12. Omoide

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En la luminosa mañana, T/N aguardaba en el campo de entrenamiento, ansiosa por la lección de batalla cuerpo a cuerpo que Kenji le impartiría. La frescura del aire y la anticipación llenaban el espacio mientras la joven ninja se sumergía en la expectativa de adquirir nuevas habilidades.

Desde la distancia, la voz de Kenji la llamó, y este se apresuró hacia ella con una expresión de disculpa, admitiendo con cierta vergüenza que se había quedado dormido.

—¡Lo siento mucho por la tardanza! Me quedé dormido —se disculpó Kenji, buscando comprensión en el rostro de T/N.

—No te preocupes, Kenji-kun. Está bien —respondió T/N con una sonrisa tranquilizadora, disipando cualquier inquietud por el retraso.

Su actitud comprensiva evidenciaba la conexión amistosa que ya comenzaba a desarrollarse.

Kenji, liberado de la preocupación, se sumergió apasionadamente en la explicación de la belleza y la relevancia de la batalla cuerpo a cuerpo.

—Es un arte sublime, la esencia misma de la conexión física y la agilidad. En la batalla cuerpo a cuerpo, sientes la energía de tu oponente de una manera única —compartió Kenji, su entusiasmo iluminando sus palabras.

Mientras Kenji hablaba, T/N asentía con atención, absorbiendo cada detalle de sus explicaciones. Kenji no solo compartía conocimientos, sino que también transmitía una profunda apreciación por el arte del combate cercano.

La conexión entre ambos se fortalecía no solo a través de las enseñanzas, sino también en la camaradería que se forjaba. Kenji no era solo un instructor, sino un compañero de aprendizaje y un guía amistoso, y T/N reconocía esta dualidad en su relación.

Al explicar tácticas y posturas, Kenji guió a T/N a través de ejercicios prácticos, creando un intercambio mutuo de habilidades y experiencias. La pista se convirtió en un escenario dinámico donde la joven ninja exploraba y aplicaba las técnicas aprendidas.

Llegó el momento de la prueba real. En un duelo animado, Kenji y T/N se enfrentaron, moviéndose con fluidez y aplicando las técnicas recién adquiridas en un baile de destreza y agilidad. Cada movimiento estaba impregnado de la pasión y la energía de dos jóvenes dedicados a perfeccionar su arte.

Tras el combate extenuante, ambos se apoyaron en el tronco de un árbol cercano, respirando profundamente para recuperar el aliento. La fatiga se mezclaba con la satisfacción de haber superado el desafío, creando un lazo tangible entre ambos.

Kenji, buscando equilibrar la intensidad del entrenamiento, propuso un cambio de tono.

—Creo que es hora de relajarnos un poco. ¿Qué te parece si compartimos algunos chistes? —sugirió, llevando a los dos ninjas de vuelta a la camaradería y la diversión.

Bajo la sombra del árbol, entre risas compartidas, Kenji y T/N se encontraban disfrutando de un momento de camaradería. La complicidad entre ellos se manifestaba en sonrisas compartidas y gestos cómplices, creando un lazo que iba más allá de las habilidades ninja que compartían.

—Nunca me imaginé que aprenderíamos a luchar y a reír juntos. Es un día diferente, ¿verdad? —comentó Kenji, con una expresión animada.

T/N asintió, agradecida por la oportunidad de formar conexiones genuinas en su nueva vida en la aldea de las estrellas.

El sol comenzaba a ceder ante el horizonte cuando Kenji habló nuevamente.

—Por cierto, la jefa te espera en su casa. Parece que tiene algo importante que decirte.

T/N, aunque sorprendida, asintió, comprendiendo que su destino en la aldea estaba tomando un giro inesperado. Antes de dirigirse a la casa de la jefa, T/N se despidió de Kenji.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora