70. Itamashī shinjitsu 2/2

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El peso del pasado y los lazos familiares resonaron en medio de la oscura noche de Konoha mientras la batalla alcanzaba su punto crítico. T/N se encontraba entre los ninjas que luchaban valientemente, su corazón pesado por las revelaciones impactantes que surgían en medio del caos.

Asuma, después de una serie de intensos enfrentamientos, hizo un descubrimiento que sacudió su mundo interior. Descubrió que Furiido, el líder del "NE" y una figura central en el asedio de Konoha, no solo era un enemigo formidable, sino también un recuerdo de su pasado doloroso. El rostro de Furiido lo confrontó con la cicatriz que había dejado en él años atrás, un recordatorio tangible de los conflictos no resueltos que ahora se desenredaban frente a él.

—¡Furiido, eres... el padre de Sora! —exclamó Asuma, su voz cargada de asombro y angustia, mientras procesaba la verdad devastadora.

T/N observó la escena con una mezcla de sorpresa y compasión, consciente del impacto emocional que estas revelaciones tendrían en Sora, quien se encontraba en medio del conflicto con una carga emocional abrumadora.

Mientras tanto, Naruto, siempre el centro de la calma en la tormenta, intentaba calmar a Sora, cuyo chakra comenzaba a manifestarse en formas inesperadas y peligrosas. T/N vio cómo Naruto intentaba conectar con Sora a través de su propio entendimiento del dolor y la soledad, pero las palabras de Sora resonaron con una verdad dolorosa que cortó profundo.

—¡No entiendes, Naruto! ¡No sabes lo que es estar solo! —gritó Sora, su voz llena de amargura y frustración, mientras luchaba con las emociones tumultuosas dentro de él.

Furiido, por su parte, aprovechó la oportunidad para explicar la verdad detrás de Sora, revelando cómo el Cuarto Hokage había sellado el chakra del Kyubi en un bebé de Konoha, dispersando inadvertidamente fragmentos de ese chakra en la zona. Estos fragmentos se habían fusionado con Sora, otorgándole poderes similares a los de un Jinchūriki, aunque de una manera única y peligrosa.

La noche se llenó con las voces y los ecos de las revelaciones, cada palabra y acción teniendo repercusiones que resonaban en toda Konoha. T/N se mantuvo alerta, su mente trabajando rápidamente mientras evaluaba las implicaciones de cada nueva verdad revelada en medio del conflicto.

Cada movimiento determinando el destino de la aldea y de aquellos que la defendían con todo lo que tenían. T/N se encontraba en el corazón del conflicto una vez más, su mente y corazón abrumados por las emociones tumultuosas que acompañaban cada golpe y cada decisión tomada en la línea del frente.

Sora, consumido por la furia y la confusión, se encontraba en un estado de descontrol que era palpable para todos los presentes. T/N observó con angustia cómo sus intentos de comunicarse con Sora, de calmarlo y guiarlo hacia la razón, parecían caer en oídos sordos. Los gritos y las órdenes se perdían en el fragor de la batalla, donde cada movimiento era una lucha no solo contra los enemigos externos, sino también contra los demonios internos que atormentaban a Sora.

—¡Sora, detente! ¡Escucha! —gritó T/N, su voz resonando en la noche mientras intentaba romper la barrera de la ira que envolvía al joven ninja.

Mientras tanto, Furiido y Asuma continuaban su propio duelo, cada golpe una reminiscencia de viejas heridas y promesas rotas. T/N observó cómo sus habilidades y estrategias se entrelazaban en un baile mortal, cada movimiento calculado con la intención de superar al otro y proteger lo que más valoraban.

Chōji, Shikamaru, Kiba y Akamaru, conscientes de la urgencia de la situación, se unieron en un esfuerzo coordinado para contener a Sora. Sin embargo, la ferocidad del chakra que emanaba de él demostró ser demasiado para enfrentar directamente. Decidieron que solo alguien con la fuerza y la determinación de Naruto podría tener alguna posibilidad de llegar a Sora.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora