128. Dārin

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El invierno alcanzaba su punto máximo, y Konoha estaba cubierta por una capa de nieve brillante. Dentro del hospital, el ambiente contrastaba con el frío exterior. El calor y la tensión llenaban los pasillos mientras los médicos y ninjas se preparaban para lo que estaba a punto de suceder: T/N estaba en labor de parto. Sakura caminaba con rapidez por el hospital, con la mirada enfocada y decidida mientras se dirigía a la sala de partos, donde Shizune ya la esperaba junto a T/N.

—¡T/N, ya casi estamos! —dijo Shizune con una sonrisa tranquila. Su presencia era reconfortante, y su tono, aunque profesional, transmitía calidez y cercanía.

T/N, quien respiraba con dificultad entre contracciones, asintió agradecida, apretando los puños sobre la camilla. Aunque el dolor era intenso, sentía una profunda confianza en las manos de sus amigas.

Fuera de la sala, Itachi caminaba de un lado a otro, meciendo con suavidad a Kiyoshi, quien dormía en sus brazos sin tener idea de la tensión del momento. Aunque su rostro mantenía la calma característica, sus ojos lo delataban. Estaba ansioso, desesperado por recibir noticias sobre el estado de T/N y los bebés. A su lado, Tsunade estaba sentada con Daiki en sus piernas, el pequeño no dejaba de mirarla con curiosidad.

—Oba-chan... —murmuró Daiki con una pequeña sonrisa, llamando la atención de Tsunade, quien no pudo evitar sonreír ampliamente al escuchar ese apodo.

—Sí, Daiki-kun —respondió Tsunade, acariciando su cabeza con ternura—. Muy pronto conocerás a tus hermanas. ¿Estás emocionado?

Daiki asintió rápidamente, sus ojos brillaban con entusiasmo, aunque no entendía del todo lo que estaba ocurriendo. Tsunade rio suavemente, disfrutando de ese momento de inocencia.

Sasuke, que también estaba presente, observaba en silencio desde una esquina de la sala de espera, cruzado de brazos. Sus ojos estaban fijos en Sakura mientras ella entraba en la sala de partos. Antes de que la puerta se cerrara, sus miradas se cruzaron por un segundo. No hubo palabras, pero el entendimiento estaba allí. Sasuke asintió levemente, una pequeña muestra de apoyo y confianza, y Sakura sonrió apenas antes de concentrarse nuevamente en su tarea.

Dentro de la sala de partos, los momentos se hacían eternos. Shizune y Sakura trabajaban con destreza, ayudando a T/N en cada paso del proceso. La tensión era palpable, pero la confianza en las manos expertas de ambas ninjas médicas ofrecía una calma necesaria.

—Estás haciendo un trabajo increíble, T/N-chan —dijo Sakura, manteniendo la voz suave pero firme—. Respira profundo, ya casi... ¡aquí viene!

Después de un momento que pareció eterno, el primer llanto rompió el silencio. El sonido era fuerte, claro y llenaba la habitación con una sensación de alivio y alegría. Shizune, con una sonrisa, tomó al recién nacido en sus brazos y lo envolvió en una manta.

—¡Es una niña! —anunció con una gran sonrisa, mostrándosela a T/N, quien, exhausta pero radiante, dejó escapar una pequeña risa de alivio.

—Bienvenida, pequeña... —susurró T/N, con lágrimas en los ojos.

Pero no había tiempo para descansar, ya que el segundo bebé estaba en camino. Después de varios minutos más de intenso esfuerzo, otro llanto resonó en la sala. Esta vez, fue Sakura quien sostuvo a la segunda bebé, también envuelta cuidadosamente en una manta.

—Otra niña, ¡y está perfecta! —dijo Sakura, acercándose a T/N con una sonrisa brillante.

Los ojos de T/N se llenaron de lágrimas al ver a sus dos hijas por primera vez. La agotadora travesía había valido la pena. Shizune y Sakura ayudaron a colocar a las bebés en sus brazos, y T/N las sostuvo con una mezcla de amor, alivio y profunda felicidad.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora