• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]

73. Ōyō

T/N yacía en la camilla, sus ojos cansados observaban cómo un pequeño pájaro se posaba en la ventana, creando un breve momento de paz en medio de la tristeza que la embargaba. La serenidad fue interrumpida cuando Sakura entró en la habitación, el chirrido de la puerta espantó al ave que voló rápidamente.

—¿Cómo te sientes físicamente, T/N-chan? —preguntó Sakura con voz suave, acercándose a la camilla con preocupación genuina en sus ojos verdes.

—Mejor, gracias —respondió T/N con una sonrisa forzada, intentando transmitir más calma de la que sentía.

Sakura llevaba consigo una tela negra doblada con cuidado, que extendió hacia T/N con gesto compasivo.

—Ponte esto y avísame cuando estés lista —le indicó Sakura, su tono reflejando tanto la tristeza como la determinación para apoyar a su amiga.

Después de que Sakura saliera, T/N se sentó y tomó la tela negra entre sus manos temblorosas. Con cuidado se vistió con el vestido oscuro, sintiendo el peso simbólico de cada pliegue mientras realizaba el jutsu de transformación para ajustar su apariencia. Una vez lista, llamó suavemente a Sakura, quien regresó con prontitud a la habitación.

—¿Necesitas ayuda para caminar? —preguntó Sakura, ofreciendo su brazo con gentileza.

—Puedo hacerlo sola, gracias —respondió T/N con determinación, aunque agradeció internamente el gesto de su amiga.

Juntas salieron de la habitación en silencio, caminando con paso lento pero firme por los pasillos del hospital. Sakura permanecía a su lado, ofreciendo un apoyo silencioso pero reconfortante mientras se dirigían hacia el lugar donde se realizaba el funeral de Asuma.

El trayecto estuvo marcado por el respetuoso murmullo de los presentes, el aroma a incienso y el solitario tintineo de campanas al viento. T/N y Sakura avanzaron entre los jardines bien cuidados y los edificios antiguos de Konoha, cada uno evocando recuerdos compartidos con Asuma.

Finalmente, llegaron al lugar del funeral. El ambiente estaba cargado de un profundo sentido de pérdida y respeto. T/N y Sakura se acercaron a los compañeros de equipo de Asuma y a otros amigos cercanos, compartiendo en silencio el dolor por la partida de alguien tan querido.

T/N observó a lo lejos a Naruto, quien al verla se acercó rápidamente con una sonrisa triste en el rostro. Se encontraron y compartieron un abrazo breve pero reconfortante antes de separarse. Al volver la vista, T/N divisó al equipo 10, cuyos rostros reflejaban una profunda tristeza. El corazón de T/N se contrajo al ver a Kurenai, con los ojos hinchados y la mirada caída.

Con paso lento pero decidido, T/N se acercó a Kurenai bajo el disfraz del jutsu de transformación. Kurenai levantó la cabeza al sentir la presencia cercana de T/N, sus ojos rojos luchando por contener las lágrimas que amenazaban con brotar. El temblor comenzó en sus manos mientras T/N también se vio abrumada por la emoción.

Ambas mujeres se abrazaron con fuerza, encontrando consuelo mutuo en ese gesto cargado de tristeza y apoyo. T/N contuvo las lágrimas, pero el suave sollozo de Kurenai resonó en sus oídos, reflejando el dolor compartido por la pérdida de Asuma. En ese abrazo, encontraron un momento para compartir su dolor y consolarse mutuamente en medio del luto que pesaba sobre ellas.

El funeral de Asuma transcurrió en silencio, marcado por las palabras emotivas de los presentes y el suave murmullo del viento entre los árboles. Los compañeros ninjas, amigos y familiares se reunieron para rendir homenaje al querido sensei y amigo caído.

T/N permaneció cerca de Kurenai durante toda la ceremonia, apoyándose mutuamente en el momento de duelo. Ambas compartieron recuerdos, anécdotas y lágrimas mientras escuchaban los elogios a Asuma y las historias de cómo había tocado las vidas de quienes lo rodeaban.

Al final de la ceremonia, cada persona que había asistido al funeral se acercó al ataúd y depositó una rosa blanca sobre él como muestra de respeto y despedida. T/N observó cómo Naruto, Sakura, Shikamaru, Chōji, Ino y los demás compañeros de equipo de Asuma hicieron lo mismo, cada uno con gestos de profundo pesar y gratitud por los momentos compartidos.

El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, tejiendo un cielo de tonos anaranjados y dorados sobre Konoha mientras el funeral llegaba a su fin. Las llamas de las velas parpadeaban suavemente, iluminando los rostros sombríos pero unidos de aquellos que se despedían de Asuma Sarutobi, un guerrero valiente y un maestro querido.

Después del funeral de Asuma, T/N regresó al hospital por órdenes de Tsunade. Una semana después, finalmente le dieron el alta médica. Decidida, T/N salió del hospital y se dirigió directamente hacia la oficina de la Hokage.

Al llegar, encontró a Tsunade y a Shizune ocupadas revisando informes. T/N respiró hondo y, rompiendo su usual actitud, hizo una reverencia formal. Tsunade levantó la mirada, sorprendida por el gesto inusual de respeto.

—T/N, ¿cómo te sientes? —preguntó Tsunade, con una mezcla de preocupación y curiosidad en su voz.

—Estoy bien, gracias por preguntar, Hokage-sama —respondió T/N con seriedad. Luego, sin rodeos, continuó—. Vine a hablar con usted sobre un asunto importante. Quisiera solicitar unas vacaciones.

Tsunade frunció el ceño levemente, evaluando la solicitud de T/N.

—Vacaciones, ¿eh? Después de todo lo sucedido, supongo que te las has ganado. ¿Por cuánto tiempo las quieres?

—Preferiría un período indefinido, Hokage-sama. Además, me gustaría dejar la aldea por un tiempo. Necesito tiempo para reflexionar y recomponerme.

La petición de T/N hizo que Tsunade entrecerrara los ojos, pensativa. Sabía que T/N había pasado por mucho recientemente y comprendía su necesidad de espacio y tiempo.

—Entiendo —respondió finalmente Tsunade—. Lo pensaré y te daré una respuesta en breve. Pero, si decides irte, asegúrate de estar preparada para lo que venga.

T/N asintió con gratitud.

—Por supuesto, Hokage-sama. Gracias por considerarlo.

Con un gesto de despedida, T/N se dio la vuelta y salió de la oficina de Tsunade, preparada para hacer los arreglos necesarios para su partida.