• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]

26. Gisei

Explorando la aldea con su jutsu de transformación, T/N se mezcla entre la multitud curiosa. A lo lejos, distingue la figura de un joven rubio que le resulta familiar. Al acercarse, reconoce a Naruto, aquel niño al que había invitado a comer ramen en Ichiraku's Ramen.

T/N avanzó con decisión entre la multitud bulliciosa de la aldea, su corazón latiendo con anticipación al ver a Naruto a lo lejos. La emoción inundó sus pensamientos mientras se acercaba sigilosamente, con la intención de sorprender al joven Uzumaki. Cada paso era una melodía de expectativas y alegría.

Sin embargo, justo cuando estaba a punto de llegar a su destino, notó la presencia sutil pero inconfundible de Kakashi. Un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando se volvió para encontrarse con la figura encapuchada de este. Su mirada seria y un gesto negativo con la cabeza le transmitieron un mensaje claro: debía detenerse.

El desconcierto se apoderó de T/N, su mente llenándose de preguntas sin respuesta. ¿Por qué Kakashi interfería en su encuentro con Naruto? La frustración y la confusión la envolvieron mientras observaba al hombre de máscara cubierta. ¿Era una orden del Hokage? ¿Alguna restricción impuesta a su regreso?

Kakashi permaneció en silencio, su presencia imponente. T/N, sintiéndose cohibida, se retiró, alejándose de la oportunidad que tanto anhelaba. Sus pasos, una mezcla de desilusión y resignación, la condujeron por las calles de Konoha, mientras Kakashi la observaba desaparecer en la distancia.

El incidente dejó a T/N con más preguntas que respuestas, y la sombra del enigma se cernía sobre su regreso a la aldea. T/N, tras su breve encuentro con Naruto, decidió explorar más la aldea, permitiéndose sumergirse en sus recuerdos y observar los cambios. En su travesía, se topó con Kakashi, quien la abordó con seriedad.

—T/N, necesito que comprendas las restricciones que impuso el Hokage para protegerte y a la aldea —explicó Kakashi, su voz firme.

T/N asintió, recordando la conversación previa con el Hokage sobre la necesidad de mantener en secreto su regreso. La tensión en el aire aumentó mientras Kakashi continuaba explicando las limitaciones y los lugares a los que no debería acercarse.

Aunque la Hyūga asimiló la información con una expresión seria, la frustración burbujeaba en su interior. La dualidad entre la protección y la sensación de confinamiento la dejaba inquieta. Sabía que debía ser paciente y seguir las reglas, pero la independencia que siempre la caracterizó chocaba contra estas restricciones.

—Comprendo las preocupaciones, pero debes ser paciente y cuidadosa en estos tiempos de cambio. La aldea enfrenta desafíos que no conocías cuando partiste —concluyó Kakashi.

T/N, con una mirada determinada, aceptó la realidad, sabiendo que había más en juego de lo que sus ojos podían ver. Con el peso de la incertidumbre sobre sus hombros, se dispuso a enfrentar los misterios y cambios que Konoha le deparaba, aunque las sombras del pasado continuaran susurrando en su mente.

—Kakashi-sensei, esto es insoportable. No puedo quedarme ociosa mientras observo cómo la aldea se enfrenta a desafíos. ¿Por qué no puedo participar activamente? —protestó T/N con frustración, cruzando los brazos.

Kakashi suspiró antes de responder.

—T/N, entiendo tu deseo de actuar, pero el Hokage tiene sus razones para estas restricciones. No puedes exponerte innecesariamente.

—Pero, ¿cómo puedo proteger la aldea si me mantengo al margen? —inquirió T/N, buscando respuestas.

—Estás subestimando el valor de la observación y la información. En este momento, eso es crucial. Además, hay situaciones delicadas que no puedes entender completamente por ahora. Confía en las decisiones del Hokage —explicó Kakashi con paciencia.