Capítulo 22.

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Enfrente de mí tengo el polígono que tanto odio, puedo ver como la gente ya está borracha y cómo bailan al ritmo de la música. Busco rápidamente con la mirada a ver si soy capaz de localizar a Manu o a Martina, pero fracaso en el intento.

Cojo el teléfono para intentar llamarles, pero ninguno me responde, cosa que me parece normal, ya que no deben ni escuchar los móviles con tanto ruido y la música tan alta.

Al final cogí el vestido que me regaló Martina, me maquille y me dejé el pelo suelto, me puse unos tacones y sin pensarlo, muy bien salí de la puerta de mi casa. Cogí el primer taxi que pasó por delante y le dije la dirección más cercana del polígono. Decidí venir a la fiesta y ahora mismo me sigo arrepintiendo de ello.

Camino entre los múltiples grupos de gente para seguir intentando localizar a mi grupo.

Por fin, a lo lejos veo a una de las personas que menos me gustaría estar viendo ahora, acabo de localizar a Lara, lo que me hace suponer que los demás no andarán muy lejos. Camino en su dirección, lo más rápido que puedo, cuando de repente empiezo a darme cuenta de que los demás están allí.

Veo a Sara y a Manu de espaldas, nadie se ha dado cuenta todavía que estoy aquí.

-¡Mirad quien ha venido!-grita Arnau que es el primero que me ha visto.

Todos se giran en mi dirección y puedo ver en sus caras que les ha hecho ilusión que me haya decidido a venir aquí, todos, menos Lara, que me mira con cara de asco y prepotencia, me limito simplemente a ignorarla, sé que eso la va a dar más rabia todavía.

-¡Amor viniste!-dice Martina abalanzándose sobre mí para abrazarme.

La devuelvo el abrazo y la sonrío.

-No podía seguir aguantando tus mensajes suplicando que viniese-la digo riéndome.

Miro hacia todos los lados y no veo a Caleb.

-Hola guapa-me dice Sara.

-Hola a todos-digo.

-¡Estás preciosa prima!-dice Manu.

-Tengo una buena estilista-digo refiriéndome a Martina.

-La percha lo es todo-dice Arnau.

Se refiere a que yo hago que el vestido sea bonito, supongo que es su manera de decirme que le parezco guapa o que le intereso.

-Gracias Arnau-le digo sonriendo.

-¿Qué cojones hace ella aquí?

La voz de Caleb atraviesa mis oídos como si fueran agujas. Su grito enfadado penetra en mi cabeza y se repite constantemente.

No me acobardo y le miro a los ojos, enfrentándome a todo lo que pueda pasar a partir de este momento.

-Tranquilo hermano-dice Diego cogiéndole del brazo.

-¿Y a ti que cojones te pasa?-me atrevo a decirle a Caleb.

No dice nada, se me acerca con paso seguro y me agarra del brazo para llevarme lejos del grupo.

-¡Qué me sueltes!-digo quitándome con fuerza para separarme de él.

-¿Qué haces aquí?-me pregunta.

-¿Has cogido por costumbre el cogerme del brazo para separarme del grupo? Porque si es así, empieza a controlar tu ira y tu rabia Caleb, estás empezando a cansarme-le aviso.

-Te he hecho una pregunta y quiero una respuesta ya-dice él.

-Estoy en la fiesta porque me han invitado y porque te guste o no, vas a tener que verme más de lo que te gustaría, ya que lo siento pero tu mejor amigo te recuerdo otra vez más que es mi primo-le digo enfadada.

-Pues no quiero que vengas-dice.

-Una cosa es que me despidas y que no me quieras volver a ver en tu casa y otra cosa es que tú decidas dónde voy o no-le digo.

-Eres insoportable-dice enfadado.

-¿Hablas por ti no?-le pregunto.

Caleb me mira con odio, puedo ver perfectamente en su cara como me tiene más rabia todavía que antes.

Creo que he hecho bien en venir a la fiesta, simplemente para plantarle cara y para dejarle bien claro que a mí no me manda ni me da órdenes, que yo no soy ninguno de su grupo y mucho menos los fieles seguidores que tiene en esta mierda de fiesta.

-Quiero que te vayas-me vuelve a repetir.

-Me da igual lo que tú quieras-le digo.

-¿No te das cuenta de que no encajas aquí?-me pregunta.

-¿Y tú no te das cuenta de que has vuelto a dejar sola a tu hermana para venir aquí?-le respondo devolviéndole una pregunta, que sé que no le va a hacer mucha gracia.

-Te estoy hablando en serio Cloe, este no es tu mundo, ni estos son tus amigos, no es tu ambiente y no deberías estar aquí-dice esta vez con un tono más calmado.

-Si no supiera que no tienes corazón ni alma, pensaría que te estás preocupando por mí, pero tranquilo, sé que es solo porque mi presencia te molesta, a ti y a tu ego de macho alfa-le digo.

-¿Si te devuelvo el trabajo me prometes que te vas de aquí?-dice.

¿Qué? Pienso.

Necesito ese trabajo por encima de todas las cosas, necesito ganar dinero para poder alquilar una casa. Y al fin y al cabo cogí cariño a Leti y me gusta estar con esa niña. Recuperar el trabajo es lo único que he querido desde que Caleb me despidió. Es uno de los motivos por los que me he decidido a venir a la fiesta.

-Responde-me dice.

-Si-digo en voz baja.

-Bien, puedes irte si quieres ahora a mi casa y decirle a la nueva niñera de mi hermana, que ya puede irse y que te quedas tú-dice dándose la vuelta.

-¡Caleb espera!-le grito.

Por primera vez cuando chillo su nombre, se da la vuelta para mirarme.

-¿Qué?-me pregunta.

-Gracias...Yo, necesito el trabajo y el dinero-le digo.

-Adiós-me dice él.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora