Capítulo 54.

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Entramos por la puerta de casa. Martina y Diego nos miran extrañados. Leti corre hacia nosotros para darnos un abrazo.

El viaje ha sido agotador. Me he tirado durmiendo todo el trayecto, apoyada en el hombro de Caleb y escuchando The Night We Met. Caleb no ha dormido, ha preferido ir despierto y vigilándome por si necesita algo en el viaje.

Suerte que solo me fui a Londres con una maleta, porque si me hubiese llevado más no sé de dónde sacaría las fuerzas de cargar con ellas.

-¡Os he echado de menos!-grita Leti emocionada.

-Nosotros a ti también-digo.

-¿Qué tal el viaje?-nos pregunta la niña.

-Las vacaciones han sido una pasada, tendrías que haber visto que bonita era la playa de allí-dice Caleb mintiendo.

-La próxima vez no voy al colegio y voy con vosotros, no es justo, no quiero ser pequeña.

Martina me hace un gesto con la cabeza para que vaya con ella a la cocina. La sigo y entramos. Cierro la puerta y nos sentamos en las sillas de la cocina.

-¿Qué estás haciendo aquí?-me pregunta.

Le cuento con todo lujo de detalles todo lo que ha pasado en Londres. Ella me deja hablar y me mira desconcertada, sin entender nada. Abre los ojos como platos cuando le cuento lo que ha pasado con mi madre.

-Vale, adoro que estés de vuelta y poder verte cuando quiera, pero no puedes volver al juego de Caleb, porque va a hacerte daño, otra vez...

-Ya lo sé, no pretendo volver.

-No me mientas por favor, ambas sabemos lo que va a pasar, pero joder tengo miedo tía, no quiero verte otra vez deprimida en una cama y sin ganas de nada.

-Yo tampoco quiero eso Mar, no lo quiero, pero le quiero a él. No puedo evitarlo, no sé qué me ha hecho para que me enamore así de él.

-Ser Caleb, con eso ya es suficiente, no sé qué tipo de imán tiene para las chicas, pero le funciona, lo que pasa es que tú no eres como las otras y eso él lo sabe. Te juro que me creo perfectamente que te quiera, pero su problema es que no sabe querer bien y eso hace más daño todavía que si no te quisiera-dice.

-Si no me quisiera sería más fácil, porque me dejaría en paz al menos, pero su forma de quererme da asco-la digo.

Terminamos la conversación y volvemos a salir al salón. Martina y Diego recogen sus cosas para volver a su casa y terminan saliendo por la puerta. Nos quedamos los tres solos, en el salón.

-Estoy muy cansada, necesito dormir un rato, el viaje ha sido duro y tengo que recuperar fuerzas-digo.

-Claro, ve a dormir, nosotros veremos una película y luego haré la cena para nosotros, te dejaré algo en la cocina por si te levantas con hambre. Ahora descansa-dice Caleb.

-Gracias.

Camino hacia la habitación de Caleb, que ahora también es mia. Abro mi maleta y cojo el primer pijama calentito que encuentro. Me cambio y recojo mi pelo en un moño para que el pelo no me moleste mucho. Ya me ha crecido bastante, es increíble lo rápido que me crece el pelo, también empieza a verse mi color natural.

Apago la luz de la habitación. Abro la cama para meterme y una vez dentro, me tumbo en posición fetal y me tapo con la manta.

-Vaya locura de vida tienes Cloe-me digo a mi misma en voz baja para que no me escuche nadie.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora