Capítulo 81.

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Hemos comido una buenísima paella que hemos preparado Caleb y yo. Leti ha dicho que no le gustaba y que prefería otra cosa, así que la hemos preparado una pizza casera.

-He visto antes una oferta de trabajo, bueno más bien me la ha enviado Martina, te pagan solo por por contestar encuestas un par de horas al día y son ochocientos euros al mes-le digo a Caleb.

-Me parece perfecto, quizás también me interese a mí, total, tampoco tenemos tantos gastos, la casa está pagada, solo pagamos luz, agua y comida-dice.

-No podemos acostumbrarnos solo a eso, necesitamos más dinero, para Leti y también para nosotros Caleb, podemos tener una buena vida con más esfuerzo-le digo.

-Vale, buscaré otra cosa, pero tú acepta ese trabajo, así estás en casa tranquila y yo buscaré algo de más sueldo-me dice.

Empiezo a encontrarme un poco mal, como revuelta, con ganas de vomitar y con mareos. Ha debido de sentarme mal la comida.

-Ahora vengo.

Voy corriendo el baño y en cuanto estoy cerca de la taza del inodoro, no tardo en expulsar toda la comida en forma de vomito.

Me lavo los dientes y la cara y vuelvo a salir del baño.

-¿Estás bien?-me pregunta Caleb.

-Me habrá sentado mal la comida, pero estoy bien tranquilo-le digo para calmarle.

-Deberías acostarte, yo haré los trámites de la oferta de empleo, descansa ahora.

-Si, gracias cariño.

Hago exactamente lo que me dice y me voy a la cama, me tumbo y me arropo con la manta hasta arriba porque estoy un poco destemplada.

Espero que Caleb haga bien lo de la oferta de empleo, creo que es una buena oportunidad para volver un poco a la normalidad después de todo lo que ha pasado últimamente.

Leti ahora está de vacaciones en el colegio pero no tardará en volver, por lo que eso también nos dará más tiempo libre para que Caleb encuentre trabajo.

Me preocupa que no podamos pagar todos los gastos que conlleva una casa y tener una menor a cargo de ambos, no es mi responsabilidad, lo sé, pero desde el momento que entré en esta familia y decidí compartir mi vida con Caleb, Leti empezó a ser responsabilidad mía también, como una hermana pequeña, esa que nunca tuve.

Recuerdo que siempre quise tener una hermana, me hubiera encantado tener a alguien con quien jugar y descubrir cosas, con la que discutir de vez en cuando y arreglarlo comiendo helado a escondidas, pero a quien voy a engañar, mi vida nunca fue estructurada y mucho menos mi familia. Siempre supe que ese sueño era al fin y al cabo, solo un sueño de una niña que necesitaba más cariño y amor del que tenía y recibía.

No digo que mi madre no me quisiera, sé que lo hacía, mi madre siempre me ha querido más que a nada en este mundo y siempre ha intentado que yo tuviera más cosas de las que ella podía permitiese. Pero realmente siempre me di cuenta de que lo pasaba a mí al rededor.

Por eso siempre he tenido muy claro que no tendría hijos si no podía cuidar de ellos mejor de lo que cuidaron de mí, para mí eso es lo más importante, tener más de lo que puedo dar, porque así sé que siempre tendré más para ofrecer y que nunca me quedaré sin nada, por eso me preocupa tanto Leti, quiero que tenga todo lo que yo no tuve por desgracia.

Me duele mucho todo el cuerpo en general y no me encuentro muy bien por lo que no tardo en quedarme dormida. Este rato pensando me ha hecho todavía quedarme más cansada de lo que ya estaba de antes.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora