58. Akimichi Ichizoku

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T/N caminaba por la aldea junto a Naruto, quien parecía preocupado por encontrar un nuevo miembro para el equipo 7.

—Naruto, ¿te preocupa el nuevo miembro del equipo 7? —preguntó T/N, mostrando preocupación por su amigo.

Naruto asintió con seriedad.

—Sí, estoy algo estresado. Necesitamos encontrar a alguien pronto —respondió.

—No te preocupes tanto, seguro que encuentran a la persona adecuada —dijo T/N tratando de animarlo.

Después de despedirse de Naruto, T/N se dirigió al hospital. Al llegar a la habitación de Kakashi, no pudo evitar soltar una risita al verlo descansando.

—Vaya, Kakashi-kun, ¿dormir es todo lo que haces estos días? —bromeó T/N, con una sonrisa pícara.

Kakashi devolvió la sonrisa.

—Bueno, cuando no estoy salvando al mundo, ¿qué más puedo hacer? —respondió con su típico tono bromista.

La conversación continuó en un tono ligero y divertido mientras T/N mencionaba que había preparado sopa de miso para Kakashi.

—¡Oh, sopa de miso! Eres la mejor, T/N —exclamó Kakashi emocionado.

T/N sacó el tazón de sopa de una cesta y se sentó en el borde de la cama, mientras Kakashi se acomodaba a su lado. Con cuidado, T/N le dio de comer la sopa a Kakashi con una cuchara, disfrutando del momento de tranquilidad y camaradería entre ellos.

Durante la charla, T/N no pudo evitar recordar las veces en las que había visto el rostro de Kakashi, un privilegio del que no gozaba casi nadie en la aldea. Aunque la máscara era parte de su identidad, T/N había tenido la oportunidad de ver más allá de ese símbolo icónico en algunas ocasiones especiales.

T/N terminó de darle de comer a Kakashi, notando cómo sus energías parecían renovarse con cada bocado de sopa. En ese instante, la puerta se abrió de par en par, y entró Gai, irradiando su característica energía y una sonrisa que podría haber iluminado la noche más oscura.

—¡T/N-chan, mi estimada compañera! —exclamó Gai con entusiasmo, extendiendo los brazos en un gesto acogedor.

T/N levantó la mirada hacia él, sorprendida por su llegada repentina.

—¿Gai-kun? ¿Qué sucede? —preguntó, curiosa por el motivo de su visita.

Gai se acercó a ella con un brillo emocionado en los ojos.

—¡Tsunade-sama te necesita! Pero no te preocupes, ¡yo me encargaré de Kakashi! —anunció con determinación, golpeándose el puño con la palma de la mano en un gesto lleno de energía.

T/N sonrió, agradecida por la ayuda de su compañero.

—Gracias, Gai. Sé que Kakashi estará en buenas manos contigo —respondió con gratitud, mientras se ponía de pie.

T/N se despidió de Kakashi y Gai con una sonrisa, luego se encaminó hacia la Torre del Hokage. Al llegar a la oficina, decidió entrar sin tocar, como solía hacer para molestar un poco a Tsunade. Al hacerlo, se encontró con las miradas fulminantes de Tsunade y Shizune, pero T/N simplemente les devolvió una sonrisa inocente, fingiendo no darse cuenta de su enfado.

—Hola, Tsunade-sama. ¿Cómo están ustedes dos hoy? —sonrió dulcemente.

—T/N, ¿por qué no puedes entrar normalmente como todos? —preguntó Shizune con un suspiro.

—¿Y perderme la oportunidad de ver esas expresiones tan adorables que ponen cuando hago esto? Imposible —respondió T/N con una risa.

Sin embargo, notó la presencia de un hombre desconocido en la habitación. Era corpulento, con cabello rojo largo y unas marcas púrpuras en el rostro. Tsunade lo presentó como Chōza Akimichi, líder del Clan Akimichi.

—T/N, te presento a Chōza Akimichi. Hoy pasarás el día con su familia —explicó Tsunade.

T/N frunció ligeramente el ceño, confundida por la presencia de Chōza y por las palabras de Tsunade.

—¿Con la familia Akimichi? ¿Qué está pasando? —inquirió, mostrando su confusión.

—Es una misión especial —respondió Tsunade, con una mirada seria.

T/N caminó junto con Chōza hasta su hogar, donde fue recibida por una mujer con sobrepeso y cabello corto y castaño oscuro, aparentemente la esposa de Chōza. La mujer les dio la bienvenida y les dijo que habían llegado justo a tiempo para el almuerzo. T/N decidió ayudar a la mujer a servir la comida en la mesa, y esta le agradeció enormemente.

—¡Oh, gracias por tu ayuda! ¡Es un alivio tener un poco de ayuda extra en la cocina! —dijo la mujer con una sonrisa cálida mientras colocaba los platos sobre la mesa.

T/N asintió con una sonrisa y se sintió bien al poder contribuir de alguna manera.

—Por supuesto, estoy encantada de ayudar. Parece que vamos a tener un delicioso almuerzo —respondió T/N, observando la comida con anticipación.

Mientras trabajaban juntas en la cocina, T/N y la mujer compartieron algunas anécdotas divertidas y se rieron juntas, creando un ambiente acogedor y amistoso en la casa de los Akimichi.

En la mesa, además de Chōza, estaba un joven robusto que parecía ser su hijo. Chōza lo presentó como Chōji, y T/N lo saludó con una sonrisa cordial. Pronto, todos estaban sentados alrededor de la mesa, listos para disfrutar del almuerzo.

T/N se sorprendió al ver la abundancia de comida que había sobre la mesa y, aún más, al observar cómo todos parecían devorarla sin vacilar. Chōza notó su sorpresa y le animó amablemente.

—No seas tímida, T/N. ¡Come todo lo que quieras! Hay mucho más donde eso vino —dijo con una sonrisa alentadora.

T/N asintió con gratitud, aunque se sintió un poco abrumada por la generosidad de la familia Akimichi.

—¡Gracias, Chōza-san! Todo se ve delicioso —respondió T/N, tratando de ocultar su nerviosismo tras una sonrisa.

—¡Gracias, Chōza-san! Todo se ve delicioso —respondió T/N, tratando de ocultar su nerviosismo tras una sonrisa

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T/N se arrastraba penosamente por las calles mientras la oscuridad se apoderaba del cielo. Agarrándose el abdomen, notaba cómo parecía haber crecido ligeramente debido a la abundante comida que había disfrutado con los Akimichi. Cada paso era un esfuerzo, pero finalmente llegó a su casa.

Al abrir la puerta, fue recibida por el aroma tentador de la cena que Kenta había preparado. Sin embargo, el simple olor fue suficiente para hacer que su estómago revolviera. Con gesto de malestar, T/N le dijo a Kenta que no quería más comida por ese día, antes de retirarse lentamente a su habitación.

Kenta la observó perplejo, sin comprender del todo lo que había sucedido. Mientras tanto, T/N se dejó caer en la cama, suspirando aliviada por estar finalmente en un lugar donde podía descansar y recuperarse del festín de comida del día.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora