32. Naruto

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El sueño envolvía a T/N cuando de repente fue despertada por los estridentes gritos de ninjas que resonaban en la tranquilidad de la mañana. Con ojos entrecerrados y aún envuelta en la modorra, salió de su casa para descubrir el origen de la conmoción.

Al asomarse, observó cómo dos ninjas perseguían a Naruto, quien corría por las calles de Konoha con un bote de pintura en mano, dejando a su paso una estela de risas y caos. Los rostros esculpidos de los Hokage, tan venerados por todos, aparecían ahora adornados con trazos y colores cómicos.

T/N no necesitó más que una mirada para entender que Naruto había orquestado otra de sus travesuras. Una sonrisa jugueteó en sus labios al contemplar las figuras pintadas con humorísticas modificaciones.

En la distancia, la risa alegre de Naruto resonaba mientras se burlaba de aquellos que intentaban atraparlo, proclamando que nunca lo alcanzarían. Ante tal escena, T/N no pudo evitar reírse ante la espontaneidad y energía del joven ninja.

Decidiendo no involucrarse en el alboroto matutino, T/N regresó a su casa con la misma tranquilidad con la que salió. Con su pijama como cómplice, se sumergió de nuevo en el abrazo reconfortante de su cama, dejando que el bullicio de Konoha quedara atrás. Hoy era su día libre, y decidió aprovecharlo para descansar y disfrutar de la serenidad que seguiría tras la travesura de Naruto.

Horas más tarde, T/N se despertó de nuevo, esta vez de manera más relajada. Se estiró y bostezó, listapara disfrutar de su día libre. Al salir de su cuarto, notó que Kenta estaba ya despierto y listo para comenzar el día.

—¿Escuchaste el alboroto esta mañana? Parece que Naruto causó estragos otra vez —comentó Kenta con una sonrisa juguetona.

T/N asintió con diversión.

—Sí, parece que se divirtió mucho. Pero, ¿sabes qué? Hoy es mi día libre, así que planeo relajarme. ¿Tienes algún plan?

Kenta negó con la cabeza.

—Ningún plan en particular. Solo estoy agradecido de tener tiempo para pasar contigo.

—Entonces, ¿qué te parece si disfrutamos de un día tranquilo? Podemos dar un paseo por la aldea, tal vez visitar el parque. ¿Te gustaría? —T/N sonrió.

Kenta asintió emocionado ante la idea. Juntos, salieron de casa, dejando atrás la anécdota matutina de Naruto, y se dispusieron a disfrutar de un día libre lleno de tranquilidad y buenos momentos.

Mientras T/N y Kenta disfrutaban de su paseo por la aldea, divisaron a lo lejos una figura inclinada frente a los rostros de los Hokage. Al acercarse, se percataron de que era Naruto, esforzándose por limpiar las travesuras que había dejado atrás.

A pesar de la diversión que le provocó su acto, T/N sintió una punzada de lástima al ver a Naruto lidiando con las consecuencias de sus propias travesuras. Sabía que no podía acercarse y ofrecer su ayuda, ya que las restricciones que le había puesto el Hokage debían mantenerse.

Aun así, observó en silencio, apreciando el esfuerzo de Naruto por deshacer el caos que había creado. Era un recordatorio de la dualidad en la vida de un ninja, entre la travesura y la responsabilidad. T/N continuó su paseo junto a Kenta, con una mezcla de simpatía y entretenimiento ante la escena que se desenvolvía ante sus ojos.

Después de los días agitados que siguieron al robo del pergamino importante por parte de Naruto, y tras varios eventos que marcaron el crecimiento del joven como ninja, el sol despertó una nueva mañana en Konoha

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Después de los días agitados que siguieron al robo del pergamino importante por parte de Naruto, y tras varios eventos que marcaron el crecimiento del joven como ninja, el sol despertó una nueva mañana en Konoha.

En la quietud de la mañana, el hogar de T/N se vio interrumpido por los pasos que anunciaban la llegada de Kakashi. El abrazo casual, una firma del sensei, se materializó rápidamente, con el brazo de Kakashi envolviendo con comodidad la cintura de T/N.

—Kakashi-kun, ¿no podrías saludar de una manera más convencional?

—Pero esto es más divertido —sonrió.

Aunque T/N reprochó la familiaridad con su habitual compostura, no pudo evitar el leve sonrojo que se extendía por sus mejillas. El desayuno transcurrió entre risas y charlas informales, con la tranquila atmósfera de la casa de T/N proporcionando el escenario perfecto.

—Hoy tengo el examen con mis nuevos alumnos: Naruto Uzumaki, Sakura Haruno y Sasuke Uchiha.

—¡Vaya, vaya! Interesante elección de estudiantes, Kakashi —sorprendida.

—Ya veremos cómo resulta.

Intrigada, T/N aconsejó a Kakashi que no fuera demasiado duro con los jóvenes ninja.

—A veces, un toque de suavidad es necesario.

—No prometo nada —respondió serio.

La respuesta de Kakashi fue un gesto enigmático y un comentario que dejó la posibilidad de suavidad en duda. Antes de despedirse, T/N recordó a Kakashi que no hiciera esperar a los chicos, ya que estaba bastante tarde.

—No los hagas esperar mucho, Kakashi-kun. La impuntualidad no es una buena primera impresión.

El característico abrazo de despedida de Kakashi fue aún más cercano esta vez, pero antes de que la situación pudiera intensificarse, un tosido falso emitido por Kenta resonó en la habitación.

—¡Vaya, qué casualidad encontrarte aquí, Kakashi-sensei! —fingiendo sorpresa.

Kakashi, con una sonrisa traviesa, se retiró, dejando a T/N con una expresión de vergüenza mezclada con diversión.

En un mediodía soleado, tras un almuerzo tranquilo con Kenta, T/N decidió llevarle un bento a Kakashi, anticipando que podría estar hambriento después del examen con los nuevos estudiantes

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En un mediodía soleado, tras un almuerzo tranquilo con Kenta, T/N decidió llevarle un bento a Kakashi, anticipando que podría estar hambriento después del examen con los nuevos estudiantes. Al llegar al área designada para las pruebas, se encontró con una escena peculiar: Naruto atado a un tronco, una niña de cabello rosa adorable y Sasuke con una expresión seria. Naruto celebraba, indicando que Kakashi los había aprobado.

Desde las sombras, T/N observó atentamente mientras Kakashi se alejaba del lugar acompañado por Sasuke y la chica de llamativo cabello rosa, abandonando a Naruto atado y clamando por ayuda. Entre risas contenidas, T/N tomó dos shurikens y los lanzó con precisión hacia la soga que ataba a Naruto, liberándolo. La sorpresa se apoderó de Naruto, quien giró la cabeza intentando identificar al benefactor invisible, pero T/N se aseguró de permanecer oculta.

Decidió ajustar su plan y, en lugar de entregar el bento a Kakashi, lo dejó estratégicamente detrás de Naruto, asegurándose de que no la viera. Al descubrir la comida, Naruto mostró sorpresa y gratitud, devorando el bento con entusiasmo. Desde la distancia, T/N observaba la escena con una sonrisa, disfrutando del pequeño acto de generosidad sin revelar su presencia.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora