Capítulo 31.

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Martina me ha recogido con el coche, hemos ido todo el camino con la música a todo volumen y cantando las canciones que sonaban en la radio. Ahora mismo esto es lo que necesito. Martina no me atosiga a preguntas y es lo que necesito ahora mismo. Alguien con quien no tenga que recordar todo lo malo que han pasado estos días.

Me encanta su manera de ser, su positivismo ante todo y la parte de locura que le da a siempre a las cosas.

Aparcamos el coche en un parking, cerramos las puertas y Martina me coge del brazo para caminar hacia fuera del parking. Dirección La Rambla.

Nos tiramos un par de horas recorriendo las tiendas. Esta vez sí que me he probado cosas y para mi sorpresa he comprado unas pocas prendas. Un poco fuera de mi gusto y quizás el repetir constantemente la frase que me ha dicho Caleb antes sobre mi ropa es lo que me ha impulsado.

No debería seguir pensando en él, al igual que tampoco debería seguir ocultándole a Martina lo que ha ocurrido estos días entre nosotros.

Ahora estamos caminando por la calle, buscando una cafetería para sentarnos a charlar un rato mientras nos tomamos una buena taza de café.

Por fin después de tanto buscar acabamos encontrando una que nos llama la atención. No dudamos y entramos en ella.

Es todo de color rosa. Preciosa.

Nos sentamos en una mesa al fondo y le pedimos al camarero lo que vamos a tomar.

Al cabo de un par de minutos, ya con las bebidas en la mesa, Martina se me queda mirando fijamente, como si estuviera esperando algo de mí.

-¿Qué pasa?-la pregunto.

-Podría preguntarte lo mismo amor, te conozco poco, pero tampoco estoy tarada ni soy tonta-dice.

Cómo me gustaría romper en llanto y abrazarla. Sentarme a su lado y sentirme protegida por unos momentos. Pero no lo hago. Me mantengo firme, no quiero que piense que su mejor amigo es el monstruo que yo conozco.

-¿Es por Manu?-me pregunta.

-Es por todo, Martina, por absolutamente todo-digo.

-¿Caleb?

-Una gran parte-digo cogiendo mi taza de café.

-Soy toda oídos nena-dice.

-Caleb y yo...-intento decir.

-¿Os habéis acostado?-grita.

-No, no, bueno, no hemos llegado a eso-digo intentando suavizar la situación.

-Cuéntamelo todo, ya.

-Nos besamos, pero sigue siendo el mismo gilipollas de siempre...-empiezo a decirla.

Le cuento la historia con pelos y señales. Desde el momento que Philip y Angie aparecieron por la puerta de casa. Hasta la última palabra que hemos intercambiado hoy.

Martina me deja hablar, sin cortarme. Aunque su cara lo dice todo y me mira extrañada, sé que en el fondo conoce demasiado bien a su mejor amigo y también está preocupada.

-No te merece, bueno, Caleb no merece a alguien como tú, nadie en este mundo diría yo, eres demasiado buena para él.

-Lo sé, ya lo sé y me odio por todo lo que ha pasado-digo con los ojos llorosos.

-No quiero que te haga daño nena, pero es que Caleb es así, no tiene compromiso y no sabe cómo ser bueno, es una pena, si le hubieras conocido antes, todo sería diferente...-dice bajando el tono de voz.

-No importa cuando nos hayamos conocido, somos demasiado diferentes y nunca funcionaría nada entre nosotros-digo dolida.

-¿No me estarás queriendo decir que le quieres o algo de eso no?-me pregunta.

¿Le quiero? Pienso.

No, no puedo quererle. No se lo merece. Es solo atracción física y su juego mental que me tiene enganchada. Si le quisiera no sería bueno para mí. Es imposible que yo pueda querer a Caleb. No, no le quiero.

¿Verdad? Pienso.

Estoy sumergida en mis pensamientos, en una conversación conmigo misma.

-¿Cloe?-me pregunta Martina para hacerme volver a la realidad.

-Perdóname, estaba pensando...-digo.

-¿Le quieres, no es cierto?-me pregunta de nuevo.

-No, no lo hago. Y además, jamás me permitiría tener sentimientos hacia Caleb, nunca-digo con un tono de voz firme.

-Sinceramente, eso espero. Sé lo que Caleb puede causar en las chicas, sé que puede engancharte tanto que pienses que no puedes vivir sin él, lo sé, pero no puedes dejar que haga lo mismo contigo-me dice.

-Puedes estar tranquila, te lo prometo-digo auto convenciéndome también.

Mi teléfono vibra y lo cojo enseguida.

Desconocido16.

"Hola C, aquí estoy, destrozado un día más, el único motivo que tenía para estar bien, ya ni siquiera lo tengo, lo he descuidado, como hago con todo, estoy harto de mi vida y harto de que nadie se quede nunca a mi lado"

Respondo.

"¡Hola de nuevo! Escucha, a veces todo lo que tenemos en nuestro entorno solo intenta hacernos bien y nosotros mismos espantamos a esas personas. De todas formas, estoy segura que tarde o temprano, todo se arregla"

"Si la hubieras visto cómo me ha mirado, como me ha hablado, como me ha dicho que no quería saber nada de mí no pensarías igual"

Es por una chica. Desconocido16 está así por una chica.

Dios mío, como me gustaría saber la versión de esa pobre chica y poder ayudarla. Seguro que él es otro cabrón como Caleb y este es su merecido.

"Pues pídela perdón, habla con ella, pero eso no es todo, tienes que cambiar lo que hagas mal y demostrarla que puedes ser mejor persona por y para ella, así es como las cosas se demuestran"

Me responde.

"Ya nada sirve, lo he intentado y ella me ha dejado igual, solo. Cada vez que ella no está siento un vacío increíble, ella es lo único bueno que me ha pasado últimamente y no sé gestionar mis sentimientos. No sé querer a nadie y creo que estoy empezando a quererla, me aterra todo esto y sé que ella es demasiado buena para mí, pero soy egoísta, la necesito conmigo, no imagino que otro tipo pueda tocarla, dios la he cagado"

Respondo.

"Eso es muy sincero y bonito por tú parte, pero eso debes decírselo a ella, no a mí"

Ya no responde.

-Lo siento, cosas de trabajo-me disculpo con Martina.

-Tranquila amor, entiendo-dice.

-¿Me llevas a casa?-la pregunto.

Haber hablado con Desconocido16 me ha recordado un poco a Caleb y a nuestra discusión. Quiero verle, aunque no hablemos, aunque ni siquiera discutamos. Me apetece volver a la que ahora temporalmente es mi casa.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora