Estoy tumbada en la cama, han pasado ya bastantes horas desde que Caleb y yo tuvimos la discusión.
Me arrepiento de haber actuado así, quizás no era para tanto, y tendría que haber actuado de otra forma al fin y al cabo era una tontería, pero con el tema del embarazo estoy demasiado sensible y me enfado por todo.
En cuanto vuelva a casa, le daré un abrazo y le pediré perdón, no quiero enfadarme nunca más con él y mucho menos discutir de esta forma cuando ahora estamos mejor que nunca.
Mi teléfono empieza a sonar, y enseguida veo que se trata de Martina. Dudo un par de segundos en cogerlo porque no tengo muchas ganas de hablar ahora con nadie y se cuelga la llamada.
Se vuelve a iluminar el teléfono y veo que me está llamando otra vez por lo que lo cojo ya, ya que no sonoras muy normales para que ella me esté llamando .
-Hola amor, dime.
Martina no contesta, pero oigo como está llorando desconsoladamente.
-¡Martina! ¿Qué pasa?-digo asustada.
-Es...Es...-intenta decir.
-¡Habla!-grito desesperada.
-Es Caleb, Cloe, Caleb ha muerto.
El mundo se me cae encima al escuchar la frase de Martina. Suelto el teléfono de inmediato y me quedo mirando hacia la pared, intentando asimilar y analizar la frase. No soy capaz de llorar, ahora mismo no sienta absolutamente nada.
No puedo ni siquiera expresar lo que estoy sintiendo, porque literalmente es como si me acabasen de arrancar el corazón del pecho.
Oigo la voz de Martina desde el teléfono, gritando mi nombre y diciéndome que Diego está viniendo para mi casa para quedarse con Leti y me está ordenando que me vista para que vaya al hospital.
No soy capaz de asimilar lo que está pasando y ni siquiera puedo hacerlo. Sigo mirando al mismo punto fijo en la pared, mientras que estoy sentada en la cama con la mente totalmente en blanco.
Al cabo de unos minutos, la puerta de mi casa se abre y veo la sombra de Diego, dirigirse a mi habitación. Les dimos llaves de casa hace un par de semanas para que si pasaba algo tuvieran acceso a nosotros.
Todo parece ir a cámara lenta, como si estuviese en una película.
Diego me agita de los brazos y me intenta traer de vuelta a la realidad.
Le miro con los ojos abiertos y con la mirada perdida, sin poder hablarle, pero mirando como no es capaz de dejar de llorar.
-¡Vuelve Cloe joder!-me grita.
El grito de Diego, tan cerca de mi cara, me hace volver a la realidad y asimilar de golpe lo que acaban de decirme.
Caleb ha muerto.
Cuando repito, la frase de Martina, en mi cabeza, rompo en llanto desconsoladamente, mientras que miro a Diego.
-Ha muerto Cloe, ha muerto...-me dice llorando.
Apoyo mi cabeza en su pecho, y él me abraza fuerte, mientras que me acaricia la espalda.
-Se nos ha ido Cloe, se ha ido.
-¿Qué ha pasado?-digo finalmente entre lágrimas.
-Iba en camino a una de las peleas, había una botella de ron en el asiento del copiloto vacía, por lo que piensan que iba borracho y perdió el control del coche-intenta explicarme.
No doy crédito de lo que oigo y tampoco quiero hacerlo. Todo esto está siendo demasiado doloroso para mí y todavía no logro asimilar del todo que ya no volveré a verle nunca.
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Un golpe de suerte
Teen FictionCloe y Caleb son dos polos opuestos, dos mundos diferentes, dos vidas paralelas, sin nada en común. Cloe cambia su vida de la noche a la mañana cuando decide mudarse de Londres a casa de sus tíos de Barcelona, desde ese momento, todo lo que se le av...