109. Fukushi

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T/N había estado agitada desde el momento en que la babosa le transmitió las últimas noticias. No podía quedarse quieta, no ahora que sabía que la guerra seguía avanzando sin ella. Apenas escuchó a la babosa susurrar sobre nuevas informaciones provenientes del País del Rayo, T/N cerró los ojos, ignorando las advertencias que la criatura le daba, y concentró su chakra. En un destello, su cuerpo desapareció del lugar en el que se encontraba.

Cuando volvió a abrir los ojos, apareció en un lugar remoto, los alrededores eran sombríos y devastados por el conflicto. El paisaje estaba marcado por la guerra, pero eso no la detuvo. T/N cerró los ojos por un instante, concentrando su energía, buscando entre los caóticos rastros de chakra, intentando sentir la presencia de Naruto. Tan pronto lo sintió, un remolino de energía recorrió su cuerpo, y se lanzó velozmente hacia él.

Su mente giraba rápidamente con cada paso que daba. Sabía que Naruto y B estaban en la primera línea, enfrentándose a las fuerzas más temibles de Akatsuki. Finalmente, lo vería, lo ayudaría... pero cuando llegó a la escena, su corazón se detuvo al instante.

A lo lejos, vio la batalla: Naruto y Killer B estaban rodeados, pero no era solo eso. Un hombre, alguien que hacía tanto tiempo había creído perdido para siempre, estaba frente a ellos.

T/N sintió que su corazón se hundía en su pecho. El mundo pareció detenerse a su alrededor mientras observaba la figura inconfundible de Itachi, que luchaba contra Naruto. Durante un instante, no pudo respirar. Itachi... el mismo Itachi a quien había perdido tiempo atrás. El mismo Itachi por quien había llorado y sentido un vacío irreparable. Él estaba allí, en el campo de batalla.

—No puede ser... —susurró para sí misma, su voz apenas un eco perdido en el viento.

Una mezcla de emociones la invadió: dolor, confusión, alegría, y un miedo abrumador. A pesar de estar revivido, Itachi luchaba con una elegancia y fuerza que solo él podía tener. Verlo allí, nuevamente con vida, era una visión imposible.

Pero entonces, la realidad la golpeó. Él no estaba vivo. Itachi estaba bajo el control del Edo Tensei, utilizado por Kabuto, revivido para luchar en contra de su voluntad. Una ola de rabia y desesperación la recorrió. Tenía que hacer algo. No podía dejarlo así.

Con el corazón latiendo fuerte, T/N se apresuró hacia el campo de batalla, y fue entonces cuando Itachi la vio.

Sus miradas se cruzaron. Los ojos de Itachi, esos mismos ojos profundos y calculadores, se posaron en ella. Por un breve momento, una chispa de reconocimiento brilló en sus pupilas. T/N sintió cómo su alma se desgarraba.

—Itachi... —pronunció su nombre con un nudo en la garganta.

El silencio entre ambos duró solo unos segundos, pero para T/N se sintió como una eternidad. Entonces, algo cambió. El Itachi controlado por el Edo Tensei no vacilaría. Su mirada volvió a endurecerse y, en un abrir y cerrar de ojos, se lanzó hacia ella.

T/N apenas tuvo tiempo de reaccionar. Los kunai volaron en su dirección, obligándola a esquivarlos con movimientos rápidos y precisos. El Itachi que conocía no habría atacado tan fríamente, pero este no era el mismo hombre que recordaba. Este Itachi estaba siendo manipulado.

—¡Detente! —gritó T/N, su voz quebrada por la mezcla de emociones—. ¡Itachi, soy yo!

Pero no hubo respuesta. Itachi se movía con la misma precisión letal de siempre, sus movimientos rápidos y eficientes, obligando a T/N a defenderse. Cada golpe, cada movimiento, la hacía retroceder, pero lo más doloroso era ver sus ojos. Sabía que en el fondo, Itachi no estaba ahí.

Las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de T/N mientras sus manos formaban sellos rápidamente para defenderse de los ataques. No quería pelear contra él, no quería lastimarlo, pero no tenía elección.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora