Sigue siendo de noche. He salido de la habitación de Caleb porque no era capaz de continuar con esa conversación. De lo único que ha acabado convenciéndome es de que no me fuera estas horas de la noche y que me esperase a que sea por la mañana. Tampoco quería acostarme la cama de Leti, porque no quería despertarla. Así que me he venido a tumbarme en el sofá.
Odio tener unos sentimientos tan fuertes hacia él, y odio que, a pesar de saber, lo sigo intentando jugar con ellos. Odio oírle decir qué va a cambiar cuando sé que no es cierto y odio sobre todo que una parte de mí siga queriendo esperar a que eso sea verdad.
Caleb sale de la habitación y camina dirección hacia el sofá donde yo estoy tumbada.
-Antes de que empieces a decirme cosas horribles, por favor me gustaría que me escuchases-me dice.
-Habla-le digo.
-Mañana voy a ir a pasar el día con Leti al zoológico y me gustaría que vinieses con nosotros-dice.
-¿Pero tú eres consciente de que acabamos de discutir y me estás pidiendo que me vaya a pasar un día contigo y con tu hermana al zoológico? ¿Es en serio?-le pregunto mientras que le miro fatal.
-Quiero que vengas y demostrarte que pasar un día conmigo, no tiene porque ser tan malo-me dice-Además, además sé que a Leti le haría ilusión-termina diciendo.
-Por favor, no uses a la niña como chantaje emocional-le digo.
-Y a mí también, también me haría ilusión-dice.
-¿Si paso mañana el día contigo me prometes que al menos serás agradable y que no vas a discutir en ningún momento?-le pregunto.
-¡Claro!-dice feliz.
-Bien. Ahora déjame dormir un rato e iremos al zoológico.
Me doy la vuelta para mirar al sofá y quitarle de mi visual. Caleb se levanta y oigo sus pasos hacia la habitación. Dejo de escuchar los pasos y me giro para ver si sigue en el salón. Si, Caleb me está mirando.
-¿Qué haces?-le pregunto.
-¿Puedes dormir conmigo? No tenemos ni siquiera que tocarnos, te prometo que solo dormiremos. Pero me siento más tranquilo cuando estás conmigo-me dice.
-¡Si me acuesto en esa cama, no puedes ni rozarme!-le advierto.
-No lo haré-me dice él.
Prefiero dormir en la cama que no en el sofá. Pero también prefiero dormir con Caleb a dormir sola. Supongo que las diferencias de dormir en una cama con él a dormir sola en un sofá son bastante grandes.
Me acuesto en la cama, en el que ya últimamente considero mi lado. Caleb se tumba en el otro. Me giro para no tener que mirarle porque él si lo está haciendo conmigo.
-Si te preguntas si me giré antes de irme, si que lo hice.
-¿Qué?-digo sin entender nada de lo que me está diciendo.
-En el entierro de tu padre. Cuando nos despedimos, si que me giré a mirarte.
Me doy la vuelta y me sitúo justo enfrentada a él para mirarle. Él se acerca un poco más a mi y yo no me quito, de hecho hago lo mismo que él.
-¿No decías que eso era una tontería?-le pregunto.
-Lo pensaba. Lo pensaba hasta que tuve que verte a ti irte y entendí la realidad de lo que significaba darse la vuelta para ver irse a la persona que no quieres que se vaya nunca...-dice cerrando los ojos.
-¿Me has echado de menos?-me atrevo a preguntarle esperándome lo peor.
-Mucho.
Suspiro aliviada y se me escapa una sonrisa.
-¿Tú me has echado de menos a mi?-me pregunta.
-Aunque no te lo merezcas, lo he echo y no debería de haber sido así.
-¿No podrías haber dicho sólo un si?-dice refunfuñando.
-Perdona. Si, te he echado de menos, mucho. No quería salir ni siquiera de la cama Caleb, eso no es normal en mi, yo no quería alejarme de ti, pero era todo lo que necesitaba para avanzar yo. Es que siento que cuanto más me alejo de ti, más me acerco a mi misma y es muy triste-digo con los ojos llorosos.
-Me alegra oírte decir cosas buenas sobre mí.
-¡Estar deprimida en una cama por ti no es bueno!
-Pero al menos, no me estás insultando, eso ya es bueno-dice sonriendo.
-No te soporto...-digo poniendo los ojos en blanco.
Caleb me acaricia las mejillas. Después la nuca. Después pone un mechón de pelo que se me ha caído del moño detrás de mi oreja.
-Estás muy guapa así.
-¿Despeinada, con dolor de cabeza y enfadada?-le pregunto.
-No, conmigo en la cama.
Sin pensarlo, busco sus labios con los míos y le beso. No podía seguir aguantando mucho más tiempo en una cama con Caleb sin sentirle. Borro de mi mente todo lo que he visto esta noche con Lara y lo que Caleb me ha contado. No quiero pensar en nada más que en nosotros. Ahora no.
Caleb acaricia mi espalda y sube lentamente mi camiseta hasta conseguir quitármela. Yo hago lo mismo con la suya.
Me sitúa encima suya y yo abro las piernas para rodearla. Nos seguimos besando. Esta vez con más ganas que la anterior. Con más pasión. Con más rabia por mi parte. Quiero que me demuestre que es mío . Que es mío y de nadie más.
Bajo mis labios besando su torso hasta que llego casi a su parte baja. Le miro retorcerse de placer. Me encanta ver la sensación que provoco en el. Me hace sentir poderosa. Hace que sienta que puedo controlar cualquier situación.
-¿Te pasa algo?-digo sabiendo que se muere de ganas de estar dentro de mí.
-Estás haciéndome sufrir Cloe Parker y no me gusta-dice.
-Mantén la boca cerrada-le digo dándole un pequeño mordisco en el abdomen.
Me decido a introducirme en la boca su miembro y disfruto de estar haciéndole disfrutar a él.
-Quiero follarte-le oigo decir.
Me saco su miembro de la boca y subo lentamente a mirarle.
-Hoy soy yo la que mando-digo mientras introduzco su pene en mi vagina.
Terminamos el que ha sido nuestro mejor polvo sin duda.
-Dios Cloe. Eres increíble-dice acariciándome la cara.
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Un golpe de suerte
Teen FictionCloe y Caleb son dos polos opuestos, dos mundos diferentes, dos vidas paralelas, sin nada en común. Cloe cambia su vida de la noche a la mañana cuando decide mudarse de Londres a casa de sus tíos de Barcelona, desde ese momento, todo lo que se le av...