Capítulo 18.

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Bajamos a la cafetería del hospital, no hay nadie más, solo nosotros, caminamos a la máquina expendedora. Caleb coge un café solo y yo uno con leche fría. No hablamos, no hay ningún tipo de comunicación entre nosotros. Caminamos con los cafés en la mano hasta una mesa al fondo de la sala, pegada a un ventanal.

-Leti necesita descanso, no tiene nada grave, pero al ser tan pequeña quieren tenerla en observación por el golpe de la cabeza-dice rompiendo el silencio.

-Bueno, si quieres podemos hacer turnos en el hospital para no dejarla sola, lo importante es que ella esté bien-digo.

-No tienes porque venir, no te pago por eso-dice.

-Me pagas por estar con ella y a parte, no pensaba pedirte dinero por venir a verla al hospital, es una niña increíble y me gusta pasar tiempo con ella-digo yo, dejando claro que mis intereses no son sólo económicos.

-No hace falta, cuando estemos en casa podrás venir, tiene que estar con la pierna escayolada un par de semanas y necesitaré ayuda, no puedo estar siempre en casa-me dice.

Veo que de verdad está preocupado por Leti, es normal, supongo que su cargo de conciencia tampoco le ayuda. Si Caleb no hubiera dejado a Leti sola hoy con Diego quizás no hubiera pasado nada de esto, pero en las cosas del destino no podemos entrometernos, lo que está destinado a pasar, tiene que pasar. Aunque me duele que Leti haya tenido que pagar con un accidente por la mala cabeza de su hermano y por ir a una fiesta a conseguir algo de dinero.

-Caleb, de verdad entiendo que te sientas culpable por todo esto, pero no puedes seguir machacándote, ha pasado y ya está, no podemos hacer más-digo intentando tranquilizarlo.

-Si le llega a pasar algo a mi hermana por culpa de ese idiota, lo hubiera matada con mis propias manos-dice enfadándose.

-Caleb, no es culpa solo de Diego-digo.

-¿Qué estás queriendo decir?-pregunta dejando el vaso de café y mirándome a los ojos fijamente.

-Yo...Quiero decir que si tú no te hubieras ido, esto no hubiera pasado-me atrevo a decir.

-¿Estás culpándome?-me pregunta alzando el tono de voz.

-¡Si no hubieras ido a esa maldita pelea, Leti quizás estuviera bien!-le chillo.

-No te atrevas a decirme lo que tengo o no tengo que hacer con mi hermana-me dice él de mala forma.

-Caleb, busca un trabajo digno si lo que quieres es tener dinero para sacar a tu hermana adelante, no por un puto sobre de mierda que no tendrá más de trescientos euros jugarte la vida a que te den un mal golpe-intento hablar tranquilamente.

-¿Te crees mi madre?-me pregunta.

-¿Qué diría ella si te viera así?-le pregunto enfadada por escuchar tantas tonterías de su boca.

-¡No te atrevas a mencionar a mi madre!-me grita mientras da un golpe en la mesa.

-¡A mi no me hables así! Yo no soy Diego ni ningún otro gilipollas con los que te partes la cara, ¿me oyes?-le grito con todas mis fuerzas, enfadada y con rabia.

¿Quién coño se piensa que es? Pienso.

-Vete de aquí.

-¿Qué?-pregunto alterada.

-¡Qué te vayas de una puta vez! No te quiero aquí y no quiero volver a verte-grita dejando claros sus pensamientos y abandonando la cafetería.

Me quedo sentada, sin saber qué hacer ni decir. Solo miro hacia delante y cojo el teléfono para mandar un mensaje a Manu.

Sin batería. Genial.

Voy a recepción para pedir un taxi que me lleve a casa. Tengo ganas de llorar, tengo tanta rabia acumulada ahora mismo que solo tengo ganas de llorar y de decirle a Caleb lo gilipollas que es, cosa que él ya debe de saber de sobra.

Todo esto ha sido un error, venirme a vivir a Barcelona, aceptar el trabajo, ir a la fiesta y venir al hospital, todo ha sido un maldito error, debería de haberme quedado en Londres, allí al menos mi vida era mucho más tranquila y no tenia el gran problema que tengo actualmente, Caleb.

Caleb se ha convertido en dos días en un dolor de cabeza constante, una presencia desagradable y una persona que no trae nada bueno a mi persona, solo desquicio.

Monto en el taxi y le doy mi dirección. Necesito llegar ya a casa, necesito que acabe este día de mierda.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora