28. Misshon

206 18 4
                                    

En la oficina del Hokage, el sol matutino se filtraba a través de las cortinas, pintando destellos dorados en la habitación. T/N, de pie frente al imponente escritorio del líder de la aldea, recibía las noticias con una mezcla de emoción y determinación palpable en sus ojos.

—T/N, ha llegado el momento de que inicies misiones —mencionó el mayor con su típica serenidad.

—Estoy lista para enfrentar cualquier desafío, Hokage-sama —respondió la ojiperla con determinación.

—Estas misiones no serán sencillas. Requerirán astucia y destreza. Pero hay una condición: deberás estar acompañada por Kakashi en cada una de ellas —explicó el Hokage.

Los ojos de T/N se deslizaron hacia Kakashi, quien permanecía en una sombra estratégica, sus ojos enigmáticos expresando un entendimiento silencioso.

—Kakashi será tu guía en este nuevo capítulo. Aprendan el uno del otro y crezcan como equipo —dijo mientras señalaba al peliplata.

—Entiendo, Hokage-sama.

Con la autorización otorgada, T/N y Kakashi se dirigieron hacia la salida de la oficina. Antes de partir, Kakashi se aproximó a T/N con una mirada seria.

—Estas misiones pueden ser peligrosas. Mantén tus sentidos alerta y sigue mis instrucciones.

—Lo haré, Kakashi-san.

La primera misión los llevó a los confines de la aldea, enfrentándose a desafíos que pusieron a prueba no solo su habilidad, sino también su capacidad de trabajar en equipo. La pareja se sumió en un intercambio constante de estrategias y consejos, las sombras de la aldea dando paso a la acción coordinada de dos mentes agudas.

—Kakashi-sensei, ¿alguna sugerencia para sortear esta trampa? —inquirió T/N, enfrentándose a un obstáculo complicado.

—Observa los patrones de movimiento y espera el momento adecuado para avanzar —aconsejó Kakashi con su habitual calma.

A medida que superaban cada misión, la conexión entre T/N y Kakashi se fortalecía. Los momentos de silencio compartido se entrelazaban con estrategias improvisadas y sonrisas de complicidad.

—Nunca imaginé que las misiones fueran tan intensas —comentó T/N durante un breve respiro.

—Esto es solo el principio. La verdadera prueba está por venir —respondió Kakashi, su sonrisa oculta tras la máscara.

La aldea observaba con interés mientras la pareja se sumergía en las misiones. No solo crecían como ninjas, sino que también forjaban un lazo que iba más allá de las habilidades en combate.

Las misiones se sucedían, cada una presentando nuevos desafíos que T/N y Kakashi enfrentaban con astucia y destreza. En la oscuridad de la noche o bajo el sol abrasador, se embarcaban en misiones de todo tipo: desde la infiltración silenciosa hasta el enfrentamiento directo con enemigos poderosos.

En cada misión, los roles se desplegaban de manera natural. T/N, con su agudas habilidades, identificaba amenazas potenciales y puntos débiles. Kakashi, por otro lado, con su Sharingan y experiencia táctica, guiaba sus movimientos con precisión calculada. Se complementaban, formando un equipo formidable.

Los diálogos se tornaban más fluidos con el tiempo, con bromas ocasionales entre momentos de intensa concentración. Las palabras no siempre eran necesarias; entendían los movimientos del otro con solo una mirada o un gesto sutil.

En el transcurso de estas misiones, algo más que lazos de camaradería se tejía entre T/N y Kakashi. Se volvían confidentes, compartiendo pensamientos y experiencias más allá de las paredes de la aldea. Sus conversaciones eran un viaje a través de sus mundos internos, revelando capas más profundas de sus seres.

Una noche, después de completar una misión particularmente desafiante, encontraron un rincón tranquilo para descansar. Sentados junto a una fogata improvisada, la calidez de las llamas reflejaba en sus ojos mientras compartían historias de sus vidas y aspiraciones.

—Nunca pensé que encontraría a alguien con quien pudiera compartir tanto —murmuró T/N, mirando las llamas danzar.

Kakashi, su mirada oculta tras la máscara, asintió en silencio. Las palabras no eran necesarias; la conexión que habían forjado hablaba por sí sola.

Con cada misión superada, sus lazos se iban fortaleciendo no solo como compañeros de equipo sino como algo más profundo. Una complicidad nacía de la confianza mutua y la comprensión sin palabras. En el campo de batalla, se respaldaban el uno al otro; fuera de él, sus corazones empezaban a tejer una historia que iba más allá de las misiones y los roles ninja.

Las noches en Konoha se volvían testigos de los secretos compartidos entre T/N y Kakashi. Después de una misión particularmente agotadora, encontraron refugio en una arboleda tranquila. El sonido suave del viento entre las hojas creaba un telón de fondo sereno para sus conversaciones.

—¿Alguna vez te has preguntado cómo sería si las cosas fueran diferentes? —preguntó T/N, con la mirada perdida en las estrellas.

—Es difícil no hacerlo. Pero nuestras elecciones, nuestras misiones, nos han llevado hasta aquí —respondió Kakashi con una nota de reflexión en su voz, apoyado contra un árbol.

Entre risas y confidencias, descubrían más allá de sus habilidades como ninjas. Descubrían sueños y anhelos que se escondían detrás de las máscaras que llevaban. Kakashi, por primera vez, compartía detalles sobre su pasado, mientras que T/N revelaba la intensidad de su conexión con la luna.

—Nunca pensé que encontraría a alguien que entendiera lo que significa llevar la carga de un poder como el tuyo —comentó Kakashi, con respeto en su tono.

T/N asintió, su mirada reflejando el peso de la responsabilidad que llevaba.

—A veces, es solitario.

—Pero ahora no estás sola —aseguró Kakashi.

Con el tiempo, las palabras se volvían innecesarias. Compartían silencios cómodos y miradas que hablaban de más que palabras podrían expresar. En una misión nocturna para interceptar a contrabandistas, la conexión entre ellos se puso a prueba.

—T/N, mantén la guardia alta —advirtió Kakashi mientras se adentraban en territorio desconocido.

—Lo tengo, Kakashi-kun.

A medida que se enfrentaban a emboscadas y estrategias enemigas, la confianza que habían construido se volvía el cimiento de su éxito. Después de una misión exitosa, se encontraron en el techo de un edificio, observando la aldea iluminada por la luz de la luna.

—Hemos recorrido un largo camino, ¿verdad? —murmuró T/N.

—Y aún queda mucho por delante —respondió Kakashi, su mirada fija en el horizonte.

Sus lazos se fortalecían con cada misión, creando un vínculo que iba más allá de las fronteras de la amistad y la camaradería. A medida que enfrentaban los desafíos de Konoha y más allá, el futuro se extendía ante ellos, lleno de misterios y promesas.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora