86. Atatakai hōyō

29 4 0
                                    

Al día siguiente, el ambiente en la casa de T/N era sereno, y ella se encontraba en la cocina preparando un almuerzo simple. La rutina de cocinar siempre le daba un momento de paz en medio del caos de su vida. Estaba concentrada en cortar verduras y preparar los ingredientes cuando escuchó el sonido familiar de la puerta abriéndose. Al girar, vio a Kenta entrando, su rostro iluminado con la satisfacción de haber regresado de una misión.

—¡T/N! —exclamó Kenta con entusiasmo, avanzando hacia ella.

T/N le recibió con una suave sonrisa que contrastaba con la tristeza que sentía en su interior. Dejó a un lado el cuchillo y se acercó para abrazarlo. El gesto fue tierno y lleno de cariño, pero Kenta, al notar el cambio en el ambiente, percibió que algo no estaba bien.

—¿Qué pasa? —preguntó Kenta, su voz cargada de preocupación mientras miraba a T/N con un ceño fruncido.

Ella dudó por un momento, el peso de la noticia que debía darle era abrumador. Tomó un gran suspiro, intentando reunir las palabras adecuadas para compartir la difícil verdad. Se volvió hacia Kenta con una expresión grave.

—Kenta, tengo que decirte algo... Jiraiya... Jiraiya ha fallecido.

Las palabras flotaron en el aire, y Kenta se quedó en shock. Su rostro pasó de la sorpresa a la consternación, sus ojos se llenaron de una tristeza profunda que hizo que su expresión se arrugara de dolor. La noticia lo había golpeado duramente.

T/N, sintiendo la intensidad de su reacción, rodeó a Kenta con un abrazo suave pero firme. Descansó su cabeza sobre la suya, buscando consolarlo en su propio duelo. Kenta, aunque torpemente, rodeó la cintura de T/N con sus brazos, aferrándose a ella como si ella fuera un ancla en una tormenta.

El cuerpo de Kenta temblaba levemente, y T/N podía sentir su respiración entrecortada contra su propio cuerpo. Era evidente que la noticia lo había afectado profundamente. Lo sostuvo más fuerte, deseando poder compartir el peso de su dolor. A pesar de su propia tristeza, se esforzó por ser una fuente de apoyo y consuelo para él en ese momento.

Ambos se quedaron así por un tiempo, el silencio en la cocina lleno solo por el sonido del tembloroso aliento de Kenta y el suave roce de las manos de T/N sobre su espalda. La sensación de pérdida era palpable, y el vínculo entre ellos se fortalecía en el abrazo compartido, cada uno buscando en el otro una forma de sobrellevar la tristeza.

 La sensación de pérdida era palpable, y el vínculo entre ellos se fortalecía en el abrazo compartido, cada uno buscando en el otro una forma de sobrellevar la tristeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de consolar a Kenta y disfrutar de un almuerzo tranquilo, ambos decidieron dirigirse a la casa de Naruto. Había un silencio pesado en el aire mientras caminaban juntos, con cada paso reflejando la carga emocional que llevaban. La noticia del fallecimiento de Jiraiya aún pesaba sobre ellos, y el propósito de su visita era ofrecer consuelo y solidaridad a Naruto, quien también había sufrido una gran pérdida.

Al llegar a la casa de Naruto, notaron que él estaba en la sala, con una expresión decaída y abatida. Su postura encorvada y su mirada vacía indicaban claramente el impacto que la noticia había tenido en él. Sin decir una palabra, se acercaron a él. T/N y Kenta le ofrecieron un abrazo fuerte y reconfortante, sin reservas, como una forma de compartir su dolor y brindar el apoyo necesario.

Naruto, al sentir los abrazos cálidos y sinceros, cerró los ojos con fuerza, dejando que las lágrimas fluyeran libremente. Los tres se envolvieron en un abrazo colectivo, encontrando consuelo en la cercanía y el apoyo mutuo. Las palabras no eran necesarias en ese momento; el simple acto de estar allí el uno para el otro era suficiente.

En ese abrazo compartido, se sintieron menos solos en su tristeza. T/N y Kenta, al igual que Naruto, se aferraron al momento, buscando fuerza en la conexión que compartían. A medida que el abrazo se alargaba, las emociones se mezclaban y se desbordaban, con lágrimas y susurros de consuelo intercambiados.

Finalmente, se separaron del abrazo con una mayor sensación de unidad. A pesar de la tristeza que aún persistía, la presencia y el apoyo mutuo les ofrecieron un pequeño respiro de alivio. Sin necesidad de palabras adicionales, se dirigieron a sentarse juntos, preparados para enfrentar la pérdida con la fortaleza que sólo la amistad y el consuelo compartido podían ofrecer.

 Sin necesidad de palabras adicionales, se dirigieron a sentarse juntos, preparados para enfrentar la pérdida con la fortaleza que sólo la amistad y el consuelo compartido podían ofrecer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

T/N dejó a Kenta en la casa de Naruto por ese día, sintiendo la necesidad de tomar un momento para sí misma. Mientras observaba la Torre del Hokage a lo lejos, una sensación de determinación y tristeza la invadió. Con un suave suspiro, se dispuso a saltar entre los tejados, moviéndose con agilidad hasta llegar a las alturas de la Torre.

Al llegar a las paredes de la Torre del Hokage, buscó la ventana que daba a la oficina de Tsunade. La encontró rápidamente y, sin dudar, entró por ella. La oficina estaba en silencio, la única presencia visible era Tsunade, de espaldas, sentada en su silla con una postura abatida. T/N estaba a punto de hablar cuando escuchó un sollozo bajo y contenido. El sonido de la tristeza de Tsunade la sorprendió, y con un susurro, soltó:

—Tsunade-sama...

Tsunade no se inmovió, ni siquiera se giró al escuchar su voz. T/N pudo sentir la tristeza profunda que la envolvía, una tristeza palpable que parecía llenar la habitación. Sin decir una palabra más, se acercó con suavidad. Con un gesto lleno de ternura y respeto, ayudó a Tsunade a levantarse de la silla.

El abrazo que ofreció estaba cargado de calidez y consuelo. Rodeó a Tsunade con fuerza, sosteniéndola con un cariño que no necesitaba ser verbalizado. T/N sabía, en lo más profundo de su ser, que Tsunade realmente había amado a Jiraiya todo este tiempo. La conexión entre ellas se estableció sin palabras, un entendimiento silencioso de la pérdida compartida.

Mientras T/N sostenía a Tsunade, la figura de la Hokage se hundió en el abrazo, permitiéndose un momento de vulnerabilidad. Los sollozos de Tsunade se mezclaban con el calor reconfortante de T/N, creando una burbuja de consuelo en medio del dolor. La presencia de T/N proporcionó un pequeño alivio a la carga emocional que Tsunade llevaba, un recordatorio de que no estaba sola en su sufrimiento.

Ambas permanecieron en silencio, el abrazo extendiéndose por un tiempo que pareció eterno. En ese instante, el peso del mundo exterior se desvaneció, dejando solo el consuelo mutuo y la solidaridad entre dos personas que entendían profundamente el dolor de la pérdida.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora