14. Shiru koto

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Bajo el resplandor de las estrellas, la jefa, con un brillo de sabiduría en sus ojos, reveló a T/N el plan de entrenamiento que la conduciría a dominar su poder lunar. Sentadas en el patio, con la serenidad de la noche como testigo, ambas compartieron un diálogo revelador.

—Estos ocho procesos son fundamentales para comprender y controlar el poder que reside en ti, T/N-san —comenzó la jefa mientras el viento nocturno acariciaba el entorno—. Empezaremos con el Control de Chakra Lunar. Aprenderás a sintonizar tu chakra con las fases de la luna, desbloqueando así su potencial en momentos específicos.

T/N asintió con determinación, dispuesta a emprender este viaje de autodescubrimiento.

—¿Cómo puedo mejorar mi conexión con la luna, Ayame-sama? —preguntó con curiosidad.

La anciana líder sonrió.

—Cada fase lunar tiene su propia energía. En las noches de luna llena, sentirás una resonancia más intensa. Aprenderás a modular tu chakra de acuerdo con estas fases.

Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Ayame-sama, con paciencia, guió a T/N a través del proceso, mezclando enseñanzas teóricas con prácticas bajo la luz de la luna. Las noches se llenaron de palabras sabias y la aldea susurraba con el progreso de la joven ninja.

Después de seis meses, con la luna llena sobre ellas, la jefa se sentó junto a T/N, observando el resplandor plateado.

—Has superado la primera etapa, T/N-chan —anunció con orgullo—. Pero recuerda, el Control de Chakra Lunar es un camino continuo. Toda tu vida descubrirás algo nuevo sobre este chakra.

T/N, ahora más consciente de su conexión con la luna, reflexionó sobre el viaje hasta el momento.

—Aprecio tus enseñanzas, pero aún siento que hay más por descubrir, Ayame-sama —expresó con humildad.

—Este es solo el comienzo. Sigamos, T/N-chan. La luna tiene más secretos por revelar.

Bajo el cielo estrellado, continuaron su conversación, compartiendo conocimiento y forjando un vínculo que trascendía las fases de la luna y los misterios internos que exploraban. La aldea oculta de la Estrella se volvía más que un hogar; era un santuario de aprendizaje, donde el resplandor nocturno guiaba sus pasos hacia el equilibrio y la maestría. Entre risas y suspiros, el camino lunar de T/N se extendía ante ella, lleno de posibilidades y desafíos.

La impaciencia de T/N resonaba mientras caminaba hacia la jefa, cuestionando la necesidad de esperar una semana

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La impaciencia de T/N resonaba mientras caminaba hacia la jefa, cuestionando la necesidad de esperar una semana.

—Ayame-sama, ¿por qué este tiempo de espera? Preferiría continuar con mi entrenamiento ahora mismo —expresó con una mezcla de curiosidad y deseo.

—La paciencia es una virtud, T/N-chan. Descubrirás que hay lecciones valiosas incluso en la espera. Permíteme enseñarte más allá de las habilidades físicas —La anciana líder, con una sonrisa enigmática, respondió con sabiduría.

Con esa respuesta enigmática, Ayame-sama se retiró, dejando a T/N con una persistente intriga y una sensación de que la sabiduría de la jefa iba más allá de lo evidente. T/N, aunque ansiosa, comenzó a comprender que quizás había más en esta pausa de lo que inicialmente percibía.

Al dejar la presencia de la jefa, T/N se encaminó a la casa de Rei, con el peso de la impaciencia en sus pasos. En su camino, fue recibida por Kenta, el vivaz habitante más joven de la aldea.

—Reanudarás tus entrenamientos, T/N-chan?—preguntó Kenta con curiosidad.

T/N asintió, intrigada por cómo el pequeño estaba al tanto de sus actividades.

—¿Cómo lo sabes, Kenta-kun?

Kenta pensó antes de hablar hasta que al final se decidió.

—La jefa está de luto. Hace tiempo, durante esta semana, perdió a su esposo e hijo a manos de los bárbaros —compartió Kenta, su voz llevando consigo un tono de tristeza y respeto—. Es un tiempo en el que la aldea muestra su respeto, evitando cualquier entrenamiento en memoria de sus seres queridos.

T/N, impactada por esta revelación, comprendió la importancia de la pausa y la necesidad de honrar las pérdidas en la aldea. Acompañó a Kenta hasta su hogar, sintiendo un respeto más profundo por la jefa y su historia.

Después, T/N continuó hacia la casa que alguna vez compartió con Rei, llevando consigo el peso de la reflexión. La semana de espera no solo le ofreció una pausa en su entrenamiento sino también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la memoria y la pérdida en la aldea.

Cada paso que T/N daba estaba marcado por la calma y la introspección, fusionándose con la misteriosa energía lunar que envolvía la aldea oculta de la Estrella. En medio de esta pausa, el aprendizaje continuaba, aunque no en formas físicas, sino en la comprensión profunda de las complejidades de su poder lunar.

T/N llegó a la vivienda de Rei, donde fue recibida con una sonrisa amable por parte de Hana, quien le indicó que Rei estaba en su habitación.

Con una mezcla de nerviosismo y curiosidad, T/N entró en la habitación, encontrándose con Rei en medio de sus tareas cotidianas. Los días anteriores habían fortalecido su conexión, y el lazo entre ellas se volvía más sólido con cada interacción.

—T/N, has vuelto —dijo Rei con alegría—. Esperaba que estuvieras bien durante esta semana.

—Sí, todo bien. Y gracias por la preocupación —respondió T/N, sintiéndose agradecida por el cálido recibimiento.

La habitación se llenó con el aroma de hierbas medicinales y la conversación fluyó entre risas y anécdotas. Rei, con su calidez innata, logró disipar cualquier tensión que T/N pudiera haber sentido.

—Rei-chan... ¿Algún día se lo dirás? —preguntó T/N mientras molía algunas hierbas.

T/N sintió cómo el cuerpo de Rei se tensaba y sonrió levemente ante el efecto que causaba en ella.

—¿Cómo? —Rei dejó de lado sus hierbas medicinales y miró fijamente a T/N—. Y-Yo...

La cara de Rei se inundó con un gran sonrojo.

—No te preocupes, Rei-chan.

T/N hizo un gesto de silencio poniendo uno de sus dedos en sus labios y le guiñó un ojo a Rei como señal de su confidencialidad.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora