Capítulo 79.

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Me agarro la cabeza que aún sigue dándome vueltas y cierro los ojos en cuanto veo que el sol entra por la ventana.

Niego con la cabeza en el momento en que mi mente se llena de lagunas de todo lo que ha ocurrido esta noche.

-¡Mierda!

Me siento fatal, es Navidad y yo así. Caleb estará enfadado conmigo y lo entendería. Por una noche que salgo a divertirme tengo que acabar así, es de vergüenza.

Me levanto corriendo de la cama.

-¡Caleb! ¡Caleb cariño!

Salgo de la habitación y veo a Caleb sentado en el sofá. Su cara no es de tener muchos amigos y parece enfadado sinceramente.

-¿Hola?...

Caleb me mira y se levanta para acercarse a mí.

-Leti aún está durmiendo, tomate un café para despejarte un poco, yo voy a preparar los regalos por el salón.

No me dice nada más, absolutamente ninguna respuesta más.

-¿No vas a decirme nada?-pregunto.

-No tengo nada que decirte, no ahora al menos. Es Navidad y solo quiero que mi hermana disfrute de este día, el resto me da igual.

Bien. Acaba de dejarlo todo muy claro, yo ahora mismo le doy igual, no le importo.

Camino a la cocina para coger una taza de café y tomarme una pastilla para el dolor de cabeza.

Vale, lo admito, ayer quizás me pasé un poco. ¿Pero de verdad Caleb se cree con el derecho de decirme a mí algo? Después de todas las veces que las ha montado, después de todo lo que me ha hecho...

Salgo de la cocina enfadada de haber estado pensando en todos los momentos en los que se ha comportado mal conmigo y le planto cara.

Caleb se asusta y pega un brinco que hace que se pegue a la pared.

-¡No tienes derecho a estar enfadado conmigo! Tú, Caleb Brown has hecho peores cosas que yo cada vez que hemos salido de fiesta y aún sin salir de fiesta también. No tienes derecho a enfadarte conmigo.

-Eres una niñata-dice solamente.

-¿Perdona? Niñato eres tú que te has enfadado conmigo por emborracharme en una fiesta con mi amiga.

-Bien, lo vas captando. Me enfado contigo porque sales de fiesta y no te preocupas por tu salud. Yo cuando salgo de fiesta puedo pelearme, puedo discutir contigo y mil cosas más, pero no me quedo dormido en la calle sabiendo que puede pasarme algo.

-Claro. ¿Y eso te hace menos culpable y te hace tener más derecho a enfadarte conmigo no?

-Exacto. Porque me preocupo de pensar que a la persona que quiero le podría haber pasado algo. ¿Tú sabes la preocupación que sentí yo ayer?

-Enhorabuena, por una vez has sabido las preocupaciones que he tenido yo cuando he visto que te partías la cara por dinero.

-Te guste o no, eres una mujer y es más peligroso para ti que para mí.

-¡Eres un machista de mierda!-le grito enfadada.

-Insúltame, ódiame o haz lo que te dé la gana, pero es la realidad. Cuando entiendas que no es enfado si no decepción porque pensaba que eras más responsable de ti misma, empezarás a entenderme.

Caleb me deja con la palabra en la boca y se mete en el baño. Me siento en el sofá y le doy vueltas a lo que me ha dicho.

Tiene razón, el mundo es más peligroso para una mujer que para un hombre, pero no estaba sola, estaba con Martina y estaba a salvo. Había gente, estaban los porteros de la discoteca, estaba con gente que podían haberme protegido de algo malo. Pero si lo pienso más detenidamente también podrían haber sido ellos mismos los que me hubieran hecho algo.

Me levanto del sofá y llamo a la puerta del baño.

-Déjame tranquilo por favor-dice Caleb desde dentro del baño.

-Por favor, déjame entrar-le digo.

La puerta se abre y veo a Caleb delante mía.

-Habla.

-Lo siento, tienes razón, debería haber tenido más cuidado y haber controlado más lo que bebía. Fui un poco irresponsable y lo siento, te prometo que no volverá a pasar.

Caleb me abraza.

-Si te hubiera pasado algo...Yo no sé qué sería de mí, no imagino una vida sin ti, un mundo en el que tú no estés conmigo, lo siento si he sido demasiado borde, pero necesitaba que lo vieras con mis ojos para entender lo importante que eres para mí.

-Te quiero muchísimo te lo prometo.

-Pero no más que yo, eso seguro-me dice apoyado en mi frente.

Caleb es el amor de mi vida, lo sé, quizás lo supe desde el momento en el que le vi aquel día. Desde el primer momento que llamé a esta puerta, debería haber sabido que mi vida iba a cambiar, es cierto que nunca imaginé que cambiaría tanto, pero una parte de mí, cree que siempre supo que se acabaría enamorando de Caleb Brown.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora