17. Naibu kōsō

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El campo de entrenamiento se sumió en una atmósfera tranquila, solo interrumpida por el suave murmullo del viento y el destello de las estrellas en el firmamento. Ayame, la jefa sabia de la aldea, y
T/N se prepararon para explorar la cuarta fase del entrenamiento, la Telepatía Estelar. La anciana líder, con su presencia serena, le indicó a T/N que se sumergiera en este nuevo desafío con mente abierta.

—La conexión mental a través de la energía estelar es un arte sutil, T/N-chan. Debemos abrir nuestra mente al vasto universo y permitir que la energía estelar nos guíe —compartió Ayame, mientras señalaba con reverencia el cielo nocturno.

T/N, sin embargo, sintió un desafío ante la tarea. Mientras intentaba sintonizarse con la energía estelar, encontraba dificultades para mantener su concentración. Distintos pensamientos y distracciones se colaban en su mente, dificultando la comunicación telepática.

—La telepatía estelar requiere calma y enfoque, T/N-chan. Debes superar las interferencias internas y permitir que las estrellas guíen tus pensamientos —aconsejó Ayame, notando la lucha interna de T/N.

A medida que avanzaban en esta exploración, las barreras de la comunicación ordinaria se desvanecieron lentamente. T/N, consciente de sus propias limitaciones, luchaba por mantener la concentración mientras las estrellas resplandecían en su mente. Era como un delicado equilibrio, un juego de paciencia y resistencia en el vasto lienzo estelar de sus pensamientos.

—Las estrellas nos ofrecen su sabiduría, pero debemos aprender a filtrar las interferencias. Encuentra tu centro, T/N-chan, y las estrellas responderán —alentó Ayame, comprendiendo la lucha interna de la joven aprendiz.

T/N, decidida a superar este desafío, cerró los ojos con determinación. Concentró su mente, ignorando las distracciones, y poco a poco, sintió cómo las estrellas respondían a su voluntad. Aunque el camino era arduo, la promesa de una conexión cósmica más profunda seguía brillando en el horizonte de su entrenamiento estelar.

Con la guía sabia de Ayame, T/N perseveró en su entrenamiento de Telepatía Estelar. Las noches se volvían un lienzo donde la joven ninja se sumergía en la vastedad del cosmos, intentando encontrar ese hilo invisible que conectara su mente con la energía estelar.

Ayame, con paciencia infinita, continuaba brindándole palabras de aliento y sabiduría. Cada intento, aunque desafiante, era una oportunidad para T/N de forjar una conexión más profunda con las estrellas.

—Las estrellas son como antiguos mensajeros del universo, T/N-chan. Sintoniza tu mente con su resplandor y permite que la energía estelar fluya a través de ti —instruía Ayame durante las noches de entrenamiento.

T/N, con cada sesión, empezaba a discernir los susurros cósmicos que resonaban en su mente. Aunque las interferencias seguían siendo un obstáculo, cada pequeño avance la acercaba más a la comprensión completa de la Telepatía Estelar.

—La comunicación telepática con las estrellas es un arte sutil, pero con paciencia y determinación, lograrás afinar tus habilidades, T/N-chan —expresó Ayame en una de las sesiones, notando los esfuerzos de la joven.

Las noches se volvieron cómplices de este aprendizaje, donde T/N y Ayame se sumergían en la conexión cósmica. A través de sus intentos, la joven ninja comenzó a sentir una presencia más nítida de la energía estelar, como un hilo plateado que tejía su mente con las constelaciones del cielo.

—Cada estrella tiene su historia, T/N-chan. Aprende a escuchar y a transmitir tus pensamientos a través de este vínculo ancestral —instó Ayame, compartiendo la profunda sabiduría de la aldea estelar.

Con el tiempo, T/N pudo superar las interferencias mentales y establecer una comunicación más clara con la energía estelar. Cada sesión de entrenamiento era una danza entre la mente de la joven y las estrellas que pintaban el firmamento, uniendo sus destinos en una conexión telepática que trascendía los límites terrenales.

A medida que la conexión de T/N con la energía estelar se fortalecía, la jefa Ayame la guiaba hacia una nueva dimensión de su entrenamiento especial. La telepatía estelar se volvía una herramienta que iba más allá de la comunicación; era un lazo que conectaba la esencia misma de T/N con los misterios del universo.

—Ahora que has comenzado a comprender la danza de las estrellas, es hora de expandir tu percepción, T/N-sama —señaló Ayame en una noche serena bajo el resplandor celestial.

Con la guía de la anciana, T/N se aventuró a explorar los rincones más profundos de la telepatía estelar. Cerrando los ojos, se sumía en la vastedad del cosmos, dejando que las constelaciones tejieran su esencia con la energía estelar.

—La telepatía estelar no solo nos conecta con las estrellas, sino también con otros seres que comparten este lazo cósmico —reveló Ayame, destacando la verdadera amplitud de la conexión.

T/N, con determinación, empezó a explorar esta nueva faceta. Las noches se transformaron en escenarios donde su mente se entrelazaba con otras mentes a través de la telepatía estelar. Con cada encuentro mental, descubría fragmentos de experiencias y conocimientos compartidos por aquellos que también danzaban con las estrellas.

—La comunicación a través de las estrellas va más allá de las palabras, T/N-chan. Es un intercambio de energía, un abrazo cósmico entre almas afines —explicaba Ayame, admirando el progreso de la joven.

El proceso no estuvo exento de desafíos. En algunos momentos, las voces mentales se entrelazaban, formando un coro celestial de pensamientos entrelazados. Sin embargo, con la orientación de Ayame, T/N aprendió a discernir y encontrar armonía en esa sinfonía mental.

—Cada mente es un universo único, y a través de la telepatía estelar, puedes compartir la esencia misma de tu ser con otros —reflexionaba Ayame, destacando la belleza de esta conexión cósmica.

Con el tiempo, T/N logró dominar esta fase del entrenamiento, abriendo una puerta hacia la vastedad de la telepatía estelar. Cada comunicación se convertía en un viaje entre estrellas, donde las almas se encontraban en un diálogo sin palabras, revelando la profunda conexión que existía más allá de los límites terrenales.

Con la maestría adquirida en la telepatía estelar,
T/N se encontraba en el umbral de un entendimiento cósmico más profundo. Bajo la guía de la sabia jefa Ayame, la joven continuaba explorando los reinos estelares, expandiendo su percepción más allá de los límites terrenales.

—Has abrazado la esencia del universo, T/N-chan, pero aún hay más maravillas por descubrir —expresó Ayame con una sonrisa llena de conocimiento mientras contemplaban juntas el manto estrellado.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora