Un golpe de suerte

Capítulo 86.

-¡Los cuartos chicos!

Grito desesperada, no hay momento que más nerviosa me ponga y más ansiedad me dé que las uvas de Nochevieja.

Lo paso fatal, todos los años me creo que se van a adelantar o que me las voy a perder. Es ridículo yo lo sé, pero no puedo evitarlo.

Este año es diferente, más importante para mí, son mis primeras navidades con Caleb, mi primera Nochevieja. Nunca me ha gustado el día 31 de diciembre, pero este año todo tiene sentido, lo tiene porque le tengo a él.

Todos los años tengo la costumbre de meterme debajo de la mesa a comerme las uvas y pedir un deseo. Nunca se me ha cumplido, pero este año aunque lo vaya a volver a hacer es el primer año que no sé lo que pedir, porque por suerte, tengo todo lo que quiero a mi lado.

Ya estoy metida debajo de la mesa, con el plato de las 12 uvas y preparada para comerlas cada vez que suene la campana.

-¿Me haces un hueco?-me pregunta Caleb agachado a mi lado.

-¡Ven aquí!-le grito emocionada.

Caleb me da un beso en la mejilla y se sienta a mi lado.

Las campanadas empiezan a sonar y todos nos comemos las uvas a la vez. Caleb se atraganta con alguna ya que va un poco tarde y se quiere dar prisa. Yo me río mientras mastico.

Caleb y yo salimos de la mesa y todos nos abrazamos, mi tío abre una botella de champán para que todos brindemos por el nuevo año.

Soy feliz, después de mucho tiempo, tengo el corazón repleto de felicidad y de amor.

Vuelvo a tener náuseas mientras estoy brindando y corro al baño a vomitar.

Tendré que ir al médico porque últimamente la comida no me sienta muy bien que digamos, pero supongo que tendrán que hacerme pruebas, quizás sea intolerable a alguna comida y no lo sabía hasta ahora.

-¿Nos podemos hacer una foto?-me dice Caleb en cuanto vuelvo a salir del baño.

-Yo la hago-dice Sara.

Sara coge el teléfono para poner la cámara.

Caleb me coge en brazos y yo me agarro a su cuello. En la siguiente foto, salimos dándonos un beso. Pero sin duda mi favorita es la que ha salido un poco borrosa pero ambos nos miramos riéndonos, mientras Caleb me sujeta la cintura y yo estoy inclinada hacia atrás.

-Esta es preciosa-digo observando la última foto.

-Es porque salgo yo-dice Caleb bromeando.

-Por supuesto cariño, lo que tú digas-le respondo yo.

Manu coge de la mano a Sara y carraspea la garganta para que les hagamos caso.

-Tenemos una cosa que deciros-dice Manu.

Todos les miramos extrañados, esperando a que hablen. Algo me dice, que ya sé cuál es la noticia que van a contar.

-¡Nos casamos!-dicen a la vez.

El salón de casa se llena de gritos y aplausos, todos celebrando que mi primo y Sara, por fin a casarse y a compartir su vida juntos.

Hacen una pareja increíble, lo pensé desde el momento en que les vi juntos. Me alegro por ellos, Manu se merece a una chica como Sara. Y para mí, Manu es el mejor hombre que hay sobre la tierra, por lo que Sara es muy afortunada también.

-¡Enhorabuena primo!-le digo mientras le doy un fuerte abrazo.

-Queríamos contároslo hoy, ya que estaríamos todos juntos-dice Manu.

Caleb sonríe mientras agarra a Manu del cuello para darle un abrazo. Ambos se dan palmaditas en la espalda en muestra de cariño.

-Nunca pensé que te vería convertirte en un hombre casado-dice Caleb.

-Yo directamente nunca pensé que te vería convertirte en un hombre-dice Manu riéndose.

Todos sueltan una carcajada y yo niego con la cabeza mordiéndome el labio.

-Tú prima tiene que ver bastante con eso-dice mirándome.

-Gracias por los honores-digo mientras hago una reverencia de broma.

Mi madre me abraza y me dice al oído que está orgullosa de ver el cambio que he conseguido hacer en Caleb.

Ha sido duro, no ha sido un camino de rosas y me ha costado bastante conseguir todo lo que he conseguido con Caleb. El que hoy esté aquí, con mi familia ya es un paso muy grande, que haya hecho las paces con Manu, también, pero el que haya dejado de lado su orgullo y su forma tan horrible de demostrar no sentir nada, eso ya es un logro para mí.