20. Pātī

131 15 0
                                    

El cielo nocturno se desplegaba majestuosamente sobre la aldea, sus constelaciones formaban un lienzo estelar que anunciaba la llegada de la próxima fase del entrenamiento. Con quince meses de arduos desafíos y aprendizajes, T/N se encontraba lista para explorar las profundidades del Control de Energía Lunar, bajo la guía sabia de la jefa Ayame-sama.

En el tranquilo campo de entrenamiento, Ayame-sama, con su kimono de tonos lunares, recibió a T/N con una serena sonrisa. Los susurros de las hojas de los árboles acompañaban el momento, creando una sinfonía celestial que resonaba con la energía de la noche.

—T/N-san, has recorrido un camino asombroso. Ahora, nos sumergiremos en el vínculo íntimo entre tu ser y la energía lunar —expresó Ayame-sama, sus ojos reflejando la luz de la luna con cada palabra pronunciada.

Entre destellos estelares, la jefa inició la lección, deteniéndose con frecuencia para permitir que T/N asimilara las complejidades del Control de Energía Lunar. El diálogo entre ambas se tejía como constelaciones que formaban historias cósmicas, revelando los secretos de la luna a la ninja destinada a proteger su luz.

—Siente la conexión entre la luz lunar y tu ser, T/N-san. Es un flujo constante que espera ser canalizado por tu voluntad —murmuró Ayame-sama, guiando a la joven en los primeros compases de esta nueva disciplina.

Bajo la incandescente mirada lunar, T/N se dejó llevar por la enseñanza de Ayame-sama, explorando los límites de su esencia en sincronía con el ciclo celestial. Cada gesto, cada respiración, se convirtió en una danza cósmica que resonaba con la energía lunar que llenaba el espacio nocturno.

—Ahora, permítete ser uno con la luz de la luna. Siente cómo la energía lunar fluye a través de ti, alimentando tu cuerpo, tu espíritu —instó la jefa, sus palabras impregnadas de la majestuosidad de los astros.

A medida que avanzaban, T/N empezó a experimentar la manifestación de la energía lunar en su ser. La velocidad se intensificaba, sus sentidos se volvían más agudos, y la luz de la luna se convertía en una fuerza maleable bajo su control. Ayame, con paciencia y experiencia, guiaba cada paso, cada exploración de esta nueva capacidad.

—Eres la guardiana de la luz, T/N-san. La energía lunar es tu aliada, una fuerza que puedes moldear según tu voluntad —proclamó Ayame, la sabiduría de mil lunas resonando en sus palabras.

Bajo la bóveda estelar, T/N se adentraba en la comprensión profunda de su conexión con la energía lunar. El campo de entrenamiento se llenó de una aura celestial, mientras la ninja canalizaba la esencia de la luna en un baile cósmico que trascendía lo terrenal.

—Este poder es tuyo para controlar, T/N-san. Que la energía lunar guíe tus pasos, tanto en la batalla como en la paz —concluyó Ayame, sus palabras reverberando en armonía con el susurro de las estrellas.

Bajo el influjo de la luna, T/N emergió transformada, con la energía lunar entrelazada en cada fibra de su ser. La noche, testigo de esta metamorfosis cósmica, marcó otro hito en la extraordinaria travesía de la ninja, cuyo destino estaba inextricablemente unido a la luna y a las estrellas.

Pasaron dieciocho meses desde que T/N se sumergió en su entrenamiento celestial, y ahora se encontraba en el umbral de la última fase: Desarrollo de Instintos Protectores. Ayame, con su mirada serena, guió a T/N hacia este último pilar de su camino.

—El desarrollo de instintos protectores va más allá de la mera autodefensa, T/N-san. Es la encarnación de la responsabilidad y el cuidado hacia aquellos que amas —comenzó Ayame-sama, sus palabras resonando con una sabiduría profunda y antigua.

La jefa explicó que esta fase iba más allá de habilidades físicas o técnicas específicas. Era el despertar de una conexión más profunda con el entorno, una armonía con la aldea y sus habitantes. Era la transformación de la fuerza bruta en una guardiana compasiva.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora