vamos, otra noche conmigo y te olvidas de todo-dice ella insinuándose mientras que le acaricia la barbilla.

¿Cómo una mujer puede arrastrarse de esa forma ante un hombre?

Abre los ojos, mirando hacia la situación que estoy viviendo, sin entender absolutamente nada. No comprendo como una chica como ella está a los pies de alguien como Caleb. Por dios, esa mujer podría tener a quien quisiera comiendo de su mano.

-Lara, déjame en paz y por favor, vete de aquí-dice Caleb.

No puedo evitar meterme donde no me llaman, supongo que el alcohol me está jugando una mala pasada y me sitúo delante de ella.

-Te han dicho que te vayas, deberías valorarte-digo trabándome al hablar por culpa del alcohol.

-¿Y tú quien coño eres?-me pregunta de mala gana la chica.

-Soy Cloe y deberías valorarte un poco más, si te dicen que te vayas, tú te vas-digo.

En mi cabeza, todo esto sonaba mejor.

-¡Quitarme a esta puta de aquí si no queréis que le parta la cara!-dice ella abalanzándose sobre mi.

¿Qué? Pienso.

No me da tiempo a reaccionar y veo como su puño se dirige directamente a mi cara.

Caleb coge a la chica del brazo y la aparta de mí.

Salvada. Caleb acaba de evitar que me peguen un puñetazo.

-¡Eres una puta!-dice Martina dirigiéndose a Lara.

Me quedo inmóvil en el sitio. La he liado. Miro a mi primo.

-Anda que ya te vale, te invito a una fiesta y lías todo este jaleo-dice Manu.

-Lo siento Manu, lo siento de verdad-digo llevándome la mano derecha a la cabeza.

Me cogen del brazo y miro hacia arriba. Es Caleb.

-¡Suéltame!-chillo.

Caleb me dirige a un lugar más apartado, no muy lejos, pero retirada del grupo. Manu no hace nada, ninguno hace nada.

-¿Qué coño estás haciendo aquí?-me pregunta.

-¿Perdón?-le pregunto.

-En la fiesta, ¿qué cojones haces aquí?-vuelve a preguntarme.

Está enfadado.

-¿Tengo que recordarte que soy la prima de Manu?

-No, ya lo sé, pero eso no te da derecho a venir-dice enfadado.

-Si mi primo me invita, yo vengo, tú no eres quien a decirme dónde debo estar-le digo enfadada yo ahora.

-Vete de aquí.

-No voy a irme, no me hablas absolutamente para nada y ahora me pides que me vaya de un sitio, creo que no Caleb.

Se queda mirándome, esta vez no dice nada. Yo hago lo mismo.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora