82. Chinmoku

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T/N envolvió a Jiraiya en un abrazo cargado de afecto y una leve melancolía mientras se despedían. En ese momento íntimo, una voz apenas perceptible resonó en su mente, susurrando palabras que evocaban un presentimiento oscuro.

"El cuervo acecha en la penumbra, su sombra se alarga sobre el errante viajero" —murmuró el demonio interior de T/N, sus palabras flotando como hojas llevadas por el viento.

Las palabras del demonio, veladas en misterio, hicieron que la piel de T/N se erizara, como si una corriente helada recorriera su espalda. Aunque el mensaje era oscuro y difícil de descifrar, dejó una marca de inquietud en su corazón.

Cuando finalmente Jiraiya se separó de ella, T/N lo observó con una mezcla de emociones en sus ojos. Siguió con la mirada cada uno de sus pasos mientras se alejaba lentamente de la cabaña, la gracia y la determinación reflejadas en cada gesto.

Una vez que Jiraiya desapareció de su vista, T/N permaneció quieta por un momento más largo, la preocupación marcando sus rasgos. Miró fijamente hacia la dirección por la que él se había ido, como si pudiera encontrar alguna respuesta en el horizonte distante.

El cielo nocturno estaba despejado sobre ella, adornado con estrellas parpadeantes que parecían contener secretos cósmicos. El viento susurraba suavemente entre los árboles circundantes, llevando consigo el eco de la partida de Jiraiya.

 El viento susurraba suavemente entre los árboles circundantes, llevando consigo el eco de la partida de Jiraiya

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Esa noche, T/N aguardó inquieta la llegada de Itachi, pero no apareció. La preocupación se instaló en su mente, tejiendo una sutil tela de incertidumbre que la mantuvo despierta durante gran parte de la noche. Al amanecer, decidida a distraerse y ocuparse, preparó un desayuno sencillo de frutas frescas y pan recién horneado antes de salir temprano de la cabaña.

Con una cesta vacía en una mano y una navaja en la otra, T/N se adentró en los alrededores boscosos, buscando hierbas y plantas que servirían como condimentos para la comida del día. Cuidadosamente seleccionó albahaca y tomillo, sabiendo que realzarían el sabor del pescado que planeaba capturar más tarde. Con la habilidad de alguien acostumbrado a la naturaleza, cortó una rama larga y delgada, la cual pulió meticulosamente con la navaja para convertirla en una lanza improvisada.

Llegó al río cercano y, con paciencia y destreza, utilizó su lanza para pescar. El sol de la mañana brillaba sobre las aguas tranquilas mientras los peces eran atravesados por la lanza. T/N disfrutó del ejercicio de caza y recolección, sabiendo que cada captura contribuiría al almuerzo que planeaba preparar para ambos.

Regresó a la cabaña con la lanza cargada de pescados y la cesta rebosante de hierbas frescas. Al entrar, se sintió reconfortada por el ambiente acogedor de su hogar temporal. Depositó sus hallazgos en la cocina y comenzó con la preparación meticulosa de los ingredientes.

Primero, limpió y desescamó los peces con precisión quirúrgica, asegurándose de eliminar cualquier rastro de barro del río. Luego, con movimientos hábiles, fileteó los pescados y los aderezó con las hierbas aromáticas que había recolectado. Mientras tanto, puso a cocer arroz blanco en una olla, esperando a que el grano absorbiera el agua y se convirtiera en una base perfecta para el plato principal.

No olvidó la sopa de vegetales, un complemento reconfortante para la comida. Picó cebollas, zanahorias y apio en trozos uniformes, agregándolos a una olla con caldo de verduras. El aroma del guiso comenzó a llenar la cocina, mezclándose con el olor fresco de las hierbas recién cortadas.

Absorta en sus quehaceres culinarios, T/N no se percató de la figura silenciosa que se acercaba sigilosamente por detrás. Una sensación cálida y conocida abrazó su cintura, y la cabeza de Itachi se apoyó suavemente en su cuello. T/N sonrió, reconociendo el gesto.

—Bienvenido a casa, Itachi-kun —susurró T/N, dejando descansar su mano sobre la de él.

Itachi gruñó suavemente, sus labios buscando el cuello de T/N para dejar pequeños besos que provocaron cosquillas y risas.

—¿De dónde viene tanta indiferencia, esposa mía? —preguntó Itachi con una ceja levantada, en tono juguetón.

T/N se giró hacia él, disfrutando de la cercanía.

—Oh, solo quería lavarme las manos antes de abrazarte —se excusó T/N, con una sonrisa traviesa.

Itachi la miró con complicidad, acorralándola suavemente contra la encimera.

—¿Solo eso? —susurró, con una leve sonrisa.

—Bueno, también estoy preparando el almuerzo —respondió T/N, entre risas nerviosas, sintiendo el calor de su proximidad.

El morocho asintió, dejándola libre con un último beso apasionado antes de decirle que iría a tomar una ducha.

—Voy a ducharme. Estaré de vuelta pronto —prometió, con una sonrisa cálida.

Con el corazón ligero por la presencia de Itachi y el aroma tentador de la comida en proceso, T/N regresó a sus quehaceres culinarios con renovada energía, sabiendo que pronto compartirían un almuerzo memorable en su hogar temporal en medio de la naturaleza. Después de un rato, T/N terminó de preparar el almuerzo y estaba poniendo la mesa cuando Itachi apareció, vestido casualmente pero sin camisa, lo que hizo que T/N se sonrojara y apartara la mirada, mientras a él le causaba diversión.

Ambos se sentaron a la mesa y compartieron un almuerzo encantador, reconfortante y lleno de risas. Itachi cortésmente sirvió té a T/N primero y luego a él mismo. Después de agradecer, ambos disfrutaron de la bebida caliente en silencio.

Durante la comida, T/N notó que el cabello de Itachi estaba suelto y mojado, haciéndolo lucir completamente diferente y provocando que se sonrojara aún más. Él se dio cuenta de cómo lo miraba y le sonrió, aunque con una pizca de burla, lo que solo hizo que T/N se ruborizara más.

Después de comer, T/N anunció que iba a lavar los platos, pero Itachi insistió en ayudarla.

— Déjame ayudarte. No quiero que te canses tanto.

—Bueno, si insistes... gracias, Itachi-kun.

Juntos lavaron los platos y luego salieron de la cabaña para sentarse en el porche. Itachi apoyó su cabeza en el regazo de T/N mientras ella acariciaba su largo y oscuro cabello. Él comenzó a quedarse dormido y, una vez completamente dormido, T/N dejó de acariciarlo. Lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos mientras intentaba contener sus sollozos para no despertarlo. Con una mano, concentró chakra y la colocó sobre los ojos de Itachi, cubriéndolos con cuidado.

El moreno no sabía que T/N había notado hacía tiempo la enfermedad que estaba afectando su cuerpo, principalmente sus ojos.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora