Bailamos durante horas y horas y ya empiezo a sentir un ligero dolor en las piernas y más aún en los pies debido a los tacones. Hemos llegado a subirnos a la barra de la discoteca mientras que todo el mundo nos animaba a bailar. Marcos el camarero de antes, ha sido el primero en animarnos con los bailes.
El alcohol ha empezado a hacer de las suyas en mi cabeza. No estoy borracha, pero empiezo a estar contenta.
Me lo merezco. Es lo único en lo que estoy pensando constantemente, en que me merezco salir y desconectar, pasármelo bien y disfrutar con la loca de mi mejor amiga.
-Voy a tomar el aire-le digo a Martina que ahora está bailando con Amanda.
-¡Te quiero!-grita ella.
Me alegra saber que no soy a la única que el vodka con zumo de piña le ha afectado considerablemente.
Camino entre la gente mientras que empujo con los brazos a las personas que se me cruzan para poder abrirme el camino hacia la puerta.
Por fin consigo salir a la calle y los porteros me saludan.
-¿Dónde te has dejado a Martina?-me pregunta uno de ellos.
Ya ni si quiera me acuerdo de sus nombres, solo sé que son agradables y simpáticos, pero sintiéndolo por ellos, no recuerdo nada más.
Me río yo sola de lo que pienso para mis adentros cuando me doy cuenta de que acaban de preguntarme por mi amiga.
-Está dentro, bailando-intento ponerme seria para poder responder.
-Martina es la mejor animando las fiestas-dice el otro.
-Mmm. Si, supongo-respondo.
Camino un poco para alejarme de ellos, no porque me molesten ni mucho menos, pero necesito tomar el aire y que nadie me hable. No estoy muy serena para responder cosas coherentes y hacer el ridículo esta noche no es algo que me apetezca mucho.
-¿Fumas?
Me sobresalto al oír una voz masculina y me doy media vuelta intrigada.
Es Marcos, el camarero.
-No.
Marcos me mira extrañado y en seguida entiendo el motivo. Acabo de ser muy borde, demasiado.
-Lo siento, no quería sonar tan cortante. Es solo que no fumo y que llevo quizás demasiadas copas esta noche ya-digo intentando sonar más agradable.
Marcos saca un cigarrillo de su cajetilla y se lo pone en la boca. No sé si es por el alcohol, pero este hombre es literalmente una de las personas más atractivas que he visto en mi vida.
Intento pensar en Caleb antes de cometer cualquier estupidez. Ahora mismo me estoy comportando como una idiota.
Por dios Cloe, vuelve. Me repito mentalmente una y otra vez.
-¿Ocurre algo?-me pregunta.
-¿Qué?
Cierro los ojos y me aprieto los labios cuando me doy cuenta de que en todo este rato hablando conmigo misma me había quedado embobada mirándole.
-¿Me das uno?-digo refiriéndome a un cigarrillo.
-Claro.
Saca un cigarrillo y me lo pone en la mano. Me lo llevo a los labios y Marcos acerca su mano con un mechero a mi boca.
Mi respiración se acelera cuando a la vez que me enciende el cigarro su dedo meñique roza mi barbilla.
Claro que el momento de tensión se acaba porque estoy literalmente ahogándome con el humo del tabaco. Nunca he fumado y obviamente no se ni siquiera como se fuma, por lo que no sé en qué momento se me ha ocurrido que todo esto era buena idea.
"¿Intentando impresionar tíos con un cigarro a estas edades Cloe? Bien. Te creía más lista." Me digo a mí misma.
-¿Estás bien?-me pregunta Marcos.
-Joder, lo siento...Es que yo no estoy acostumbrada a esto, pero estoy bien, gracias-digo con una mano en el pecho todavía.
-No tienes que pedir perdón por no saber fumar Cloe, deja de decir tonterías-me dice acariciándome el brazo.
Si no fuera porque estoy borracha juraría que le tengo más cerca de lo que creía o de lo que me gustaría quizás.
No puedo confundir la situación, no ahora que las cosas están bien y tranquilas con Caleb, no cuando estamos en nuestro mejor momento. Si esto hubiera ocurrido en otro momento quizás me hubiera dejado llevar, tal y como Caleb hizo con la zorra de Lara.
-Tengo que irme, seguro que Martina me está buscando-digo dándome la vuelta rápido para no darle tiempo a responder.
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Un golpe de suerte
Teen FictionCloe y Caleb son dos polos opuestos, dos mundos diferentes, dos vidas paralelas, sin nada en común. Cloe cambia su vida de la noche a la mañana cuando decide mudarse de Londres a casa de sus tíos de Barcelona, desde ese momento, todo lo que se le av...