-No Caleb, no te estoy diciendo eso, simplemente te estoy diciendo que estoy cansada de quererte y que ya no solo me vale con quererte, yo necesito más y tú no puedes dármelo-le digo.
Me consigo levantar de la cama apoyándome en mi mesita de noche para mantener el equilibrio y no caerme en el intento.
Salgo de mi habitación dejando a Caleb allí. Camino al cuarto de baño y enciendo el grifo de la ducha. Necesito despejarme y sé que si me quedo en la habitación Caleb no va a parar de intentar convencerme de cuánto me quiere. Y también sé que no va a irse de mi casa.
Veo a Caleb detrás mía en el pasillo desde el espejo. Intento cerrar la puerta pero él se pone entre medias para que no lo consiga.
-Quiero ducharme-le digo.
-Voy a quedarme aquí, por si te pasa algo-me dice.
-No necesito supervisión-le digo.
-Casi no te mantienes en pie, has tenido que sujetarte a la mesilla para levantarte de la cama, déjame que me quede aquí por si pasa algo, por favor-me dice casi suplicando.
No le respondo. Solo asiento con la cabeza y mantengo el silencio. Caleb se sienta en la taza del retrete.
-Date la vuelta, voy a desnudarme-le digo.
-No voy a ver nada que no haya visto ya-me dice.
-¡Qué te des la vuelta!-le ordeno gritando.
Caleb no dice nada. Pone los ojos en blanco y se gira sobre si mismo para mirar a la pared.
Me desvisto y entro en la ducha. Poco a poco voy dejando que el agua caiga sobre mi cuerpo. Disfruto de este momento tan agradable. Sin pensar si quiera en que Caleb esta detrás de estas cortinas y que una parte de mi quiere que se meta en la ducha conmigo.
Intento quitarme rápidamente los pensamientos que me invaden y las ganas de poder tocarle. No puedo. No quiero.
No quiero, ¿verdad? Si, claro que quiero, no sé a quien pretendo engañar.
En uno de mis estúpidos impulsos abro las cortinas y Caleb me mira sorprendido.
-¿Qué haces?-me pregunta.
Veo como sus ojos recorren mi cuerpo y sé perfectamente que él tiene las mismas ganas que yo. Muerde su labio inferior y niega con la cabeza.
-Dúchate conmigo-le digo.
-¿Estás segura?-me pregunta indeciso.
-Ven-le digo.
Caleb se desviste rápido. Yo me quedo mirando su perfecto cuerpo y analizando sus tatuajes. Veo que ahora tiene uno nuevo en el costado. Abro los ojos cuando quiero darme cuenta de lo que es.
Caleb se ha tatuado mi nombre.
-¿Qué es eso?-le pregunto señalando su tatuaje.
-Tú nombre-dice.
-Eso ya lo sé, pero...¿Por qué?-le pregunto.
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Un golpe de suerte
Teen FictionCloe y Caleb son dos polos opuestos, dos mundos diferentes, dos vidas paralelas, sin nada en común. Cloe cambia su vida de la noche a la mañana cuando decide mudarse de Londres a casa de sus tíos de Barcelona, desde ese momento, todo lo que se le av...