Capítulo 52.

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-No Caleb, no te estoy diciendo eso, simplemente te estoy diciendo que estoy cansada de quererte y que ya no solo me vale con quererte, yo necesito más y tú no puedes dármelo-le digo.

Me consigo levantar de la cama apoyándome en mi mesita de noche para mantener el equilibrio y no caerme en el intento.

Salgo de mi habitación dejando a Caleb allí. Camino al cuarto de baño y enciendo el grifo de la ducha. Necesito despejarme y sé que si me quedo en la habitación Caleb no va a parar de intentar convencerme de cuánto me quiere. Y también sé que no va a irse de mi casa.

Veo a Caleb detrás mía en el pasillo desde el espejo. Intento cerrar la puerta pero él se pone entre medias para que no lo consiga.

-Quiero ducharme-le digo.

-Voy a quedarme aquí, por si te pasa algo-me dice.

-No necesito supervisión-le digo.

-Casi no te mantienes en pie, has tenido que sujetarte a la mesilla para levantarte de la cama, déjame que me quede aquí por si pasa algo, por favor-me dice casi suplicando.

No le respondo. Solo asiento con la cabeza y mantengo el silencio. Caleb se sienta en la taza del retrete.

-Date la vuelta, voy a desnudarme-le digo.

-No voy a ver nada que no haya visto ya-me dice.

-¡Qué te des la vuelta!-le ordeno gritando.

Caleb no dice nada. Pone los ojos en blanco y se gira sobre si mismo para mirar a la pared.

Me desvisto y entro en la ducha. Poco a poco voy dejando que el agua caiga sobre mi cuerpo. Disfruto de este momento tan agradable. Sin pensar si quiera en que Caleb esta detrás de estas cortinas y que una parte de mi quiere que se meta en la ducha conmigo.

Intento quitarme rápidamente los pensamientos que me invaden y las ganas de poder tocarle. No puedo. No quiero.

No quiero, ¿verdad? Si, claro que quiero, no sé a quien pretendo engañar.

En uno de mis estúpidos impulsos abro las cortinas y Caleb me mira sorprendido.

-¿Qué haces?-me pregunta.

Veo como sus ojos recorren mi cuerpo y sé perfectamente que él tiene las mismas ganas que yo. Muerde su labio inferior y niega con la cabeza.

-Dúchate conmigo-le digo.

-¿Estás segura?-me pregunta indeciso.

-Ven-le digo.

Caleb se desviste rápido. Yo me quedo mirando su perfecto cuerpo y analizando sus tatuajes. Veo que ahora tiene uno nuevo en el costado. Abro los ojos cuando quiero darme cuenta de lo que es.

Caleb se ha tatuado mi nombre.

-¿Qué es eso?-le pregunto señalando su tatuaje.

-Tú nombre-dice.

-Eso ya lo sé, pero...¿Por qué?-le pregunto.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora