7. Hoshigakure no Sato

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T/N corría sin rumbo alguno por el bosque, sus lágrimas se confundían con la lluvia que caía sin piedad. El sonido de sus pasos se perdía entre la maleza, mientras su corazón latía desbocado en su pecho. El tiempo parecía detenerse en aquel laberinto de árboles.

—¡No puedo detenerme! ¡No puedo detenerme! —murmuraba entre sollozos, sin aliento.

Horas pasaron sin que ella sintiera el cansancio. La desesperación la impulsaba a seguir adelante. De repente, percibió la presencia de cinco figuras a sus espaldas. El miedo la invadió por completo, y aceleró el paso.

—¡Aléjense de mí! ¡Déjenme en paz! —gritó T/N, su voz entrecortada por el miedo.

Las figuras parecían acercarse cada vez más, alimentando su pánico. Sin sentir el dolor en sus piernas, T/N redobló esfuerzos para escapar. En un momento de desesperación, chocó contra una rama baja y afilada. Un fuerte golpe resonó en su cabeza, y todo se sumió en la oscuridad.

Cuando T/N recobró el conocimiento, se encontró rodeada por las cinco personas que la habían estado siguiendo. Eran desconocidos para ella, con miradas serias y misteriosas que la observaban con atención.

—¿Estás bien? —preguntó uno de ellos con tono preocupado.

T/N parpadeó varias veces antes de responder, luchando por enfocar su visión.

—¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué me estaban siguiendo? —inquirió con voz temblorosa.

La tensión en el aire era palpable mientras los desconocidos intercambiaban miradas significativas. Uno de ellos se adelantó y extendió una mano en gesto tranquilizador.

—Tranquila, no queremos lastimarte. Tenemos respuestas que necesitas escuchar.

T/N se mantuvo alerta, observando cada detalle de aquellos extraños que ahora parecían dispuestos a hablarle.

Los cinco desconocidos se miraron entre sí, intercambiando gestos y miradas significativas antes de dirigirse a T/N.

El primero en hablar fue un joven alto de cabello oscuro y ojos penetrantes.

—Soy Takeshi, especialista en técnicas de sigilo y rastreo. Este es mi hermano Kenji —señaló a un joven de cabello castaño y una mirada afilada—. Él es experto en combate cuerpo a cuerpo. A mi lado están Hana y Akira, ambas maestras en artes ninja de la aldea oculta de la Estrella. Y finalmente, ella es Rei, nuestra estratega y experta en medicina.

T/N los observó con cautela, consciente de que no podía revelar su verdadera identidad. Decidió inventar un nombre y una historia para ocultar su pasado.

—Yo soy Hikari —dijo con voz firme, ocultando su verdadera identidad.

Takeshi asintió comprensivamente.

—Entendemos tus reservas, Hikari. Pero te encontramos sola en el bosque y nos preocupa tu seguridad. Permitenos llevarte con nosotros a Hoshigakure no Sato, nuestra aldea. Allí estarás a salvo y podrás encontrar respuestas a tus preguntas.

T/N dudó por un momento, pero la sensación de seguridad que le transmitían aquellos desconocidos la convenció para aceptar su oferta.

Después de unos días de viaje, llegaron a la pequeña aldea oculta de la Estrella. T/N se sorprendió al ver lo poco poblada que era, pero los habitantes parecían amables y acogedores. La tranquilidad del lugar la reconfortó, aunque seguía manteniendo sus reservas respecto a sus nuevos compañeros.

T/N avanzaba por la aldea detrás de los cinco ninjas, y aunque se sentía observada, notaba que las miradas eran diferentes, más llenas de curiosidad que de desconfianza. Los aldeanos parecían intrigados por su presencia, y no podía evitar notar cómo algunos intercambiaban palabras en susurros mientras señalaban en su dirección.

En su caminar, un niño pequeño se acercó, saludándola con timidez. La inocencia en sus ojos le recordó a su pequeño hermano en el Clan Hyūga. T/N le devolvió el gesto con una sonrisa amable.

—Hola, ¿cómo te llamas? —preguntó el niño, con una mezcla de curiosidad y emoción en su voz.

—Soy T/N —respondió ella, agachándose para estar a su altura—. ¿Y tú?

El niño respondió con entusiasmo.

—Soy Kenta. ¿Eres una ninja fuerte? —T/N asintió.

—Sí, soy una ninja, y haré todo lo posible para proteger esta aldea.

Los cinco ninjas que la acompañaban se percataron de la interacción y sonrieron, reconociendo la conexión instantánea entre T/N y el pequeño Kenta. Uno de ellos, Takeshi, se acercó.

—Veamos si el jefe de la aldea tiene tiempo para recibirnos —sugirió, liderando el grupo hacia la casa más grande.

A medida que se acercaban, los aldeanos se apartaban respetuosamente de su camino. Una mujer mayor, probablemente una líder comunitaria, se aproximó a T/N.

—Bienvenida a nuestra aldea. Nos alegra verte aquí —expresó con amabilidad.

T/N agradeció con una inclinación de cabeza, sintiéndose cada vez más parte de este nuevo entorno. La aldea se extendía ante ella, llena de rostros amigables y una atmósfera acogedora que contrastaba con el frío recibimiento en su antiguo clan.

T/N ingresó a la casa de la jefa de la aldea, notando de inmediato la sensación de que su llegada no era sorpresa. La jefa, la recibió con una enigmática sonrisa, como si hubiera estado esperando su llegada. La incomodidad se apoderó de T/N, pero la anciana, con una expresión tranquila, percibió su desconcierto.

—Sí, T/N, lo que sientes es cierto.

Intrigada, T/N observó cómo Takeshi, Kenji, Hana, Akira y Rei abandonaban la sala, dejándola a solas con la anciana.

—Me llamo Ayame —se presentó la jefa, y T/N respondió con un asentimiento, ansiosa por entender el propósito de su llegada a Hoshigakure no Sato.

Ayame comenzó a relatar la fascinante historia de la aldea.

—Hace 200 años, un meteorito, al que llamamos la "estrella", aterrizó en esta zona. Sin embargo, notarás que alrededor de donde aterrizó la estrella, no crecen árboles ni plantas —explicó Ayame, capturando la atención de T/N—. La aldea prospera gracias a la energía única que emana de la estrella.

T/N asimilaba la información cuando Ayame añadió:

—Y tú, T/N, tienes una conexión especial con ella —T/N se sorprendió ante la revelación —Tu color de cabello y ojos no son coincidencia. La estrella influye en aquellos que tienen una fuerte conexión lunar. Eres parte de algo más grande.

Con la mente llena de preguntas, T/N buscó respuestas. Ayame continuó.

—La luna te guiará en tu camino aquí en Hoshigakure. Eres bienvenida, y estamos agradecidos de que estés con nosotros —La atmósfera en la habitación se volvió más intensa, y Ayame, con su mirada sabia, esperó pacientemente a que T/N procesara la información—. Te guiaremos para que comprendas y desarrolles tu conexión con la estrella y la luna —aseguró Ayame—. Eres una pieza esencial en el equilibrio de nuestra aldea.

T/N, aunque abrumada, sintió una extraña sensación de pertenencia. Con una mezcla de asombro y curiosidad, aceptó su papel en esta aldea única, lista para descubrir su destino entre la energía única de la estrella y la influencia lunar que la rodeaba.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora