Capítulo 62.

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Una vez fuera, Manu y yo nos dirigimos caminando hacia unas tumbonas que rodean el borde de la piscina del jardín.

Manu ha cogido una botella de vodka para que nos la lavamos afuera mientras que hablamos.

Nos sentamos en las tumbonas y me le quedo mirando esperando a que él empiece la conversación, ya que yo no pienso abrir la boca porque creo que debe de ser él quien dé el paso de hablar.

-Quiero pedirte perdón-dice.

-¿Eres consciente del daño que me hizo ver a esas dos personas y enterarme de que había sido tú quien había tenido esa gran idea?-le pregunto enfadada.

-Lo sé, por un momento, pensé que te vendría bien tenerles delante para poder pasar página página y hacerte más fuerte.

-Pues tu pensamiento fue una puta mierda Manu, me destrozó. Y ya no solo eso, me enfadó.

-De verdad que te pido perdón, te echo mucho de menos, y me cuesta asimilar que he perdido la persona más importante para mí. Sabes que quiero y adoro a mis padres y a Sara, pero que para mí la persona más importante de mi vida eres tú-dice triste.

-¿Crees que yo no te echo de menos? Para mí tampoco es fácil no tener el apoyo de mi pilar fundamental. Pero es que estoy cansada de que todos penséis lo que es mejor para mí y acabéis metiendo la pata-digo.

-A veces me cuesta entender que ya eres una persona adulta y que toma sus propias decisiones. Debería de haberme pensado dos veces antes de haber tomado esa decisión y por eso te pido perdón. Mis padres te echan de menos y creo que ellos no son culpables de nada, por lo que pienso que tampoco estás actuando bien con ellos, al ni siquiera llamarles ni darles una explicación-dice acomodándose la tumbona para acercarse un poco más a mí.

-En eso no voy a quitarte la razón porque me acogisteis cuando me vine a vivir a Barcelona y os portasteis genial conmigo, sobre todo ellos, pero este tiempo no ha sido fácil para mí y he decidido apartar a todo el mundo.

-Algo me han comentado, como que también has dejado de hablarte con tu madre-dice.

-Vaya. Los rumores vuelan en esta familia-digo irónicamente y poniendo los ojos en blanco.

-Es porque nos preocupamos por ti. Tu madre no ha querido entrar en detalles sobre lo que pasó en Londres, pero viendo la situación de hoy, creo que me puedo hacer una idea-dice.

-¿De qué?-Le pregunto sin tener mucha idea de lo que me está diciendo.

-Caleb. Te recuerdo que es mi mejor amigo y que sé perfectamente cómo funciona y como es y desde que le conociste pareces otra persona completamente diferente. Aunque creas que no te quiero, me sigues importando de la misma forma que toda la vida y sé perfectamente que no te está haciendo bien-dice.

-¡No tienes ni puta idea!-chillo enfadada.

-¿No? ¿Por eso mismo habéis entrado dados de la mano y en cuanto Lara se ha acercado, te ha soltado la misma mano que te tenía agarrada desde que habéis entrado por la puerta?

Me quedo sin palabras, y ni siquiera sé qué decir. Parece ser que Martina no ha sido la única que se ha dado cuenta de lo que ha pasado.

-Yo...-intento explicarme.

-No tienes que decirme nada, conozco a Caleb y a estas alturas ya nada me sorprende. Pero me preocupo por ti y te aseguro que no es bueno para ti-dice preocupado.

-Y te agradezco la preocupación, pero no vas a decirme nada que yo ya no sepa. Pero vamos, que si tu preocupación si estamos juntos o si me hace daño, la respuesta es que no estamos juntos-digo.

"No estamos juntos" mis propias palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza haciéndome daño, como si de puñales se tratasen.

Realmente nosotros no estamos juntos, por lo que ni siquiera debería de enfadarme con él al haberme soltado la mano cuando Lara se ha acercado a nosotros. Pero el motivo de mi enfado es conmigo misma por creerme, a momentos que Caleb puede ser diferente y puede cambiar por mí y en realidad en cuanto tiene la oportunidad me demuestra que sigue siendo el mismo capullo e imbécil de siempre.

Parece que le importa más la apariencia, que puede llegar a dar conmigo o el tener a Lara todavía detrás suya, como un perrito faldero, que las palabras que me dice cuando suelta que va a ser mejor persona o mejor novio por mí, cuando ni siquiera somos algo.

Lo único bueno de todo esto es que cada vez que Caleb hace alguna de las suyas a mí me demuestra más que cuando piensa darle una oportunidad me equivoco y no debo de hacerlo. la parte sensata que todavía existe dentro de mí, por muy pequeña que sea, le agradece este tipo de actitud que con ella solo consigue alejarme más y hacerme más fácil que deje de quererle.

-¿Podemos empezar de nuevo?-me pregunta Manu.

-Si-digo.

Manu y yo nos levantamos a la vez para para darnos un fuerte abrazo. Echaba de menos el tacto de mi primo y y el poder sentirme arropada por la persona que más quiero en este mundo.

Manu me coge la mano para volver al interior de la casa, y en cuanto entramos al salón lo que veo acaba por destrozarme más de lo que ya estaba.

Caleb y Lara están bailando demasiado pegados. Ella, literalmente restriega cada parte de su cuerpo en el de Caleb y a él no parece incomodarle mucho la situación.

No puedo dejar de mirarles por mucho que quiera, y tampoco puedo evitar el sentirme triste y dolida de lo que están viendo mis ojos.

Noto como el mundo se me cae encima cuando veo que Lara besa a Caleb en la boca. Mis piernas me tiemblan e intento agarrarme al brazo de Manu para no caerme. No sé si es por el alcohol que ya llevo bebido o porque de verdad esta situación está haciendo que me descomponga lentamente.

Martina y Diego se dan cuenta de que he llegado al salón y de que estoy viendo exactamente lo mismo que ellos. no tardan en alcanzarme y en sujetarme también de los brazos. Martina aparta a Manu y a Diego y me abraza fuerte.

-Nos vamos-dice ella.

No puedo ni siquiera ni hablar, y mi mirada está completamente perdida en el beso que todavía Caleb y Lara se están dando.

-¡He dicho que nos vamos!-grita Martina.

El grito de Martina se escucha más que la música y todo el mundo incluidos Caleb y Lara nos miran, asustados.

Los ojos de Caleb me miran directamente a los míos, yo soy incapaz de apartarle la mirada y noto como mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas, en cambio, los suyos se mantienen intactos, pero veo como poco a poco su cara se empieza a desencajar y a mirarme preocupado.

-Vámonos ahora mismo joder Cloe, espabila-vuelve a decirme Martina mientras me zarandea con los brazos.

-Cloe, haz caso a Martina-dice Diego.

Un impulso se apodera de mí y consigo quitarme a mis amigos y a mi Primo de encima. Busco con la mirada a Arnau y camino con paso ligero hacia él.

-¡Eh!-le grito a Arnau.

Arnau se gira para mirarme, y me mira extrañado de que me esté dirigiendo a él después de lo que pasó aquella vez.

-Dime.

Cojo la chaqueta de Arnau y la acerco a mí para poder acercarme su cara y en el impulso más grande de mi vida y borracha perdida, me decido a besarle para que pueda sentir exactamente lo que yo estoy sintiendo en este momento.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora