• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]

98. Keiji

La plaza de Konoha estaba decorada con una majestuosidad que reflejaba la importancia del evento. Cintas doradas y rojas colgaban de los edificios de madera y piedra, entrelazadas con flores frescas en tonos vibrantes. Los ciudadanos se habían congregado en un mar de rostros expectantes, con una mezcla de curiosidad y asombro que llenaba el aire. Los niños correteaban alrededor, y los ancianos murmuraban entre sí, creando un murmullo constante que aumentaba la tensión del momento.

En el centro de la plaza se alzaba una plataforma de madera cuidadosamente adornada. Columnas ricamente decoradas y tapices con emblemas de Konoha marcaban el escenario principal. La plataforma estaba rodeada por una gran área despejada para que todos los presentes pudieran ver y escuchar con claridad. Los líderes de la aldea, los ancianos y los dignatarios estaban ya posicionados en sus lugares, aguardando el inicio de la ceremonia.

La multitud guardó silencio cuando Tsunade, vestida con un kimono blanco inmaculado adornado con bordados dorados intrincados, subió a la plataforma. Su presencia imponía respeto, y el elegante movimiento de su kimono capturó la atención de todos. Ella avanzó con paso firme, su rostro reflejaba una mezcla de solemnidad y determinación.

—Queridos ciudadanos de Konoha —comenzó Tsunade con una voz que resonaba con fuerza y autoridad—, hoy nos reunimos no solo para celebrar, sino para rendir homenaje a aquellos cuyos sacrificios han sido la columna vertebral de nuestra seguridad y prosperidad.

Hizo una pausa para mirar a la multitud, dejando que el peso de sus palabras calara hondo en el corazón de todos. El silencio era palpable; los presentes esperaban ansiosos el siguiente anuncio.

—Por primera vez en nuestra historia, estamos aquí para conmemorar a los Héroes Ocultos —continuó Tsunade, su voz cargada de emoción—. Estos valientes han trabajado en las sombras, han dado todo por la aldea, y han mantenido su identidad oculta para protegernos. Su sacrificio no ha sido en vano, y hoy revelamos y celebramos a una de las figuras más destacadas entre ellos.

Con una mirada profunda y resonante, Tsunade se dirigió a la multitud:

—La persona que reconoceremos hoy es una heroína que ha estado entre nosotros, pero que ha vivido en el anonimato por razones que entenderán pronto. Esta ceremonia no solo es un homenaje a su valentía, sino un reconocimiento a todo lo que ha hecho por nuestra aldea desde las sombras.

La multitud, que había estado en un silencio reverente, comenzó a susurrar entre sí. Tsunade hizo una pausa dramática, creando un suspenso palpable en el aire.

—Con gran orgullo y un profundo respeto, les presento a T/N —dijo Tsunade finalmente, su voz cargada de solemnidad.

Mientras Tsunade pronunciaba el nombre de T/N, una oleada de murmullos recorrió la plaza. T/N, con el corazón palpitante y el bebé en brazos, avanzó lentamente hacia la plataforma. La multitud parecía absorber cada uno de sus movimientos. T/N sentía el peso de las miradas sobre ella, algunas llenas de curiosidad, otras de asombro. Su mirada recorrió el mar de rostros, y encontró los ojos de sus amigos cercanos: Naruto, con los ojos abiertos en asombro, Kakashi y Gai, que intercambiaban miradas confusas, y los miembros del clan Hyūga, cuyos rostros reflejaban una mezcla de sorpresa y curiosidad.

Cuando sus ojos se encontraron con los de Neji, el impacto fue casi físico. Neji, paralizado por la incredulidad, tenía los ojos desorbitados y su expresión mostraba una mezcla de dolor y confusión. El tiempo parecía detenerse para él, atrapado entre el duelo por la pérdida y la asombrosa realidad de la presencia de T/N. Su rostro se volvió pálido, sus manos temblaban ligeramente, y su mente luchaba por aceptar lo que sus ojos estaban viendo.

Finalmente, T/N llegó al borde de la plataforma. Tsunade continuó hablando, con un tono que reflejaba tanto respeto como admiración:

—Durante más de quince años, T/N ha vivido en el anonimato para protegernos, ocultando su verdadera identidad. Ha enfrentado innumerables desafíos y ha hecho sacrificios inconmensurables, todo por el bien de nuestra aldea. Hoy, en este día significativo, se levanta con la dignidad que siempre ha merecido.