77. Ukezara

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T/N se despertó temprano con el calor reconfortante del cuerpo de Kenta abrazándola. Sus labios se curvaron en una sonrisa dulce mientras lo observaba dormir plácidamente. Con cuidado, se deslizó suavemente fuera de la cama, asegurándose de no perturbar su sueño. La fresca luz de la mañana se filtraba por las ventanas, pintando su pequeño apartamento con tonos suaves y tranquilos.

Decidió preparar un desayuno sencillo para ambos. Optó por arroz blanco recién cocido, pescado asado con salsa de soja y un poco de tsukemono. El aroma reconfortante del desayuno llenó la habitación mientras ella trabajaba con gracia y precisión en la cocina, pensando en lo afortunada que se sentía por tener a Kenta a su lado.

Cuando estaba a punto de llevar los platos a la mesa, notó una nota cuidadosamente colocada. La caligrafía elegante y familiar la hizo sonreír. Abrió la nota con anticipación y sus ojos se iluminaron mientras leía las palabras que había escrito su amado.

"Querida Luna,

En las sombras del bosque donde los árboles susurran secretos al viento y los arroyos cantan canciones de antaño, te espero esta noche, bajo el manto plateado de la luna llena. El sendero que conduce al claro está tejido con recuerdos nostálgicos y promesas silenciosas, donde el tiempo se desvanece entre susurros de hojas y destellos de estrellas.

Hoy, el lago se viste de plata para reflejar la belleza que emana del cielo nocturno, y en sus aguas danzarán nuestros anhelos y sueños compartidos. En esta ocasión especial, deseo que la magia del firmamento en su plenitud se entrelace con la calidez de nuestros corazones, que palpitan al unísono aunque distantes en espacio, unidos en el cosmos.

Que nuestras miradas se encuentren en el espejo del lago, donde cada destello de luz es un susurro de amor en la eternidad del universo. Ven, querida Luna, y dejemos que nuestras almas se abracen en el silencio sereno de la noche, donde el tiempo se detiene para contemplar el milagro de nuestro encuentro.

Con afecto y esperanza,

Tu Noche Estrellada".

Una oleada de emoción la recorrió mientras leía las palabras escritas en clave, diseñadas para ser comprendidas solo por ella. Con un suspiro de felicidad, quemó la carta con chakra, asegurándose de que nadie más viera el contenido privado. Terminó de preparar el desayuno y despertó a Kenta con suavidad.

Juntos compartieron el desayuno, charlando animadamente sobre la vida y los pequeños detalles que los unían. Fue entonces cuando Kenta, con una mirada de alegría y nerviosismo, compartió una noticia especial.

—Onee, he decidido confesarle mis sentimientos a Emi, y ahora somos novios.

T/N sonrió con ternura, emocionada por la felicidad de Kenta y deseándole lo mejor en su nueva relación. Aunque su corazón latía con anticipación por la noche que le esperaba, estaba feliz por su amigo y decidida a hacer de aquella ocasión especial algo inolvidable.

 Aunque su corazón latía con anticipación por la noche que le esperaba, estaba feliz por su amigo y decidida a hacer de aquella ocasión especial algo inolvidable

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T/N salió de su casa con el sol asomándose sobre los tejados de Konoha. Con la lista de ingredientes de Kenta en mano, se dirigió primero hacia la pastelería del centro de la aldea. El aroma a vainilla y chocolate la recibió al entrar, donde el panadero, un hombre de mediana edad con gorro blanco, la saludó con entusiasmo.

—¡Buenos días, señorita! ¿Qué le traerá por aquí hoy? —preguntó el panadero, limpiando sus manos enharinadas en el delantal.

—Buenos días. Necesito harina de repostería y un poco de azúcar, por favor —respondió T/N, admirando los pasteles delicadamente decorados que adornaban las vitrinas.

El panadero midió con precisión los ingredientes mientras T/N desviaba la mirada tentada por una tarta de fresa y crema. Con un suspiro de resistencia, decidió no distraerse y continuó hacia la carnicería local, un establecimiento rústico donde el aroma de la carne fresca llenaba el aire.

—¡T/N-san! ¿Qué necesitas hoy? —saludó el carnicero con una sonrisa amistosa, mientras ajustaba su delantal manchado.

—Buenos días. Necesito una chuleta de lomo de cerdo, bien tierna, por favor. Kenta es bastante exigente con eso —respondió T/N, observando cómo el carnicero seleccionaba cuidadosamente una pieza magra.

—Aquí tienes, fresca como el rocío de la mañana. Seguro que le encantará a Kenta —dijo el carnicero, envolviendo la chuleta con habilidad.

Con la chuleta envuelta cuidadosamente, T/N avanzó hacia el mercado de vegetales, donde el colorido de los puestos y el murmullo de los vendedores competían por su atención. Se detuvo en el puesto de un anciano con una barba blanca que llegaba casi hasta el suelo.

—¡T/N-chan! ¿Qué te lleva hoy, joven dama? —saludó el anciano con entusiasmo, examinando los repollos y las cebolletas con ojos expertos.

—¡Buenos días, abuelo! Necesito un repollo bien fresco y unas cuantas cebolletas, por favor —pidió T/N, disfrutando de la interacción cálida con el vendedor mientras seleccionaba los vegetales más crujientes.

—Aquí tienes, mi querida. Nada como las verduras locales para una comida deliciosa —dijo el anciano con una sonrisa arrugada, entregando las verduras en una bolsa tejida.

Con la cesta llena de verduras, T/N se dirigió hacia la sección de condimentos del mercado, donde una variedad de sabores y aromas tentaban su paladar. Encontró todos los condimentos en su lista y más, discutiendo con los vendedores locales sobre las mejores marcas y las técnicas culinarias más efectivas.

—Este aceite vegetal es perfecto para frituras ligeras, y la salsa Worcestershire le dará un toque especial a tus platillos, ¡no te arrepentirás! —exclamó la vendedora, una joven entusiasta con una pasión evidente por su trabajo.

—Gracias por los consejos —respondió T/N con una sonrisa, agradeciendo la ayuda de la vendedora mientras guardaba los condimentos en su cesta.

Decidiendo agregar un toque especial al almuerzo, T/N se detuvo en una tienda. Allí, seleccionó tenkasu, benishōga, salsa de takoyaki y otros condimentos esenciales para preparar un plato que recordaba los días pasados con Itachi. El vendedor, un hombre mayor con gafas redondas y una sonrisa amable, compartió historias sobre la autenticidad de los ingredientes y la pasión por la cocina tradicional.

—La salsa de takoyaki que tenemos aquí es la mejor. ¡Tu plato será auténtico! —aseguró el vendedor, entregando los productos envueltos con cuidado.

—Gracias por la recomendación —respondió T/N, con una mezcla de emoción y nostalgia en su voz mientras recibía los ingredientes.

Después de una última parada en la tienda de lácteos para recoger queso crema, mantequilla y leche entera, T/N regresó a casa con una bolsa llena de ingredientes frescos y exóticos. Con cada compra, había intercambiado sonrisas y charlas amigables con los vendedores, quienes compartieron sus conocimientos culinarios y sugerencias para recetas deliciosas.

Llegando a casa, T/N se preparó para poner manos a la obra, asegurándose de que todo estuviera listo para la llegada de Emi y la sorpresa especial que había planeado para Itachi.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora