Capítulo 59.

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A la mañana siguiente me levanto y me preparo el café para tomármelo mientras hago la cama y recojo la habitación. Caleb y Leti se han ido a pasar la mañana al parque y a hacer la compra.

Yo mientras que hago hago todas las cosas en casa, estoy hablando con Martina por teléfono y contando lo que pasó anoche. Ella y Diego también van a ir al cumpleaños de Lara. Martina lleva intentándome convencer de que vaya media hora, para que le restriegue a Lara en la cara que Caleb quiere estar conmigo y no con ella. Esa parte es la única que me podría hacer cambiar de opinión a última hora, darle su merecido sería un plan maravilloso para hoy.

Esta mañana antes de irse, Caleb también me ha vuelto a preguntar si iba a ir con él al cumpleaños y me ha dicho que la vecina se quedaría con Leti mientras que nosotros estamos en el cumpleaños.

Una parte de mí quiere ir y sobre todo ver la cara que se le quedaría a Lara si me ve aparecer en su fiesta, la otra parte de mí, que es la más sensata y responsable, prefiere quedarse en casa con Leti, viendo películas de Disney y evitando tener un conflicto esta noche y evitar situaciones de mierda que podrían generarse si decido ir a esa maldita fiesta.

Encima, para colmo, la fiesta se celebra en casa de Lara. Lo cual me parece demasiado arriesgado entrar tanto en su terreno.

Le he prometido a Martina, que lo iba a meditar y a pensar y que si cambiaba de opinión, la llamaría para que viniese a casa a arreglarnos juntas.

Por fin, he terminado de hacer todo lo que tenía que hacer y como todavía sigo sola, decido encender mi portátil para echarle un vistazo a mi blog y contestar a mis clientes, llevo unos días sin tener ganas, ni ánimo de tener que ayudar a otras personas cuando ni siquiera sé cómo ayudarme a mí misma.

Cuando me hice este blog, tenía la fuerza suficiente como para evitar mis problemas y poder ayudar a los demás, pero mi vida desde entonces ha cambiado considerablemente y ahora soy yo la que más necesita ayuda.

Por lo tanto ser yo la que necesita ayuda e intentar ayudar al resto no es muy normal y sobretodo y lo más importante, no es nada fácil.

Miro los mensajes que tengo, buscando en la bandeja de entrada el nombre que espero encontrar.

"Desconocido16"

Veo que en su chat hay más de 7 mensajes, los cuales leo uno por uno.

Algunos son mensajes bastante tristes, otros parece que ya está mejor con la chica de la que me hablaba, pero los últimos mensajes recibidos que son justo de hoy, son horribles. Parece que la relación entre ellos no funciona porque él no cambia y ella parece haberse rendido y no darle otra oportunidad.

Joder, que curioso, este chico parece que estuviese narrando mi historia con Caleb.

Decido responderle de la forma más amable y paciente posible que puedo. Contesto a cada uno de sus mensajes, detalladamente.

Al finalizar, no recibo respuesta, tampoco está conectado. Así que supongo que cuando él pueda me responderá a mí. Continúo leyendo los mensajes de mis otros clientes y respondiendo igual de bien y educada a todos.

Cada persona es diferente y tiene problemas diferentes, lo cual es más complejo, porque tienes que ponerte en la piel de cada uno de ellos para poder ayudarles como lo necesitan.

Una vez finalizada mi misión, apago y cierro el portátil para guardarlo en mi funda rosa y dejarlo en su sitio. Caleb y Leti acaban de volver y Leti corre por la casa buscándome.

-¡Caleb me ha comprado un peluche!-dice Leti enseñándome el oso de peluche.

-Es precioso cariño-la respondo.

Leti me abraza y yo la devuelvo el abrazo, también la doy un beso en la cabeza. Caleb entra también en la habitación y sonríe al verme abrazada a su hermana. Le miro y también le sonrió a él.

-He comprado para que hagamos tortilla de patata para comer-dice.

-Genial-le digo.

Camino a la cocina y con la ayuda de Caleb recojo la compra mientras que Caleb también prepara los alimentos y los utensilios para que cocinemos. Leti está en el salón viendo la televisión.

-Voy a ir a la fiesta...-digo casi susurrando.

-¿De verdad?-me pregunta tan sorprendido como contento.

-Pero te juro Caleb, que como pase algo, me...

Caleb no me deja acabar la frase porque me frena con un beso en los labios. Abro los ojos de par en par y le miro sorprendida. No esperaba esa reacción por su parte. Pero no me molesta.

Es agradable volverle a sentir, aunque doloroso también.

-Lo siento-dice.

-Ven aquí-le digo mientras que agarro su chaqueta y le pego contra mi.

Le beso y el sonríe. Nuestras lenguas se entrelazan. Caleb me sube a la encimera y yo me agarro a él con las piernas.

-Leti está en el salón...-digo pegada a sus labios.

Caleb acaricia mis muslos con sus dedos y los sube hasta mi parte íntima. Llevo solo una camiseta suya por lo tanto, tengo las piernas al aire. Con su otra mano me abre las piernas y se agacha delante mía,

Cojo su pelo con mis dedos y le acaricio. Con su lengua y sus labios, me besa lentamente hasta que noto como retira mi tanga, hasta dejarse completamente el camino hacia mi vagina liberado. Su lengua juega con mi clitoris y sus dedos se introducen lentamente en mi.

Tapo con una mano mi boca para no gemir ni gritar. Leti podría escucharme y venir en cualquier momento.

Caleb vuelve a ponerse de pie y se sitúa en frente mío nuevamente. Se acerca a mi oreja.

-Quiero follarte, aquí y ahora-dice susurrando en mi oído.

Me estremezco de lo que han producido en mí esas palabras.

-Estás tan mojada-dice mientras sigue acariciando mi parte íntima.

-Follame-le ordeno.

Caleb se acerca a la puerta de la cocina y oigo como le dice a Leti que vamos a hablar una cosa y que no puede entrar a la cocina. No sé muy bien porque estoy haciendo todo esto, pero Caleb produce este tipo de cosas en mi. Ser una idiota impulsiva que se deja llevar por lo que me gusta y me encanta este hombre.

Caleb se baja los pantalones a la vez que los calzoncillos y se introduce rápidamente dentro de mi. Yo gimo al notar su miembro duro una y otra vez. Clavo mis uñas en su espalda y muerdo mis labios para no gritar mucho y que Leti pueda oírnos.

-Eres perfecta, por dios-gime Caleb en mi cuello.

-No pares ahora-le ordeno casi llegando al clímax.

Este momento está siendo épico, estamos los dos llegando a la vez. Caleb me abraza fuerte y yo hago presión con las piernas para sentirle más todavía.

-No puedo dejar de tener ganas de ti a todas horas del día, eres una adicción para mi-dice.

-No quiero que dejes de hacerlo-digo mientras le beso el cuello.

Esto no está bien, pero no me importa. Estos momentos con Caleb son ya parte de mi, estas reconciliaciones son parte de nosotros y nuestra relación. Y dudo mucho, muy a mi pesar, que vaya a acabar este juego de ahora si y ahora no, por más que lo intente Caleb se ha apoderado de cada centímetro y parte vulnerable de mi.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora