Llevo toda la mañana hablando con Martina por teléfono mientras que me sigo arreglando para ir con los hermanos Brown al zoológico.
¿Quién me iba a decir a mi que acabaría yendo a ver animales con alguien que a veces se comporta como si fuese uno de ellos?
Me río yo sola de pensar en lo que acabo de decir para mis adentros. Sobre todo por haber imaginado a Caleb gruñendo como si fuera un oso.
Le cuento a Martina todo lo que ha ocurrido esta noche. Desde que nos fuimos de la fiesta hasta esta mañana cuando me he levantado y Caleb me había preparado el desayuno.
-Es que...Vaya...¡Joder parece otro!-dice Martina.
-Ya, bueno...El problema es que no se sabe nunca lo que le durará esta actitud.
-Cloe amor, creo que en tan poco tiempo le conoces mejor que cualquiera de nosotros-dice refiriéndose al grupo-Pero contigo parece ser casi diferente o...No sé, ¿amable?-dice.
-Lo es, a veces, otras es idiota, pero a veces es agradable-digo buscando una palabra buena para referirme a él.
-Es increíble oírte hablar de él-me dice.
-¿Hablo demasiado bien?-pregunto confusa.
-Hablas bonito, creo que esa es la palabra. Pero ten cuidado, sigo sin fiarme mucho de él-dice.
-Sigo alerta siempre, con él tiene que ser así, bueno tengo que dejarte, el zoológico me espera-le digo.
-No imagino que es lo que le has hecho, pero ha debido de ser fuerte para que Caleb vaya al zoológico, era un plan que solo tenía con sus padres cuando era pequeño-dice y cuelga el teléfono.
¿Qué le he hecho? Nada, supongo. ¿Será que de verdad está intentando ser mejor persona por mí cómo él dice? No lo sé, pero sea lo que sea, me encantaría porque fuera así siempre.
Termino de hacerme la coleta y salgo del baño. Caleb y Leti me esperan en el sofá. Caleb va vestido de negro entero, con una sudadera y unos vaqueros. Leti lleva un vestido beige y un abrigo morado.
-¡Por fin!-dice Caleb.
Le miro desafiante, frunciendo el ceño.
-¿Qué dijimos de tus modales?-le pregunto.
-Perdónnnnm....-dice alargando la palabra.
-Bien, podemos irnos-digo abriendo la puerta de casa.
En el trayecto vamos jugando al veo veo. Leti está sentada atrás. Caleb conduce y yo voy en el copiloto.
Pienso en las palabras de Martina diciendo que este plan era de Caleb con sus padres y sonrío al pensar que ahora también lo está haciendo conmigo. Me siento feliz sabiendo que comparte cosas importantes también conmigo. Que me incluye en su vida.
Aparcamos el coche y bajamos hacia las taquillas. Caleb paga las entradas.
-¡Quiero ver a los leones!-grita Leti.
-Yo había pensado...-digo intentando enseñarles el mapa del zoológico para que sigamos la ruta.
Caleb me abraza por detrás.
-Deja de ser tan organizada solo por un día, vamos a disfrutar el momento.
-Vale...-digo poco convencida.
Caleb camina agarrado de mi mano, lo que me sorprende bastante.
-¿Ya sois amigos?-nos pregunta Leti.
-Eso parece-la respondo.
Caleb solo asiente con la cabeza.
¿Somos amigos? No lo sé, lo que está claro es que tampoco somos novios y que Caleb no quiere poner etiquetas. Así que dejaremos la palabra amigos para definir lo que sea esto que tenemos.
Pasamos el día visitando a todos los animales. Mi turno ha llegado por fin y caminamos hacia la zona de los gorilas.
-¡Son gigantes!-digo sonriendo acercándome a la cristalera.
Miro a Caleb y veo como me acaba de tomar una foto.
-¿Qué haces?-le pregunto.
-Es que salías muy guapa. Estás muy guapa cuando sonríes-me dice.
-Gracias-digo sonrojada.
-¿Puedo hacerme una foto contigo?-me pregunta Leti.
-¡Claro!-digo cogiendo a la niña para la foto.
Sonreímos. Foto hecha.
-Ahora yo a vosotros-dice Leti.
-Bueno...No...-digo.
-Claro.
Para mí sorpresa Caleb accede a sacarse una foto conmigo.
Me agarra de la cintura. Yo apoyo la cabeza en su pecho.
Leti empieza a hacernos fotos. Caleb me besa y yo me quito inmediatamente pensando en Leti.
-¡Qué asco!-dice la niña.
Ambos nos reímos. Caleb coge el teléfono y vemos las fotos. Son muy bonitas, demasiado. Pero la que más me gusta es la del beso. Se me ve sonreír en mitad del beso. Se nota que soy feliz.
-Gracias por hacerte una foto conmigo-me dice.
-De nada, supongo-digo confusa.
Agradezco enormemente que Caleb esté cumpliendo la promesa de ser agradable y simpático hoy.
El día transcurre mientras seguimos viendo los animales. Paramos también a comer y dejamos que Leti entrase en un aula de información de los animales mientras nosotros esperamos fuera hablando.
Al llegar a casa todos nos metimos por turnos en el baño a darnos una ducha. Leti fue la primera, yo la segunda y Caleb el tercero. Mientras que él se duchaba yo he dado de cenar a la niña y la he metido en la cama.
Estoy esperando a Caleb en el salón cuando le veo aparecer solo con la toalla puesta de cintura para abajo.
Es perfecto. Él, sus tatuajes. Todo.
-¿Quieres que veamos una película o quieres que nos vayamos a dormir?-me pregunta.
-Estoy muerta de sueño, preferiría dormir-le digo.
-¿Pero dormirás conmigo?-me pregunta-Hoy me he portado bien.
Pongo los ojos en blanco y asiento con la cabeza. Tiene razón y además me apetece acabar el día durmiendo juntos. El día ha sido perfecto, no podría haber sido mejor.
Me tumbo en la cama y Caleb se pone unos calzoncillos que saca del cajón de su armario. Se tumba en la cama y se pega a mí.
-Buenos noches-le digo.
Me abraza y apoya su cabeza en mi pecho.
-Gracias.
-¿Por qué?-le pregunto.
-Por dejarme pasar un día contigo sin tener que reprocharnos nada. Cuando estoy contigo me haces sentir como la primera vez que fui de pequeño a ver la Navidad de New York.
Me hace gracia la comparación pero me alegra que me compare con algo tan bonito. Con algo relacionado con su felicidad.
-Vale poeta, ahora a dormir-le digo dando un beso en su cabeza.
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Un golpe de suerte
Teen FictionCloe y Caleb son dos polos opuestos, dos mundos diferentes, dos vidas paralelas, sin nada en común. Cloe cambia su vida de la noche a la mañana cuando decide mudarse de Londres a casa de sus tíos de Barcelona, desde ese momento, todo lo que se le av...