125. Yureru

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Había pasado un mes desde que T/N e Itachi habían regresado a Konoha, y la vida se había estabilizado poco a poco. Durante ese tiempo, Itachi había tenido que salir en una misión fuera de la aldea, reunido con Sasuke para un encargo especial. A pesar de que su ausencia era notoria, T/N no estaba sola. Sus amigas más cercanas se aseguraron de cuidarla a ella y a sus hijos en todo momento.

Cada mañana, Hinata llegaba temprano a la casa para ayudar con los niños. Daiki y Kiyoshi habían desarrollado un vínculo especial con ella, disfrutando de su presencia tranquila y maternal. Hinata solía pasar la mañana jugando con Daiki, quien era especialmente activo a esa hora del día, mientras que T/N, más fatigada por su embarazo, aprovechaba esos momentos para descansar.

Durante el almuerzo, en una de esas plácidas mañanas, Hinata estaba dándole de comer a Daiki, quien devoraba su comida con la energía propia de un niño de dos años. Mientras tanto, T/N amamantaba a Kiyoshi, el bebé más tranquilo de la casa, cuyo comportamiento parecía siempre sereno y observador. Fue en ese momento, en medio de la calma del hogar, que T/N decidió preguntar lo que había notado desde hacía días.

—Hinata... esa bufanda roja que has estado tejiendo con tanto esmero... es para Naruto, ¿verdad?

Hinata, que estaba concentrada en alimentar a Daiki, se sonrojó al instante, sus manos temblando un poco mientras sostenía la cuchara. La timidez que siempre la caracterizaba la delató, y aunque no dijo nada, su sonrojo lo confirmó todo.

T/N, que ya se lo imaginaba, sonrió con dulzura y decidió ir un paso más allá.

—¿Y cuándo vas a animarte a confesarle lo que sientes? —preguntó suavemente, esperando que Hinata, en confianza, se abriera sobre sus sentimientos.

La pregunta pareció impactar a Hinata, quien bajó la mirada, sus ojos reflejando un toque de melancolía. Después de unos segundos de silencio, respondió en voz baja.

—En realidad... ya lo hice.

La revelación tomó por sorpresa a T/N, que la observó con los ojos bien abiertos.

—¿Qué? ¿Cuándo? —preguntó, claramente sorprendida, mientras su mente trataba de atar cabos.

Hinata suspiró, reuniendo fuerzas para contar su historia.

—Fue durante la pelea contra Pain. Pensé que... no había otro momento, así que... le confesé mis sentimientos en ese momento —dijo, sus palabras teñidas de nostalgia—. Pero... después de todo eso, nada cambió. Todo volvió a ser como antes.

T/N se quedó en silencio un momento, reflexionando. Ella no estaba en Konoha en ese entonces, y aunque había escuchado sobre la batalla contra Pain, no estaba al tanto de lo que había sucedido entre Hinata y Naruto. Pero ahora que lo sabía, todo tenía más sentido.

—Eso fue en una época difícil... —murmuró T/N, comprendiendo que la confesión de Hinata probablemente se perdió entre el caos y la reconstrucción de Konoha—. Y además, Naruto... bueno, ya sabes cómo es. A veces es un poco despistado.

Hinata sonrió con tristeza, intentando contener las lágrimas que comenzaban a acumularse en sus ojos. Había sufrido en silencio durante años, viendo cómo Naruto seguía adelante, sin darle una señal clara de que sus sentimientos hubieran sido correspondidos.

—Él... aún sigue pensando en Sakura-chan —Hinata intentó decirlo con una sonrisa, pero la tristeza en su voz era inconfundible.

T/N soltó una risa suave, sorprendiendo a Hinata, que la miró con incredulidad.

—Hinata, a Naruto ya no le gusta Sakura. Eso fue hace mucho tiempo —T/N sonrió, viendo cómo el asombro pintaba el rostro de Hinata—. Créeme, yo lo sé. Naruto ha cambiado, y aunque no te lo haya dicho todavía, sus sentimientos también lo han hecho.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora